* Es una revista cochina, dijo su director a Cuevas


Erase una vez en el DF, antología con los textos de Generación

* El pintor, José Agustín y Armando Ramírez, entre los comentaristas

Arturo Jiménez * Con anécdotas de José Luis Cuevas sobre sus primeros recorridos nocturnos por la ciudad, recreaciones alegóricas de Armando Ramírez, un performance de José Agustín Ramírez y un concierto de rock en el Foro Alicia, se presentó la noche del miércoles Erase una vez en el DF, antología de crónicas, testimonios y relatos publicados en 11 años de vida de la revista Generación.

Cuevas preguntó: ''ƑEs una revista underground?". Y Carlos Martínez Rentería, director de la publicación, le respondió: ''Es una revista cochina".

Como debe ser una publicación de este tipo, agregó el pintor, y enseguida platicó las andanzas de un José Luis Cuevas de 16 años por los barrios bajos de una ciudad que no era la de ahora, por la calle del Organo, por ''La Casa Rosa", donde pintaba a las prostitutas, a las que invitó a cenar al Prendes con el dinero de su primera venta al coleccionista Alvar Carrillo Gil.

Sergio González Rodríguez -quien estaba ''becado" por unos asaltantes que lo dejaron fuera de combate- comentó que este libro (editado por el Gobierno del DF) enfrenta dos desafíos: personalizar la ciudad de México, cuando la tendencia es a la inversa, y propiciar las confluencias y la pluralidad. Aquí hay un proyecto provocador que hace un diagnóstico de la realidad.

 

Resultado tangible del voto opositor

 

Armando Ramírez leyó un texto de dos cuates que, a la salida del Metro, comentaban Erase una vez en el DF mientras vendían pantaletas: ''šSí, flaquita, tenemos talla 42!". Ante la visión de los ambulantes desfilaron una chava torteada en un micro, un chavo bien beodo, un bato bien heavy y hasta Cuevas en el Dos Naciones.

Este es el primer resultado tangible del voto opositor de 1997: un libro, opinó Ulises Castellanos, y al comentar su texto aparecido en la antología, sobre el CEU de 1987, señaló que éste queda ahora como un ''movimiento ligth". Sobre la revista, el coordinador de fotografía de ésta y de Proceso dijo que ha sido una ''plataforma de consolidación para nuestra generación, pero ahora el futuro está en la nueva camada".

Edgardo Bermejo mencionó que se trata de ''relatos pueriles de resonancia cachirulesca" y descartó en los textos cualquier referencia épica o sublimadora. Dio una "nota discordante" y criticó la inclusión de un texto de Jorge Legorreta sobre una utopía en el DF, con Periférico de dos pisos, ciclopistas, microbuses desterrados, energía solar, todo, para el año 2000.

Mientras Francisco Oyarzábal hizo un recuento de su acercamiento a Generación, donde llegó a colaborar de ''todólogo y barman", José Agustín Ramírez y un grupo de actores y bailarines dieron cuenta de un performance (''panchormance") de esencias bukowskyanas (en los dos sentidos de la palabra) y violencia urbana. De casi 50 textos aparecen colaboraciones de Cuevas y Armando Ramírez, así como de José Agustín y Daniel Sada, entre otros.