Francisco López Bárcenas
Carta de un pesimista a Mary Robinson
Excelentísima Señora Mary Robinson, Alta Comisionada de la Organización de Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Le escribe un mexicano que no tendría por qué hacerlo si no fuera porque pocas veces visita nuestro país una funcionaria internacional de su calidad y, a diferencia del trato que da a sus pares, el gobierno mexicano ha preparado una campaña de desinformación para mostrarle una realidad que no existe. Entiendo que su visita es de buena fe y de esa manera muchas organizaciones civiles se preparan a recibirla, con la idea de contribuir a que el respeto de los derechos humanos sea una realidad.
Desgraciadamente el gobierno no actúa de esa manera. Tal vez usted ya lo sepa, pero considero que no está de más informarle que el gobierno federal mexicano ha diseñado una "estrategia de comunicación social" que tiene como objetivo "contrarrestar la desinformación y el pesimismo del EZLN, representantes de los partidos de oposición, ONG y personalidades afines del zapatismo que propalan entre la opinión pública y en los medios de comunicación nacionales y extranjeros sobre la presunta violación de los derechos humanos en territorio nacional y fundamentalmente en Chiapas". Como usted puede ver, para el gobierno mexicano los defensores de los derechos humanos sólo son desinformadores y pesimistas.
Para instrumentar su estrategia el gobierno prevé acciones permanentes y coyunturales. Entre las primeras contempla la creación de un órgano informativo específico, la "capacitación" a comunicadores y reporteros de las fuentes de las secretarías de Gobernación, Relaciones Exteriores, de la Defensa Nacional, de Marina, Procuraduría General de la República y Comisión Nacional de Derechos Humanos. Si ya de por sí es reprochable que se intente inducir la opinión de los comunicadores, lo es más que entre ellos se encuentren los que cubren las actividades de la CNDH, pues se entiende que ésta es una institución autónoma que no tendría por qué obedecer directrices del gobierno, sino vigilar que sus actos se ajusten a lo que la ley les faculta. Otros instrumentos de su estrategia incluyen diversas acciones intergubernamentales, preparación de stoks informativos, encuentros, entrevistas y el nombramiento de un vocero y una oficina de comunicación social interinstitucional sobre derechos humanos.
Entre las acciones de coyuntura que el gobierno pretende realizar durante el tiempo que usted permanezca en nuestro país, para tender una cortina de humo sobre la situación de los derechos humanos, se encuentra difundir la carta que en días pasados el secretario de Gobernación envió al Ejército Zapatista de Liberación Nacional para reanudar el diálogo, la liberación de presuntos zapatistas y la instalación de una oficina de la PGR para la atención de quejas y denuncias sobre violación de derechos humanos. Estas acciones, es pertinente recordarlo, han sido rechazadas porque nada ofrecen y tampoco crean condiciones para un diálogo serio y de buena fe para terminar con las causas del levantamiento indígena. En ese mismo sentido plantea difundir mensajes afirmando que "el gobierno firmó los acuerdos de San Andrés y está convencido de la necesidad de darles cumplimiento"; en los cuales utilizará diversas imágenes entre ellas ųdice el documento oficialų "como ejemplo burdo se podría incluir la firma de la iniciativa que en materia de derechos y cultura indígenas suscribió el presidente Ernesto Zedillo."
Junto con ello se propone promover entrevistas con líderes de opinión afines al gobierno, solicitar a los directores y concesionarios de medios de comunicación la entrevisten, que los funcionarios de la cancillería mexicana concedan entrevistas sobre su visita y, otra vez, que la Comisión Nacional de Derechos Humanos difunda la versión oficial sobre la situación de los derechos humanos en México. Una acción preocupante es que para cuando usted se presente a los periodistas el gobierno prevé que "siempre esté un funcionario de la dependencia que visite o de la Secretaría de Relaciones Exteriores, a fin de contrarrestar la información adversa al gobierno".
Entiendo la preocupación gubernamental por su presencia en nuestro país, ella misma es indicativa de que existen problemas graves de violación de derechos humanos. Pero no puedo dejar de comunicarle que, en mi opinión ųque creo muchos mexicanos compartenų, las cosas no se arreglan ocultándolas, sino atendiendo las causas que las provocan. La militarización del país no terminará el descontento popular. Por eso espero que su visita tenga resultados y el gobierno federal acepte la cooperación que usted le propondrá, no para producir unos videos u otros materiales de difusión, sino para construir un verdadero estado de derecho, democrático y multicultural.
Espero disculpe que un mexicano de esos que el gobierno llama pesimistas le haya dirigido unas cuantas palabras. Sinceramente le deseo que su estancia en nuestro país sea placentera y contribuya a fortalecer el reconocimiento y ejercicio de los derechos humanos en nuestro país.