* La empresa otorgó en comodato su valiosa colección a Casa Lamm
Con apoyo de la sociedad civil el acervo Televisa vuelve a los museos
* Las obras de arte que albergó el CC/AC permanecieron más de un año embodegadas
* El próximo diciembre 500 piezas serán enviadas al Marco de Monterrey
Miryam Audiffred * Por fin, después de permanecer más de un año embodegadas, las obras de arte de la Colección Televisa regresan a los museos del país con el apoyo de la sociedad civil.
Lejos de lo acostumbrado, distintos sectores de la población hicieron a un lado la pasividad para apoyar la difusión cultural y embarcarse en una aventura que comenzó la tarde del martes con la salida del Retablo de Dolores de las instalaciones de la televisora en Santa Fe, espacio que la pieza dejó atrás para ser expuesta en el Museo de Historia de Monterrey a partir del próximo 15 de diciembre y durante dos años.
Y eso no es todo. A lo largo del mes entrante cerca de 500 piezas de ese acervo seguirán la ruta hacia el norte para llegar al Museo de Arte Contemporáneo (Marco) de esa ciudad y ser exhibidas en el año 2000 mediante la organización de varias muestras temporales que serán patrocinadas por la iniciativa privada.
Sin embargo, el cambio de actitud de industriales y empresarios no ocurrió de la noche a la mañana.
De hecho, la participación mencionada es consecuencia del convenio de préstamo en comodato que, en mayo pasado, firmaron el Centro de Cultura Casa Lamm y la Fundación Cultural Televisa para desempolvar las cerca de 4 mil obras que quedaron a la deriva a raíz del cierre del Centro Cultural/ Arte Contemporáneo (CC/AC), en octubre de 1998.
Piezas alejadas del polvo
Y es que la repentina desaparición de este recinto, propiedad de Televisa por once años, no sólo levantó polémica y preocupación. De igual manera generó una serie de propuestas para dar continuidad a los fondos artísticos y culturales reunidos por la empresa de Emilio Azcárraga Jean: el Archivo Fotográfico Manuel Alvarez Bravo, el Retablo de Dolores, la Colección Prehispánica, la Colección de Arte Contemporáneo y la Biblioteca de Arte.
Considerado el más viable, el proyecto ideado por Elin Luque y Germaine Gómez Haro pugna por descentralizar la oferta cultural e impulsar la participación de la iniciativa privada en la difusión del arte de tal manera que los recintos que deseen albergar las obras de la Colección Televisa deben conseguir recursos para solventar los gastos de transportación y conservación, así como encargarse de cubrir el seguro.
En palabras de Gómez Haro -quien es directora de Promoción y Difusión Cultural de la institución-, la negociación fue muy sencilla:
''Sólo les propusimos que nos permitieran ser las responsables del manejo de sus colecciones para evitar que las obras se llenaran de polvo y para quitarles un peso de encima, pues habían mencionado que no estaban dispuestos a contratar a un equipo de personas que se hiciera cargo de las piezas."
Descentralizar
la cultura
Parte sustancial del proyecto de Casa Lamm está en su aspecto anticentralista. Es más, puede decirse que, rescatada la colección de las bodegas, el mayor afán es difundirla en provincia.
Para lograr esta tarea, se han estudiado distintos recintos culturales de la República -tratando de localizar aquellos que cuentan con instalaciones óptimas- y realizado una serie de guiones museográficos en los que se proponen exposiciones con piezas y temáticas determinadas.
Hasta el momento, los museos de Arte Contemporáneo e Historia, de Monterrey, el de Arte Carrillo Gil, en la ciudad de México, y el Centro Cultural Santo Domingo, de Oaxaca, fueron seleccionados para albergar, el año entrante, algunas obras de la Colección de Arte Contemporáneo.
Irónicamente el cierre del Centro Cultural de Televisa hizo posible conocer y difundir este acervo de aproximadamente mil 700 piezas -entre pintura, escultura, gráfica, instalaciones, video, arte electrónico, dibujo, arte objeto y diseño- que, mientras fue huésped del recinto, sólo pudo ser apreciado en 15 por ciento.
No se trata de mandar obras sueltas o bloques sin coherencia temática, dice el curador Víctor Zamudio Taylor, quien será el encargado de hacer las propuestas de museografía de acuerdo con la ''identidad" y programación de cada una de las instancias elegidas.
El Museo de Arte Carrillo Gil, por ejemplo, inaugurará en abril del 2000 una exposición híbrida que refleje las últimas tendencias del arte contemporáneo -minimalismo, nueva abstracción, video, diseño y arte povera- mediante el trabajo de artistas de la talla de Jannis Kounellis y Richard Long.
En el caso del Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey, la muestra estará enfocada al arte electrónico. De hecho, casi la totalidad de este tipo de producciones se encaminará al norte debido al ''excelente almacenaje" que esa institución ofrece.
Con estos movimientos, aclara la directora de Artes Visuales de Casa Lamm, Elin Luque, no se pretende dispersar las colecciones sino aprovechar la experiencia y cualidades de diversas instancias para presentar ante los más diversos públicos los ''inigualables tesoros artísticos" que conforman los acervos.
Obras prehispánicas en revisión
Deseosas de exponer por lo menos 80 por ciento de la Colección de Arte Contemporáneo, las organizadoras han pensado en conformar una muestra itinerante que recorra una buena parte del interior del país.
Asimismo se han puesto en contacto con el Papalote Museo del Niño para organizar una exposición que encaje con la regla ''Prohibido no tocar" y con autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Al respecto, Gómez Haro comenta que antes de comenzar el paro estudiantil sostuvo pláticas con María Teresa Uriarte, titular del Instituto de Investigaciones Estéticas. Si bien el contacto se interrumpió hace más de medio año, asegura que la universidad tiene recintos que, como el aún en construcción Museo Universitario de Ciencias y Arte (MUCA), del Centro Histórico, son aptos para albergar en comodato parte de las obras.
Por otro lado, se preguntará qué ocurre con la polémica Colección de Arte Prehispánico de Televisa. Pues también la tiene a su cargo Casa Lamm sólo que, por el momento, las 188 piezas que la conforman están en proceso de revisión con el propósito de certificar su autenticidad.
Como el propio Robert R. Littman señaló, cuando dirigió el CC/AC de Televisa, que había muchas piezas falsificadas en el acervo, ahora los directivos de Casa Lamm tomaron la decisión de contratar a un grupo de especialistas -encabezado por el arqueólogo Felipe Solís- para emitir un dictamen al respecto.
Terminada esta labor, la colección viajará a museos regionales para continuar con una difusión que seguramente se llevará mucho tiempo.
No obstante los anteriores movimientos, se recuerdan las declaraciones del entonces vicepresidente de Comunicación de Televisa, Gastón Melo, quien a unos días del anuncio de la extinción del centro cultural señaló que en ''un plazo cercano a los dos años la televisora construirá una nueva residencia'' para toda la colección.