* Amenazan dictaduras a AL: Arizmendi Esquivel
Solicita Aguirre Franco luchar contra la marginación educativa
Alma E. Muñoz y Rodolfo Villalba Sánchez, corresponsal * El obispo de la diócesis de Tuxtla Gutiérrez, Felipe Aguirre Franco, hizo un llamado a las autoridades para que se establezcan "formas estructuradas de educación" dentro de los grupos indígenas para superar el problema de desigualdad en el acceso a la enseñanza y evitar que continúe la marginación para este sector social.
"Las instituciones educativas convencionales resultan para ellos no sólo ajenas sino poco funcionales, pues suelen operar como mecanismos de desarraigo y evasión de la comunidad", aseguró el prelado al considerar que en Chiapas "aún no se supera el lastre del analfabetismo".
Bajo este contexto, consideró que "el hambre de la instrucción es uno de los problemas, si no el más grave, que tiene anclado a nuestro país en la dependencia secular", al citar que "la situación de pobreza de gran parte de nuestros pueblos está significativamente correlacionada con los procesos educativos, y los sectores deprimidos demuestran las mayores tasas de analfabetismo y deserción escolar, así como las menores posibilidades de obtener un empleo".
Para el religioso, el analfabetismo es "consecuencia de la desigualdad en oportunidades de acceso a la instrucción, lo cual determina a la vez, una desigualdad en el acceso al bienestar". No es pues, dijo, pura casualidad que la mayoría de los analfabetas en el mundo se encuentren en las áreas geográficas y en los grupos humanos económicamente más pobres.
Por otra parte, el obispo de Tapachula, Felipe Arizmendi Esquivel, advirtió que la falta de consolidación de algunos gobiernos democráticos ha generado un creciente nivel de la pobreza en los pueblos de América Latina, por lo que existe temor de que pudieran volver las dictaduras, incluso en México.
Señaló que parte de las graves crisis de los pueblos latinoamericanos es producida por las deudas externas, por lo que la Iglesia ha reiterado su petición de que se condonen, sobre todo en algunos países como Haití, Bolivia, Honduras y Nicaragua.