* Flauta y contrabajo serán pulsados por dos virtuosos
Horacio Franco y Víctor Flores, recital inusitado en Bellas Artes
* Apoyar causas nobles como la lucha antisida, deber de músicos
Raquel Peguero * Un concierto inusitado, Del medioevo al danzón, con La bella y la bestia, en apoyo a la Red de Enfermos de VIH-sida.
El recital conjunta dos instrumentos antagónicos ''que muy poco han tenido que ver entre sí, pero se complementan muy bien porque a fin de cuentas son parte importante de la identidad ancestral de los artefactos musicales", la flauta y el contrabajo, que serán pulsados por dos virtuosos: Horacio Franco y Víctor Flores, los integrantes de La bella y la bestia, llamados así ''porque la bella es la flauta y la bestia el contrabajo y cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia", bromea Franco.
El dúo formado hace un par de años por iniciativa del flautista mexicano es una alianza ''inusitada", señala Franco, que se refleja no sólo en las características tan distintas de los instrumentos sino en la de sus ejecutantes: ''Víctor -contrabajo principal de la Filarmónica de la UNAM- fue chavo banda muchos años. Posee un background muy interesante de mucha fuerza defeña por decirlo así, y yo, que tampoco soy ningún pirrurris pero sí de Portales, tengo otro tipo de formación".
Su repertorio es vasto y una preciosa selección la ofecerán hoy en el programa Del medioevo al danzón, que integra piezas del siglo XVI ''que fueron escritas originalmente para voces, pero transcritas para órgano que se pueden adaptar perfectamente a una voz superior y otra inferior", pasando por composiciones renacentistas, del barroco temprano y tardío del siglo XIX -''un repertorio que extrañaba"- hasta llegar a variaciones ''que gustan mucho y que es de lo más fino de la música popular: el danzón".
El programa incluye cinco bloques de diez minutos cada uno, con piezas cortas de tres o cuatro minutos: ''Cada obra es contrastante con la otra, no tiene que ver época ni cronología ni estilo. La idea es ir variando estilos sonoros y de ejecución. Eso lo hice pensando y sintiendo que la música es un lenguaje sin tiempo, universal y que el mismo valor de exposición tiene una pieza de Bach que un danzón porque es buena música. Obviamente no voy a tocar Fey ni Garibaldi, porque no creo en esa música hecha de manera superficial. Todo se puede y me encanta meter en este tipo de recitales música mexicana autóctona, africana, china porque son manifestaciones de la cultura universal", apunta Franco.
El danzón, sonoridad sólida y fina
Explica que las transcripciones las sacó de las melodías ''que he oído toda mi vida con las danzoneras. Escribí una voz para la flauta y una para el bajo. Es una música refinada, pero no difícil. Estructuralmente el danzón es una de las músicas más sólidas y finas que existen por la construcción misma de la pieza. Es comparable porque viene de la tradición europea con las contradanzas cubanas y de todas las influencias europeizantes de la música del siglo XIX en Cuba, con el folclor africano, que le dio la sabrosura al danzón, la cumbia y el cha cha cha". En lo técnico, agrega, posee partes difíciles, ''armónicamente es muy rico y melódicamente muy fino porque usa esas reminiscencias del lenguaje del siglo XIX que pueden ser, a veces, realmente cursis, o simples pero con mucha lógica, y eso me parece bueno de los compositores de danzones, primero cubanos y después mexicanos".
Franco pulsará cerca de once flautas para cambiar de timbres. Pero si bien se trata de una interacción de una flauta y de un bajo, ''es decir una voz superior, más aguda, a una inferior que va haciendo lo de abajo" contiene también algunas obras típicas del repertorio del contrabajo. ''Hay una de Giovanni Botesini, especie de sucedáneo de Paganini, pero en el contrabajo, quien en el siglo pasado escribió La pasión amorosa, una sonata para violoncello y contrabajo en la que yo toco una melodía acompañando todos los arpegios del contrabajo, son interacciones de las que dependen mucho el estilo y el carácter de la pieza". Interpretarán además una pieza de Glier, en la que hay un efecto de gaita, ''que es para violín y contrabajo. Yo la adapté para que haya unas dobles cuerdas, una voz va haciendo un efecto como de gaita y yo canto esa voz y toco la otra. La podría tocar en otra flauta, pero la combinación es interesante".
Contento con su participación en este concierto altruista, Horacio Franco asegura que, para esas causas, ''siempre estoy dispuesto porque considero que, socialmente hablando, la música de concierto, la clásica, está muy alejada de lo que es el motor de la sociedad en México. Se encuentra estancada en una semiburocracia de festivales y conciertos que si bien representan buena parte de nuestro medio musical, la aisla de la cultura de masas, debido a que la televisión comercial nunca le da un espacio digno, más ahora que quitaron los noticiarios culturales de Canal Once, lo que me parece una gran tragedia nacional. ''Es peor -agrega- porque la música de concierto cada vez está más confinada a un ámbito de conocedores, y los músicos sólo tocan para ese tipo de conciertos o para huesos, como son bautizos, bodas, primeras comuniones".
Y enfatiza la necesidad de que quienes ''hacemos música clásica nos involucremos con una causa tan noble como esto del VIH y ayudar, pertenecer y colaborar más con la sociedad. Es importante contribuir a quitar el estigma del virus y apoyar a la Red de Enfermos de VIH, organización dedicada a la educación y a conseguir medicamentos para las personas que más lo necesitan".
(El concierto de La bella y la bestia se realizará hoy a a las 19:30 horas en la Sala Ponce del Palacio de Bellas Artes.)
Recital en homenaje a Tamayo
El flautista Horacio Franco será parte de un cuarteto, que el próximo 1 de diciembre ofrecerá el concierto Cuatro estrenos mundiales sobre Rufino Tamayo en su centenario, en el museo que lleva el nombre del pintor oaxaqueño. Los demás participantes son Luis Julio Toro, Ricardo Gallardo y Víctor Flores.