Ť Lo denunció un extranjero que ni siquiera declaró
Liberan por falta de pruebas a hombre acusado de intentar vender a su hija
Elia Baltazar Ť Bastó la denuncia de un turista extranjero que ni siquiera dio su nombre a las autoridades, para que Ezequiel Alejandro Santiago Bautista se convirtiera en presunto delincuente, acusado nada menos que de intentar vender a su hija de 4 meses.
Ocho horas debió pasar Ezequiel en la agencia 7 del Ministerio Público para demostrar su inocencia, pues ninguna prueba hubo en su contra para demostrar la acusación de un desconocido, que ni siquiera presentó denuncia ante las autoridades.
Una tarde bastó para que un hombre de escasísimos recursos fuera señalado como presunto traficante de menores, aunque no había una sola prueba en su contra y mucho menos se concluyeran las investigaciones.
Ezequiel, en tanto, no temía nada más que le quitaran a su hija, Jazmín, de 4 meses, a quien mantiene y educa solo, pues su madre, Rosario, los abandonó cuando internaron a la niña en un hospital de la Cruz Roja de la Perla, por problemas de salud que presentó al nacer prematuramente. "Volví a mi casa y la madre de la niña ya no estaba".
Desde entonces la busca donde sus amigas dicen haberla visto. Por eso recorre habitualmente la Alameda Central. Y allí lo detuvieron los policías Flavio Castillo Sanromán y Arturo Martínez Rosas, cuando cambiaba los pañales de su hija y le preparaba la mamila del día, luego de trabajar en Satélite, donde se emplea como jardinero en varios domicilios a cambio de un sueldo semanal de entre 200 y 260 pesos.
"Primero me levantaron casi a golpes, me quitaron a la niña y luego llegaron unos judiciales para llevarme a unos baños de por ahí, donde me comenzaron a decir que me iban a partir la madre", relata.
"Mejor mátenme, porque yo sé que no hice nada". Así les respondió Ezequiel, quien admite que el miedo comenzó a recorrerle el cuerpo. "Pero más temor me dio que me quitaran a la niña".
Con el canguro en el cuerpo, que usa para llevar con él a su hija a todas partes, incluso a su trabajo, Ezequiel no entiende cómo lo acusan de algo "tan espantoso, cómo podría yo hacerlo". Dice que ni la necesidad, que es mucha, lo llevaría a ello.
Originario de Nochixtlán, Oaxaca, Ezequiel llegó a la ciudad de México a los 15 años para trabajar en una tintorería de la colonia Tránsito, en donde permaneció hasta la muerte de Ciro Figueroa Corona, quien le ofreció aquella oportunidad.
En su pueblo nunca pudo estudiar y aquí lo intentó, pero a duras penas concluyó el segundo año. "ya ve que de grande pus es más difícil". Así, analfebeto casi, Ezequiel se ha empleado de albañil, mozo de limpieza, jardinero... de todo hace, y hasta donde sea necesario se traslada con su hija para pagar la renta de 400 pesos por un cuarto en La Rielera 227, Ciudad Nezahualcóyotl.
Allí vive desde hace dos años, pues se siente seguro con su compadre y la mamá de éste, quienes lo ayudaron a registrarla con su nombre al abandonarlo la madre de la niña.
Y fue Andrés quien ayer llevó a la agencia el acta de nacimiento de la bebé y declaró a favor de Ezequiel. "Ya ni la chingan. Mi compadre se parte la madre por esa niña, y ahora viene cualquiera a decir que la quiere vender", se exaspera Andrés.
Ezequiel confiesa que no ha sido fácil, pero que mucha gente lo ha ayudado, sobre todo aquellos con quienes se emplea. "Me regalan ropa, mamilas, a veces hasta juguetes, porque dicen que les parece raro que un hombre se haga cargo de un hijo. Pero yo no soy un animal y quiero a mi hija".
El hombre que ayer fue acusado de intentar vender a su hija, fue liberado cerca de las 11 de la noche, cuando el oficial secretario Héctor Arellano determinó que no había delito que perseguir.