La Jornada miércoles 8 de diciembre de 1999

ASTILLERO Ť Julio Hernández López

Ya antes había hecho otros milagros, pero ahora el beato Juan Diego Gurría ha dado una muestra máxima de poder, al convertir (con 21 días de adelanto) a los mexicanos todos en santos inocentes, mediante la parábola de la jubilación donada.

El barbado del verde ayate

Pío, buen hombre, varón capaz de quitarse la capa abrigadora para entregarla a los harapientos llenos de frío, el barbado del Tepeyac tuvo ayer una revelación: tomarás los 43 mil pesos mensuales que te paga Nafin como pensionado, y los donarás a instituciones de asistencia pública. (Como ya había pasado el Teletón, y Lucero ya no podría encomiar en vivo y a todo color ese gesto filantrópico, el portador del ayate --donde, desde años atrás, se había reproducido la imagen de un billete de cien dólares-- decidió ceder su pensión, por partes iguales, a quienes luchan contra el cáncer mamario y cérvico-uterino y a favor de los niños con incapacidad cerebral)

El milagro, sin embargo, tiene caducidad. Si el beato no es elevado a otros altares de la burocracia, o cuando menos mantenido en alguna embajadilla, entonces desaparecerá el encanto, pues la pensión será entregada a los necesitados sólo a partir de enero, y sólo en caso de que el milagroso tampiqueño ya no tenga cargo alguno en la administración pública.

En el mismo sitio donde se produjo la revelación, el beato Gurría dejó inscrita una oración en la que asentó las muchas acechanzas malignas que hubo de vencer: acusaciones infundadas, falsas y calumniosas, controversias e irritación, afanes protagónicos y coyunturas electorales, mientras él, que ya venía de otro nivel espiritual, pues había sido el angel de la dependencia, y antes el jefe de los embajadores de la banda tricolor, siempre ha hablado con la verdad y actuado conforme a derecho, sin recibir jamás beneficio o retribución que no sea producto legal de su trabajo.

šAlabado sea el Señor, que permite los hechos de asombro que para su mayor gloria realizan los más humildes de sus pensionados!

Falta, por cierto, saber cuándo y a quiénes donarán sus pensiones otros varones que han dedicado su vida al servicio a los demás, alejados de las tentaciones mundanas del enriquecimiento y la vanidad, ejemplos de austeridad franciscana. Helos allí: Oscar, el recolector de las limosnas para la construcción de la catedral del sexenio; Jesús, el buen samaritano que ahora busca hacerse cargo de la parroquia de la capital; Manuel, el encargado de conducir como buen pastor a las ovejas descarriladas (y también descarriadas), y otros monjes y penitentes más que, al pasar por los asilos de beneficencia autodenominados instituciones financieras, fueron obligados a llevar para el viaje al- gunos pedazos de pan que, ahora, convertidos en pensiones, podrían también donar, siguiendo el ejemplo supremo del maestro José Angel.

Lo que deben sufrir los iluminados

(Simplemente para que los santificados lectores de esta columna valoren mejor la obra del beato Juan Diego G., entérense de algunas de las trampas que el diablo pone a sus siervos: en el Infonavit, acompañando al presidente Zedillo a un acto oficial, el secretario de Hacienda debió huir a zancadillas de los reporteros que pretendían preguntarse sobre la pensión que todavía no donaba; jubilados del Seguro Social, por su parte, dilapidaban, frente a Palacio Nacional, parte de su fortuna --que en algunos casos asciende hasta a mil pesos mensuales-- organizando coros que decían, por ejemplo, "Gurría, te cambio tu pensión por la mía", o gritando "Gurría, enséñanos la movida"; y en Veracruz, otra aparición milagrosa está a punto de ser desacreditada por unos duendecillos malévolos llamados diputados locales, quienes pretenden obligar al santo alemán Miguel de Velasco a desdecirse de la promesa que había hecho al Teletón de donar 9 hectáreas para un centro de rehabilitación, pues el santo germánico ni siquiera había pedido permiso al Congreso para disponer de esos terrenos, creyente como estaba de que todo lo veracruzano podría ser manejado como dinero de su bolsillo)

Más milagritos

Pero no fueron los únicos milagros del día. Por ejemplo, un soplo divino impulsó al presidente Zedillo a realizar una gira oficial por la capital del país por primera vez desde que es gobernada por perredistas. Un problema logístico, sin embargo, restó impulso al citado soplo, pues el arcángel Liébano avisó demasiado tarde a una de las destinatarias, Rosario Robles, quien, tomada con tan sólo unas horas de anticipación, prefirió no acompañar al Presidente sino dedicarse a perfeccionar los ejercicios espirituales (y terrenamente políticos) con los que pretende conseguir mayores fondos (Ƒlimosnas?) para atender mejor las almas capitalinas puestas a su cuidado. La lucha por nueve mil millones de pesos bien vale una misa.

Otro Palacio, a su vez, vivía el desaire. En el de Minería, la comisión negociadora nombrada por el rector Juan Ramón de la Fuente para dialogar con el Consejo General de Huelga era dejada en el vacío por sus interlocutores. El vocero, Alberto Pérez Blas, lamentó "que siga habiendo dilaciones", pero aseguró que hay satisfacción porque "haya habido avances, y se logren acuerdos que, reiteramos, esperamos consolidar para poder suscribirlos a la brevedad posible".

ƑCuántos votos... digo, cuántas dosis?

Y quien suspiraba por ser dejado en el vacío, por que nadie se acuerde más de él, cuando menos por unos días, es el nuevo cardenal del gabinete zedillista, José Antonio González Fernández, quien sentenció firmemente que el asunto de las impugnaciones a su falta de conocimientos médicos para ocupar la Secretaría de Salud es, ya, "asunto agotado".

La sociedad, por lo demás, podrá dormir tranquila al saber las razones por las cuales, finalmente, don Pepe Toño podrá cumplir a la perfección con las tareas sanitarias que le han sido encomendadas: si él, González Fernández, no se hubiera sentido capaz de desempeñar el cargo, no lo hubiera aceptado. El neomédico Pepe Toño ya no pudo esclarecer más el punto, pues estaba dedicado a precisar las diferencias entre gimnasia y magnesia, y entre una receta y un acta electoral perfumada por un mapache.

Astillas: Sigue el pleito en la cúpula priísta, pero ya no mediante cartitas en los periódicos, sino mediante hechos políticos más evidentes, como la exclusión de Carlos Hank González de los actos encabezados por Francisco Labastida ayer en Toluca. Estuvieron otros ex gobernadores, hasta Emilio Chuayffett, quien se declaró listo para regresar al servicio público si alguien se lo pide, pero no el jefe del grupo. Y, por si hubiese sido necesario arrojar cubetas de agua sobre la tierra anegada, el sinaloense explicó que no aceptó la ayuda de Jorge Hank Rhon porque éste se dedica a negocios que no tienen nada que ver con el PRI, como los casinos...Como en las novelas policiacas, se dice que en la muerte de Abraham Polo Uzcanga, la clave está en el chofer...El presidente Zedillo fue autorizado a viajar a Panamá, luego de suspender la visita a Estados Unidos a causa de los escarceos de San Lázaro que amenazaban con no autorizarle a salir del país en la fecha convenida para reunirse con Bill Clinton...

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