Ť La obra de Oscar Liera, dirigida por Margules, tendrá cuatro estrenos


Memoria, muerte y tiempo, materia prima de El camino rojo a Sabaiba

Ť ''Es un discurso sobre nuestra mentalidad, la extravagancia del poder y su aterrador mecanismo''

Ť El creador escénico prescindió de todo lo retórico, ''para reforzar lo íntimo y lo épico'', dice

Carlos Paul Ť La memoria, la muerte y el tiempo de un pueblo y sus habitantes es la materia prima de una de las obras ''más complejas" de la dramaturgia mexicana, en la que se interrelacionan nuestra idiosincrasia, lo cotidiano y lo mágico, evocando el universo rulfiano. Se trata de El camino rojo a Sabaiba, escrita por Oscar Liera (Culiacán, 1946-1990) y que será puesta en escena, en el Foro Teatro Contemporáneo, por el creador escénico Ludwik Margules.

Liera construyó un mundo que se mueve entre lo verdadero y lo aparente, entre la fantasía y la realidad, y donde los personajes son presa de un destino trágico e inexorable.

El dramaturgo conjuga el relato dentro del relato dentro del relato, produciendo una serie de tiempos y espacios paralelos, sobrepuestos o simultáneos. ''Lo implícito en las narraciones, se mezcla con lo explícito de la vida escénica", explica Margules.

La estructura épica de la obra, agrega, se sostiene por esta presencia de lo extraordinario en la vida cotidiana, creando así, una atmósfera ambigua en la que lo mismo habitan vivos y muertos. Es una realidad mágica que ''permea toda la obra", como en Pedro Páramo, de Juan Rulfo.

Por otro lado, aclara el director escénico, el texto y la puesta pretenden ''desmitificar al mito" y mostrar la necesidad de él, su poder como destino que pende y devora a estos personajes-héroes.

No obstante, Liera al querer ''desmitificar los mitos, nos habla de la fuerza de estos seres que adquieren un rango sobrehumano, en la medida que al estar regidos por él, intentan destrozarlo".

La verdad es para quien la escuche

El dramaturgo sinaloense, por otro lado, ''trata de restituir el tiempo tradicional de un México feudal que choca con la modernidad", simbolizada en la cimentación del camino de barro a Sabaiba.

Ruta que, como apuntó el investigador Armando Partida, ''era el canal que quería construir Antonio Toledo Corro, gobernador en ese entonces de Sinaloa, que iba de la playa a su rancho, a costa del erario público, por supuesto".

montaje-teatral-ludwing3-jpg Sin embargo, destaca Margules, ''la obra no tiene nada de regional. No es historicista, no hay exotismo, no hay folclor, sino un discurso sobre nuestra mentalidad, sobre la extravagancia del poder y de lo aterrador de su mecanismo; en el cual se desenvuelven las personas, quienes tienen una necesidad de trascendencia en la memoria de los otros".

El camino... narra la historia del teniente Fabián Romero, quien llega de noche, ''como si hubiera recibido un llamado" al pueblo de Sabaiba, luego de una granizada premonitoria de tragedias. Encuentra a su paso una serie de personajes que le recuerdan su origen, pero también su muerte. Entre sortilegios para procrear, asesinatos impunes, celos, envidias, desprecios y amores, sentimientos de rabia, arbitrariedades y explotación, espectáculos circenses y de carpa, Fabián poco a poco comienza a reconstruir su memoria y albergar el sentimiento de venganza.

La destreza de Liera, señala Margules, es crear un lugar mitológico ubicado en Sinaloa, para de inmediato transportarnos a otras tierras, ''en búsqueda de la proeza, que como todo en esta obra, termina en fracaso". Concibe a unos seres ''amarrados a un espantoso tobogán que los empuja a cifrar sus proyectos vitales en la restitución de la memoria. Especie de héroes que se ven obligados a perseguir el tiempo transcurrido, buscando la afirmación de su identidad". No obstante, ''todos fracasan, en medio de un poder paternalista, semicolonial y racista. En la obra nadie se rebela, no existe un fácil optimismo". Simplemente Liera, agrega Margules, ''quiso tocar las fuentes de nuestra idiosincrasia. Es una obra sobre la mentalidad de México".

Es un texto lleno de reflexiones e introspecciones y posee ''muchas influencias de Elena Garro, Inés Arredondo, Gabriel García Márquez y ante todo de Juan Rulfo, además de Brecht por todos los poros. Su estructura literaria ofrece una enorme libertad, al tiempo que está creada con rigor".

En cuanto a la puesta en escena, Margules prescindió de todo lo que consideró retórico y reforzó lo íntimo y lo épico, evitando la ''monumentalidad" que hay en la obra, por lo que ''suprimió las escenas de masas y grandilocuentes", mientras que otras las convirtió en monólogos. ''Intenté eliminar todo lo que es ornamental y busqué la esencia del texto dramatúrgico en la soledad íntima de los personajes.

''Las escenas en las que aparecen masas y que tienen el propósito de reflejar la agresividad social de la obra, Oscar recurre, señala Margules, a una convención (teatral) que considero ya un poco trasnochada.

''Lo que más me importó al conformar la puesta en escena es la agresividad social, que siento se consigue eliminando estos adornos y volviéndola parte íntima de los personajes.

''Es una agresividad que se manifiesta en la aterradora situación que sufre ese lugar mítico de Sabaiba y que es México. Esto se comprenderá en la medida en que el espectador quiera aceptarla, pues como decía Brecht, la verdad es para quien la quiera escuchar.

''La grandeza de Liera es que no convierte la obra en un panfleto." Eliminando algunas partes, ''el texto se vuelve más dinámico y le da más fuerza a la puesta".

Además, destaca Margules, la rigurosa combinación entre la expresión local y un castellano literario, convirtió el lenguaje teatral de Liera en gran poesía. Elemento que al diseñar los personajes, las situaciones y los conflictos, se transforma ''en un verdadero desafío para el grupo de actores", conformado por Carmen Huete, Pedro Rodríguez, Salvador Hurtado, Bernardo Avila, Mariana Alatorre, Alejandro Navarrete, Concepción Reséndiz, Susana Garfel, Humberto Romero, Vladimir Bojórquez, Pamela Marino y Carmen Ramos, todos alumnos y egresados del Foro Teatro Contemporáneo.

Margules intenta, por otro lado, hacer evidente el fracaso ''de la gran proeza erótica". Los personajes, añade, desean asir con todas sus fuerzas su identidad erótica. ''Tratan de buscar la plenitud, pero tal parecería que Eros juega con ellos".

La obra ''está plena de tensión erótica. No obstante, todos los personajes se vuelven esclavos de su propio erotismo. Liera, en forma cruel, muestra que en términos del Eros, son un fracaso".

En ese contexto, se presentan entre el complejo entramado de la historia, dos escenas (circo y carpa) que destacan por su carga erótica, la de La Mujer Araña, interpretada por Carmen Huete, y la de los maromeros a cargo de Pablo Vinós, Alejandra Lanzalobo y Judith Inda Valencia.

Escenas que funcionan ''como contrapunto de un discurso por demás trágico" y que para Margules significan ''un intento por recrear la imaginación popular, además de mostrar un eros adocenado y humorístico".

Un espacio vacío y un actor, la apuesta

Respecto de la puesta en escena en su conjunto, Ludwik Margules persigue la idea de ''la aniquilación del juego escénico como elemento retórico. Creo que el conflicto adquiere realmente un rango poético, cuando queda eliminada toda la ornamentación y todo se reduce al actor en el escenario".

En ese sentido, ''coincido con las palabras de Peter Brook, quien señala que sólo se necesita un espacio vacío y un actor para conformar un hecho teatral". Y en este caso, ''la tensión constante que se refleja en la obra no es por medio de un juego pirotécnico escénico, sino mediante una actitud interna que empuja hacia adelante la tensión dramática, sin una coreografización de la puesta en escena".

La escenografía e iluminación de Mónica Raya evoca ''una vieja casona de múltiples puertas, muros y espacios laberínticos".

El camino rojo a Sabaiba tendrá cuatro estrenos, pues las actrices que encarnan a los principales personajes femeninos cambiarán en cada función. ''Esto significa que el elenco asume el texto no en forma literaria, sino de manera netamente teatral. No intento descubrir el hilo negro, finaliza Margules, ''pero siento que resulta más entrañable el conocimiento de una obra si los que participan en el grupo teatral se aprenden todos los papeles".

(Los estrenos de El camino rojo a Sabaiba serán únicamente los días 9, 10, 11 y 12 de diciembre, jueves y viernes, a las 20:00, sábado a las 19:00 y domingo a las 18:00 horas, con diferentes actores. Después, en febrero, continuará la temporada. La cita es en el Foro Teatro Contemporáneo, Jalapa 121, colonia Roma. Teléfono: 5574-6420.)