Ť Se impide a un millón de niños consumir leche subvencionada
Retiro indiscriminado de subsidios
Ť Un millón 200 mil familias dejaron de recibir tortillas baratas por la depuración de programas
Patricia Muñoz Ríos Ť En los últimos cinco años se ha retirado la venta de leche subsidiada para un millón de niños y la entrega de tortilla subvencionada a 1.2 millones de familias, pues el gobierno "depuró" los padrones de los programas de abasto alimentario, revela información del Fideicomiso Liquidador de la Tortilla (Fidelist) y de Leche Industrializada Conasupo (Liconsa).
De acuerdo con las estadísticas de ambas dependencias, durante el presente gobierno, el retiro de subsidios fue generalizado, no sólo abarcó productos alimentarios de primera necesidad como la tortilla, la cual se ha elevado de precio en 366.7 por ciento en el presente sexenio, sino también disminuyeron los apoyos destinados a las clases económicamente más desprotegidas.
Debido al retiro de subsidios, el precio de la tortilla se elevó casi dos veces por arriba del índice general de precios al consumidor y tres más de lo que se incrementó el salario mínimo en este gobierno
A ello se sumó el encarecimiento generalizado de precios de básicos, pues la canasta incrementó de precio 208.2 por ciento entre diciembre de 1994 y octubre de 1999, mientras que el salario mínimo nacional promedio sólo aumentó 128.4 por ciento en ese mismo periodo, revela un informe elaborado por el Area de Política Social del grupo parlamentario del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en la Cámara de Diputados.
En el análisis fechado el 19 de noviembre pasado, se apunta que actualmente el costo de una canasta básica alimentaria para una familia de cinco miembros es de 2 mil 245.50 pesos mensuales, cuando el salario mínimo que recibe un trabajador por un mes es de 957.30 pesos. Se requieren más de dos minisalarios para adquirir los mínimos indispensables de subsistencia de una familia, se señala.
Refiere además que en 1985, se podía adquirir una canasta básica con un salario mínimo; para 1994, se precisaba para este mismo fin 1.6 de estas remuneraciones y para octubre de 1999 esta proporción subió a 2.3 veces de minisalario.
En la proporción precios-salarios, la carrera la va ganando la inflación, establece este grupo parlamentario en su informe y añade que paradójicamente, la canasta básica se ha encarecido más que el índice general de precios.
Puntualiza que en 1994 el salario mínimo era de 13.06 pesos y en el presente año es de 31.91 pesos --en promedio, pues depende de la zona del país en que se registre. En tanto, la canasta básica alimentaria se incrementó más de 200 por ciento en este mismo periodo, lo que provocó un evidente deterioro del poder adquisitivo y disminuyó los niveles de acceso a bienes y servicios de las clases trabajadoras remuneradas con bajos sueldos.
Se expone que en prácticamente todos los rubros de abasto alimentario, el consumo ha disminuido considerablemente debido a que se han desplomado las remuneraciones en términos reales por la inflación, y se considera que en la desaparición de subsidios se han sobrepuesto los criterios de "eficiencia" por encima de los de justicia social.