PAGINA 9 Ť Lourdes Galaz
La Víctima del Año
* Diariamente hay más de mil 200 capitalinos víctimas del hampa y sólo 620 lo denuncian * Rezago de 15 mil órdenes de aprehensión
Seis horas seis. Amenazas, golpes, insultos. "Te voy a partir la madre. También a tu vieja y a tus chamacos... sabemos que tienen hijos". Luego el clic del gatillo de una pistola en la sien. Un golpe con el arma en la cabeza y una patada en las costillas. Más insultos, nuevas amenazas y la exigencia del número secreto de la tarjeta bancaria... Son cuatro delincuentes y es el secuestro de una pareja de trabajadores (entre los dos juntan al mes el equivalente de seis salarios mínimos), en una calle del norte de la ciudad de México.
La mujer lleva hasta su casa a los delincuentes y les entrega 5 mil pesos. La pareja es encajuelada en su propio auto, y abandonada allá por el rumbo de Ecatepec. El está golpeado de la cara y el cuerpo. Ella vejada y aterrada por el secuestro. Temen que los delincuentes regresen al domicilio. Tienen mucho miedo. No denuncian el hecho ante el Ministerio Público, y el delito no cuenta en las estadísticas oficiales. Otros sí están registrados, aunque las averiguaciones no arrojan nada, como las 58 denuncias por robo, asalto y secuestro que han presentado expendedores de periódicos y revistas de la Unión de Voceadores de México.
Por las calles del Distrito Federal ocurren cada día más de 300 robos a transeúntes. Menos de 150 asaltos y secuestros exprés (así los llaman en la procuraduría) son denunciados ante el Ministerio Público. Los índices de criminalidad bajan, dicen las autoridades, y oficialmente se reconoce que en la zona conurbada de la capital, en los municipios del estado de México, los asaltos a ciudadanos en las calles y los secuestros han aumentado en ciento por ciento en este año. Las víctimas no son gente adinerada; en su mayoría son de familias de la empobrecida clase media y de los sectores más pobres de la sociedad, de los que viajan en Metro o en colectivos. Y, por si usted no sabía, una de las características más alarmantes del auge de los secuestros es el plagio de niños, como Braulio Suárez, el bebé de siete meses de vida, que fue asesinado hace unas semanas por sus captores. Por cierto, recuerdo que hace unos meses en Ecatepec se vivió uno de los peores episodios de la historia del crimen del México de nuestros días: se descubrió que una banda de policías municipales habría asesinado a unas 20 personas luego de asaltarlas en las calles de aquella demarcación, una de las más pobladas del país... los chacales de Ecatepec, les llamaron los reporteros de la nota roja.
ƑUsted no ha sido asaltado por las calles o en su propia casa? Tiene suerte, porque a partir de 1998 dicen las autoridades que el número de crímenes, al menos de los denunciados, ha comenzado a bajar. Este año son tan sólo 620 delitos diarios los que se denuncian, los que se cometen pasan de mil 200, estiman las autoridades. ƑLe han robado su vehículo? ƑNo? Qué raro, porque al año en esta ciudad de México se roban 45 mil autos (entre 100 y 120 por día, y eso que las cifras han bajado en 25 por ciento de 1997 a 1999), y 25 mil en los municipios mexiquenses que rodean la capital. ƑTampoco le han asaltado su negocio? Qué bueno, porque todos los días los delincuentes saquean un promedio de 40 establecimientos en todos los rumbos de la ciudad. šAh!, si usted ųcomo yo hasta hace unos mesesų cree que vive en una ciudad muy segura porque no ha sufrido un asalto, un secuestro exprés o un robo, seguramente conoce a alguien que ha tenido una de esas amarguísimas experiencias y que este 1999 podría ser reconocido como la Víctima del Año.
Ciertamente, en los últimos tiempos se han elevado los índices delictivos al final de cada sexenio. Eso ocurrió cuando el gobierno de De la Madrid, en el de Salinas y, curiosamente, en 1995 cuando la crisis de principios del zedillismo, y en 1997 en la ciudad de México cuando el último año del gobierno priísta que encabezó Oscar Espinosa Villarreal. Navegando en la red, encontré una página (www.pgjdf.gob.mx) con indicadores, tablas y gráficas de los principales delitos referidos a 1993 hasta el mes de septiembre de 1999. Allí la procuraduría capitalina también presenta fotos y datos de los delincuentes prófugos más buscados y ofrece otros servicios a la comunidad, aprovechables por la gente sin quehacer, como la que esto escribe. Vale aclarar que en la información ofrecida por la PGJDF no aparecen datos que serían interesantes como el porcentaje de las denuncias presentadas ante el MP que dan lugar a la consignación de averiguaciones previas con el presunto delincuente detenido. Hasta 1998, sólo 5 por ciento de las averiguaciones del MP se consignaban con detenido (Agenda de Seguridad Pública, 15 de noviembre). Y decimos esto porque el propio procurador Samuel del Villar reconoce que hay un rezago en la ejecución de 15 órdenes de aprehensión históricas (acumuladas por años).
Hace unos días el presidente Zedillo dijo que hay evidencias de una reversión en las tendencias de agravamiento del crimen. Sin embargo, no hay evidencias de que la gente se sienta más segura. Y aquí en el DF como en otras entidades se siente la inseguridad. Tanto que cientos, miles de ciudadanos, han sido agraviados en su persona, su familia o su patrimonio, que podrían ser la Víctima del Año. Seguramente usted también lo sería si ųcomo me ocurrióų en lo que va del 99 le robaron sus dos autos Jetta, uno de ellos en un asalto a mano armada contra su hija de 21 años, que ha vuelto a ser asaltada en cuatro ocasiones viajando en metro o en pesero; si, además, a usted mismo ųcomo a míų lo asaltaron con violencia y presentó denuncia ante el MP y ha tenido que pasar horas en los juzgados del Reclusorio Norte agobiado por la ineptitud y la vulgaridad del personal y sufriendo hasta careos con los delincuentes; si ųcomo yoų tiene un perro en casa y su vecina lo acusó de que la mascota le mordió una nalga y el comité perredista de la colonia le armó tal lío que estuvo a punto de enviarlo a un penal de alta seguridad; y, por si fuera poco, si le robaron su celular y el ratero casi le corta la oreja del jalón ųcomo lo sufríų; si llegó a comer en familia y encontró ųcomo me pasóų a unos rateros abriendo la puerta de su casa; si la semana pasada sorprendió ųtal como yoų a dos tipos robando el VW de su hijo; Si este 1999 sufrió con lo cotidiano en esta gran ciudad, merece el reconocimiento ųtambién lo tengoų de ser la Víctima del Año. Dé gracias al Señor (šqué bueno que Dios es mi amigo!) por estar vivo y por la salud de su familia. šAme la vida y sea feliz todo el próximo milenio!
P.D. Yo renuncio a ser la víctima: me voy de vacaciones desde hoy hasta el otro siglo. Nos encontraremos en este espacio el domingo 9 de enero del año 2000.
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