Ť Con su homenaje culminó la FIL de Guadalajara
García Riera descifra el negro enjambre del cine mexicano
Ť Se entregó el Premio de Periodismo Cultural Fernando Benítez
César Güemes, enviado, Guadalajara, Jal., 6 de diciembre Ť La noche fue de Emilio García Riera y de Trino Camacho. El homenaje al crítico de cine, el último acto de la Feria Internacional del Libro 99 efectuado la noche del domingo, contó con la participación de Raúl Padilla, Víctor Manuel González Romero, Diana Bracho, Vicente Rojo, Felipe Cazals, Héctor Aguilar Camín, Eduardo de la Vega Alfaro, Trino, Leonardo García Tsao, Margarita Sierra y Maricarmen Canales.
García Tsao fue directo: ''Es muy probable que sin García Riera el cine mexicano se hubiera quedado amnésico (...) Su afán de absoluto y manía por la información completa lo llevó hace tiempo a la creación de la primera historia documental de nuestro cine. Pero eso no fue suficiente: Emilio se sintió obligado a hacer la labor dos veces cuando los avances de la tecnología le permitieron revisar las películas en la televisión de su casa y las fichas de cada película en una computadora personal. El resultado fueron los 18 volúmenes que componen la segunda edición de la historia. Un trabajo que se antoja ya no digamos imposible, sino inconcebible, para una sola persona normal. Soy de la hipótesis de que eso afectó la salud de Emilio: cualquier persona que haya visto la filmografía completa de Viruta y Capulina estaría pegado a un tanque de oxígeno".
Lo cierto es que el crítico, debido en parte a la baja temperatura, requiere en efecto de un respirador portátil que le brinda oxígeno. Circunstancia que a lo largo de la noche se prestó para diversas bromas que García Riera tomó con alegría.
Eduardo de la Vega Alfaro habló de otra de las facetas del prosista, la de profesor: ''García Riera ha formado a muchos más de los que se supone, porque muchos de los que fuimos simples lectores de sus críticas y sus libros nos guiamos por estas referencias que fueron básicas (...) Seguramente hoy en la mañana ha de haber hecho la última ficha de cine mexicano, y eso habla no sólo de una obsesión sino de un afán creativo extraordinario que si por un lado puede resultar insuperable, por el otro deja una huella para tratar de acercarse lo más posible".
Decisiva, la visión del séptimo arte
Diana Bracho solicitó: ''Hoy quisiera que este merecidísimo homenaje a tu obra como periodista cultural incluyera un pequeño homenaje personal a tu amistad, algo que cuidas y cultivas con el mismo afecto que tienes por tu trabajo. En la vida uno se va quedando con pocos amigos, y tus pocos amigos somos muchos".
Felipe Cazals recordó sus conversaciones con García Riera sobre cine, quien ''con buen ojo, mejor olfato, gran corazón y mucha dedicación ha descifrado para la mayoría de nosotros este negro enjambre de ambiciones que medio matan, este margallate de crímenes involuntarios conocido por todos como el cine nacional".
Vicente Rojo habló de las coincidencias entre ambos, ''primero en México en la Cultura, el suplemento que dirigía Fernando Benítez cuando Emilio comenzó a publicar sus primeras críticas de cine. Poco después en la revista Artes de México, donde hizo un breve análisis del cine mexicano que se convertiría a su vez en el primer libro sobre el tema y que sería el origen de su historia del cine nacional (...) He sido testigo de la pasión que durante medio siglo ha puesto en su trabajo. De las muchas versiones o visiones que existen del país en el que vivimos, una decisiva sin duda es la que el cine nos refleja. La obra de Emilio resulta fundamental no sólo porque documenta los valiosos, aunque escasos logros artísticos de nuestro cine, sino sobre todo porque es la historia social y política de una época, y de los gustos y disgustos de una sociedad y también de su cultura".
Trino Camacho ofreció al respetable uno de sus ya reconocidos doblajes en los cuales a partir de viejas series televisivas hace decir a los actores de hace 30 años parlamentos actuales. Sólo el aplauso para Riera al final se equiparó con el recibido por el cartonista.
El homenaje se acercó al cierre con las palabras de la hija de García Riera, Alicia García Bergua, quien dio lectura a un texto propio y a uno de Ana, su hermana. El crítico, por su lado, reconoció: ''Me gusta mucho recibir un premio que lleva el nombre de quien me abrió las puertas del periodismo profesional. Eso sucedió cuando en 1957 a Vicente Rojo se le ocurrió que yo podía escribir de cine en México en la Cultura y me presentó con Benítez. Entré a formar parte de la 'mafia', llamada así por quienes no podían entrar en ella (...) Creo haber dado sincero apoyo a la mejor obra de buenos directores mexicanos. Quizá eso me redima de tantas tonterías como las que uno suelta sin remedio, cuando es más frecuente escritor que viajero. Agradezco el premio Fernando Benítez. Todo lo bueno que se ha dicho de mí no sé cómo agradecerlo. Y me despido en versalitas tipo Garamond".
Finalmente fue entregado el Premio de Periodismo Cultural Fernando Benítez en sus diversas categorías: reportaje escrito a Renato Ravelo; radiofónico a Alejandro Pacheco, y fotorreportaje a Federico Gama.
Cerró así la última FIL del siglo. La próxima estará dedicada a la literatura española y ya desde ahora se antoja deliciosa.