El clavadista Pablo Martínez se golpea contra un trampolín
Nuevo accidente en el CDOM
Rosalía A. Villanueva * A dos semanas de haber sufrido un accidente en la alberca del Centro Deportivo Olímpico Mexicano (CDOM), que le dejó heridas en la cabeza y en el rostro con suturas de 30, 20 y 15 puntadas, el clavadista Pablo Martínez Vaca da "gracias a Dios de que sólo fue el susto y no pasó nada''.
El deportista sufrió el percance durante un entrenamiento vespertino, cuando su cara pegó contra el trampolín de tres metros mientras realizaba un clavado hacia adentro. Cayó al agua, pero nunca perdió el conocimiento.
Recuerda que sentía dolor y se asustó mucho al ver empapadas de sangre las toallas que le puso en el rostro su entrenador, Jorge Carreón, quien pidió auxilio a los médicos del Comité Olímpico Mexicano, pues desde hace años, según el técnico, los clavadistas carecen de asistencia especializada.
Rápidamente se trasladó al atleta al servicio médico, "allí le tomaron radiogra-fías, y como tenían dudas de si tenía o no fracturas, lo enviaron a la Torre Médica, donde lo suturaron, le tomaron más radiografías y una tomografía. El personal de la clínica nos informó que Pablo estaba bien, que lo único que tenía eran golpes y heridas leves".
El clavadista, quien es subcampeón nacional de primera fuerza y obtuvo el sexto lugar mundial en la Copa de Nueva Zelanda, dijo que los médicos le recomendaron chequeos constantes, sobre todo de la cabeza, pero desconoce si el seguro de la Comisión Nacional del Deporte (Conade) absorba todos los gastos, ya que el jueves lo someterán a una resonancia magnética y no sabe si deberá pagar el estudio de su bolsillo.
Esta no es la primera vez que ocurre un accidente en el CDOM, donde los deportistas carecen de la atención médica indispensable. Basta recordar la reciente muerte del waterpolista Igor Omar Ortega en pleno entrenamiento.
Ante ello, el técnico Jorge Carreón propuso que la Federación Mexicana de Natación, la Conade y el COM pongan mayor atención a los deportes de alto riesgo, máxime en clavados, donde el peligro es una constante.
"Los muchachos requieren de un médico que esté en los entrenamientos ųindicaų, pero eso no depende de nosotros. Hasta para entrar aquí (al CDOM) es un relajo, porque a veces no dejan pasar a los atletas porque no están en lista. Domina la burocracia. No sé de quién dependa la asignación de un médico, pero sería bueno tenerlo''.
Por lo pronto, el deportista deberá guardar reposo y se incorporará hasta enero a las actividades, a sólo unas semanas del selectivo para luchar por un lugar para participar en los Juegos Olímpicos de Sydney, Australia, en el 2000.