* Se logró que lo importante fuera lo que pasaba en las calles, no en la OMC


El caos estuvo bien planeado

* La próxima protesta será contra la mala conducta de la policía, advierten residentes

Jim Cason y David Brooks, enviados, Seattle, 2 de diciembre * El ''caos'' en Seattle dado a conocer por los medios de comunicación, en realidad estuvo bien organizado y planeado.

Fue la peor pesadilla para las autoridades, para la Organización Mundial de Comercio (OMC) y para los políticos. La planeación cumplió con su propósito: crear caos para los promotores del ''nuevo orden'' económico con base en las políticas de libre comercio y libre mercados.

Algunos de los organizadores, como John Sellers, de la Ruckus Society, y Kevin Danaher, de Global Exchange, dicen que se planeó durante meses, se desarrollaron estrategias, se examinaron las instalaciones y las calles, los edificios y los hoteles. Durante los últimos seis meses, artistas crearon máscaras y enormes títeres, los activistas se entrenaron en tácticas de desobediencia civil para crear cadenas humanas, evitar provocaciones, escalar edificios y colocar propaganda.

El resultado: durante ocho horas del pasado martes los activistas controlaron todos los accesos a la sede de la reunión de la OMC, y los siguientes tres días obligaron a las autoridades a mantener una presencia sin precedente en las calles de esta ciudad.

Claro, un muy reducido grupo decidió usar esta oportunidad para cometer actos de vandalismo y hacer huir la famosa Varios manifestantes son transportados a la estaci—n de polic’a de Seattle luego de ser arrestados, y protagonizaron una protesta pasiva neg‡ndose a abandonar el autobœs donde permanecieron 10 horas. El letrero del cami—n da la bienvenida a la conferencia de la OMC n Foto: Ap tranquilidad de esta ciudad. Los llamados ''anarquistas'' (lo último que uno esperaba escuchar en 1999 por parte de las autoridades y los medios es el manejo de la palabra anarquistas, como ejemplo, ''hay versiones de que los anarquistas podrían salir a las calles esta noche''), fueron objeto de mucha atención, pero lo más notable fue la extraordinaria organización de diversas agrupaciones para realizar durante horas acciones coordinadas de resistencia civil con tácticas no violentas.

También había una batalla de relaciones públicas, y los manifestantes lograron que la nota de Seattle fuera sobre lo que ocurría en las calles y no lo que debatían los representantes de los 135 gobiernos y los empresarios. Todo esto, con la excepción de los actos vandálicos, fue precisamente el plan para crear un ''caos'' organizado. Sus resultados continuaron manifestándose hoy por tercer día consecutivo.

''Estamos en un estado de emergencia'', declaró hoy el alcalde Paul Schell al anunciar que el estado limitado de excepción se mantendrá hasta el viernes. La policía y unidades de guardia nacional, con equipo antimotines, siguen desplegados por el centro de la ciudad para impedir, o mínimo controlar, toda acción de protesta dentro de una zona de 50 cuadras alrededor del Centro de Convenciones donde se realizan los trabajos de la OMC.

Apoyo a pequeños granjeros

Hoy se congregaron unos 5 mil manifestantes en apoyo a los pequeños granjeros y sus demandas de políticas agrarias que defiendan más a los pequeños productores rurales aquí y en el extranjero. De ese acto se desprendieron unos 2 mil activistas, en su mayoría estudiantes, y empezaron a marchar por las calles del centro.

Los títeres gigantes bailaban, mientras trompetas, tambores y maracas marcaban el ritmo de la marcha contra la ''tiranía de las empresas'' y coreando ''al infierno, no, con el WTO'' (las siglas en inglés de la OMC). Una pared de granaderos se mantenía alerta, otros a caballo o en camionetas blindadas permanecían atentos. Una mujer se paró frente a la pared azul y verde de agentes con una manta: ''Bienvenidos al nuevo orden mundial''.

Llegaron a la cárcel del condado y unas mil personas corearon ''libérenlos'', refiriéndose a algunos de los 500 detenidos. Pasaban bailando, cantando ''la democracia se ve como esto''. Y coreaban: ''esta es una protesta no violenta''. La reacción policiaca durante las últimas 36 horas fue otra causa para las protestas: la libertad de expresión y la represión policiaca.

Las acciones de las fuerzas policiacas, que realizaron unos 500 arrestos y provocaron múltiples quejas de abuso, fueron ampliamente criticadas por grupos de derechos humanos y de defensa de derechos civiles.

Demandan al gobierno de la ciudad

La Unión Americana de Libertades Civiles demandó al gobierno de Seattle por imponer la prohibición de las protestas, y un miembro del concilio de esta ciudad afirmó haber presenciado el uso excesivo de la fuerza policial. En varios incidentes ocurridos ayer, residentes locales que no formaban parte de las protestas fueron víctimas del gas lacrimógeno y pimienta arrojado por uniformados.

''La próxima marcha de protesta ya no tendrá nada que ver con la OMC, y será contra mala conducta de la policía'', declaró un residente. El jefe de policía Norm Stamper insistió en que sus fuerzas habían actuado con mesura, pero dijo que toda acusación contra sus agentes tendría que ser plenamente investigada.

Hoy, por primera vez en tres días, algunos comercios del centro abrieron sus puertas, los restaurantes empezaron a llenarse, y los residentes comenzaron a circular por esa zona de su ciudad con cierta calma. Sin embargo, muchas ventanas siguen tapadas con madera, y un gran número de la cadena de cafés Starbucks continuaron sin servicio. La música navideña, las decoraciones municipales y los lemas comerciales declarando el sentir de ''paz en el mundo'' intentan competir por atención ante la presencia de unidades de granaderos, patrullas, máscaras de gas, armas y otros instrumentos para garantizar ''la seguridad''.

El plan funcionó: en Seattle, lo que se esperaba sería otra reunión mundial con cócteles, cenas, debates con palabras sólo para expertos, y un festejo del comercio entre los 5 mil invitados oficiales ha sido todo menos eso; fue un caos para los organizadores oficiales. Ese fue el objetivo.

Toque de queda

Reuters, Seattle, 2 de diciembre * El alcalde Paul Schell, invocando la emergencia civil declarada el martes ante los choques entre la policía y manifestantes, impuso toques de queda separados para el centro de Seattle, donde se celebra la cumbre de la OMC. El correspondiente a la noche va de las 7 p.m. a las 7:30 a.m. en un área de menos de dos kilómetros de largo de norte a sur, donde miles de personas viven y trabajan. El toque de queda vigente las 24 horas, impuesto el miércoles de forma limitada por Schell y que durará hasta el viernes, afecta a una zona de unas 30 manzanas alrededor del Centro de Convenciones. Ese área está abierta para los delegados de la cumbre, la prensa, los funcionarios municipales, trabajadores de emergencias y empleados de negocios.

allí situados. Funcionarios municipales dijeron que es posible que los límites territoriales del toque de queda de 24 horas se altere cuando el presidente Bill Clinton abandone Seattle.