Ť En una caballeriza localizan restos de vestimentas


Se inician las excavaciones en dos fincas más de Ciudad Juárez

Ť Llama el alcalde a defender "la buena imagen" del municipio

Rubén Villalpando, corresponsal, y Juan Manuel Venegas, enviado, Ciudad Juárez, Chih., 7 de diciembre Ť A nueve días de haber comenzado la búsqueda de fosas en distintas fincas de esta región fronteriza, las excavaciones en el rancho Campo de Tiro Campo del Norte, tienen prácticamente convertido el terreno en una especie de campo minado. Por todas partes se alcanzan a distinguir montículos de tierra, señal de que ahí se rastrean más osamentas. Hoy, los trabajos de la pala mecánica se concentraron en la parte media del inmueble, en la zona de caballerizas donde, según trascendió, fueron localizadas ropas y algunas prendas, como zapatos y cinturones.

En tanto, en Santa Rosalía, donde la víspera fueron hallados restos de dos cuerpos ųse dice que corresponden al sexo masculinoų, llegó otro camión adaptado con laboratorio y, como en Campo de Tiro, hizo su aparición un tráiler con sistema de refrigeración. En dos fincas aledañas, La Lupita y Berrendo, se iniciaron también excavaciones.

Oficialmente, por parte de la Procuraduría General de la República (PGR) no se dio a conocer ningún avance en los análisis forenses y antropológicos que se realizan en El Paso, Texas, a las ocho osamentas halladas hasta el momento. Aquí permanece el jefe de la Unidad de Combate al Crimen Organizado, José Trinidad Larrieta Carrasco, quien advirtió que la información que surja en los próximos días "corresponderá difundirla a la procuraduría y se dará a conocer en esta ciudad", ya no más ni en Estados Unidos ni en el Distrito Federal.

Señaló que todo lo que se publique fuera de la información oficial "son sólo especulaciones", y para atender a los medios locales y nacionales que siguen el caso, ordenó la instalación de una sala de prensa en céntrico hotel, donde todos los días, después de las 18:00, se podrá saber si hay avances en las pesquisas. Para atender estas tareas informativas fue comisionado en esta frontera Igor Herrera, de la dirección de Comunicación Social de la PGR.

Por otra parte, en el marco de la búsqueda de osamentas en seis ranchos ubicados en los municipios de Juárez y Ascensión, los medios locales, principalmente los electrónicos, abrieron grandes espacios para la trasmisión del mensaje que, desde la ciudad de México, dio el alcalde panista Gustavo Elizondo Aguilar, llamando a los juarenses a "defender" la buena imagen de su ciudad, y a rechazar lo que consideró una "campaña de calumnias y desinformación".

Pidió trabajar para no contribuir a esa campaña y culpó a los medios, sobre todo estadunidenses, de la "falta de objetividad" con que han trasmitido la información sobre las dos "narcofosas" descubiertas. Esos medios, añadió Elizondo, "sin medir consecuencias dieron noticias sin apegarse a la realidad. Eso no se vale".

La postura pública del alcalde panista ųal parecer sugerida por el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de su partido, y por ello su tralado a la capital del paísų fue secundada por el dirigente de la Canaco local, Martín Alonso Cisneros, quien se quejó de que por la mala imagen que se está generando de Juárez, el comercio ha visto mermada sus actividades, en tanto que el turismo disminuyó sensiblemente en los últimos días.


Ť El combate al narcotráfico lesiona al Ejército, y Cervantes debe decir no a Zedillo


A Sedena no le gusta tocar ciertos temas: Garfias

Ť Afortunadamente para la dependencia, el general Curiel García murió en el desfile militar de 1995

Jesús Aranda Ť "Afortunadamente para la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena)", el general de ala, piloto aviador Gonzalo Curiel García, falleció en el accidente aéreo del 16 de septiembre de 1995, porque así se evitó la necesidad de aclarar los presuntos vínculos del militar con el narcotráfico, afirmó ayer el general retirado Luis Garfias.

En entrevista, agregó que pese a las sospechas sobre las relaciones ilícitas de Curiel García, la Procuraduría General de Justicia Militar no indagó el asunto, "y de no haber ocurrido el accidente, tampoco habría pasado nada, porque a la dependencia militar no le gusta que se toquen esos temas".

Asimismo, señaló: "Cuauhtémoc Cárdenas coincidió conmigo" en su demanda de que las fuerzas armadas se mantengan al margen de la lucha contra el narcotráfico, y añadió que no existe ningún fundamento constitucional ni legal que avale la intervención de soldados en esas labores.

Sostuvo que si bien el comandante supremo de las fuerzas armadas es el presidente Ernesto Zedillo, lo cierto es que el secretario de la Defensa Nacional, general Enrique Cervantes Aguirre, "debe decir no al Presidente" y aclararle que el combate al narcotráfico lesiona gravemente la integridad del Ejército, por el alto grado de corrupción que lo rodea.

Para nadie es un secreto, añadió, que cada vez son más públicos los casos de generales y oficiales involucrados en el tráfico de estupefacientes, y eso expone a la institución a un contagio de corrupción que no se puede permitir.

Garfias, quien desde la pasada legislatura, cuando era presidente de la Comisión de Defensa Nacional en la Cámara de Diputados, se opuso a que el Ejército participara en acciones antinarco, hizo un llamado a defender la institución y no exponerla al peligro que implica el combatir frontalmente el tráfico ilícito de estupefacientes.

"ƑPor qué ni Estados Unidos, ni Francia, ni España permiten que sus ejércitos se involucren en la lucha antinarco? Pues porque saben de su terrible poder corruptor", enfatizó.

En relación con la carta que envió el director de Comunicación Social de la Secretaría de la Defensa Nacional a La Jornada, en la que precisa la fecha en que Curiel García murió ų16 de septiembre de 1995ų, Garfias replicó que la misiva ni siquiera aclara que el fallecimiento del general Curiel ocurrió durante el desfile militar de ese año.

Tampoco dice que había sospechas sobre los presuntos vínculos de este general con actividades ilícitas cuando fue director de la Escuela del Aire de Zapopan, Jalisco, precisamente cuando el general Jesús Gutiérrez Rebollo ųpreso por presuntos nexos con el narcotráficoų, era jefe de la quinta Región Militar, con sede en Guadalajara, Jalisco.

La Secretaría de la Defensa Nacional nunca precisó la relación que tenía Curiel con Gutiérrez Rebollo, como tampoco aclaró si tenía relación con Eduardo González Quirarte, presunto lugarteniente de Amado Carrillo Fuentes.

A la Sedena no le gusta tocar cosas "delicadas" como ésa, y tampoco aclaró las causas del accidente en que fallecieron Curiel y otros cinco soldados.

Por cierto que, en declaraciones del 18 de septiembre de 1997, Jesús Gutiérrez Rebollo señaló que Eduardo González Quirarte visitó en una ocasión, "previa autorización de Cervantes Aguirre", la sala de juntas de la oficina del jefe del Estado Mayor de la Sedena, "donde informó sobre un supuesto arreglo que estaba llevando a cabo con unos licenciados de la Presidencia de la República para no efectuar acciones contra Amado Carrillo, para lo cual, uno de los puntos del arreglo era que la policía del Instituto Nacional contra las Drogas (INCD) no realizara operativo alguno, que iban a aportar a dichos licenciados la cantidad de 60 millones de dólares, y que ya habían dado un adelanto de 6 millones".

Lo cierto, enfatizó Garfias, es que casos en los que militares están involucrados en actividades ilícitas son "temas delicados que la Defensa Nacional no quiere tocar", ni investigar, ni mucho menos informar.


Ť Un teniente, identificado como cabeza de narcos


La presencia de militares en el cártel de Juárez, una constante

Ť Otros cinco oficiales, ligados con la mafia juarense

Juan Manuel Venegas, enviado, y Rubén Villalpando, corresponsal, Ciudad Juárez, Chih., 7 de diciembre Ť La presencia de militares o ex militares en el proceso de consolidación del cártel de Juárez ha sido una constante. Incluso, uno de los capos que en su momento fue identificado como cabeza de la organización proviene de las filas castrenses: el teniente Cuauhtémoc Ortiz ųbrazo derecho de a Rafael Aguilar Guajardoų, "desaparecido" cuando le disputaba el poder a Amado Carrillo Fuentes.

Ortiz fue levantado a mediados de 1993, poco después de la ejecución de su amigo Aguilar Guajardo, y su cuerpo fue localizado, en forma casual, un año después en el Lote Bravo, cuando una máquina removía arena en los trabajos de una construcción. Sus restos fueron hallados junto a los de Javier Lardizábal, informante de la Policía Judicial del estado para asuntos de narcotráfico.

Antes de ser asesinado ųlas pesquisas indican que recibió el tiro de gracia en la cabezaų, Ortiz se apuntaba como sucesor de Aguilar Guajardo en la estructura del cártel de esta ciudad. Para ello, contó con el respaldo de los hermanos Muñoz Talavera.

Dato adicional sobre el ex teniente del Ejército Mexicano: es tío de Jorge Salvador y Jesús Manuel Ortiz Gutiérrez, copropietarios de los ranchos Campo de Tiro Paso del Norte y de Granja Santa Elena, resguardados por la presunción de que fueron utilizados para la inhumación clandestina de víctimas del narcotráfico. En el primero ya fueron descubiertas seis osamentas.

cd-juarez-bus-osamentas2-jpeg Al lado de Ortiz se conectaron al cártel dos tenientes más, de apellidos Rentería y Rivas. El primero fue ejecutado en Ciudad Juárez, hace ya 10 años, y el segundo estuvo detenido en El Paso, Texas, por delitos contra la salud. Los tres (Ortiz, Rentería y Rivas) pertenecieron al Primer Batallón de Infantería, acantonado en esta frontera.

Otros militares que han sido involucrados en actividades del narcotráfico son los capitanes Mario García García y Paulino Mendoza Contreras. Ambos se encuentran en la lista de la agencia antinarcóticos de Estados Unidos (DEA) como "oficiales" que proporcionaron protección institucional a la "organización Carrillo Fuentes".

En cuanto a las "responsabilidades" de estos militares ligados con la mafia juarense, se afirma que "la mayoría participaba en tareas de Inteligencia del Ejército Mexicano, por lo que sus labores en el cártel de Juárez se concentraron en esa misma área, por la capacitación de que ya disponían en cuestiones de espionaje; control de rutas aéreas y pistas de aterrizaje, así como sistemas de rastreo por radar".

En las listas aparecen también los nombres de los capitanes Horacio Montenegro Ortiz y Javier García Hernández, ambos identificados con el general Jesús Gutiérrez Rebollo y quienes se encuentran bajo proceso por diversos delitos contra la salud.

Los militares, afectados por la ola de desapariciones en esa ciudad

De acuerdo con la Asociación de Familiares y Amigos de Desaparecidos en Juárez y El Paso, entre 1993 y 1998, en la ciudad chihuahuense hubo 206 personas extraviadas. Todas, probablemente víctimas de los ajustes de cuentas de y entre narcotraficantes.

Oficialmente, las desapariciones se enmarcan en tres grandes grupos de investigación: uno que corresponde a ciudadanos, técnicos y profesionistas que colaboraron o participaron en investigaciones coordinadas por las corporaciones policiacas estatales o federales; en el segundo se ubican militares, agentes y ex agentes federales y estatales infiltrados en el narco y que cumplían labores de informantes oficiales, tanto de México como de Estados Unidos.

El tercer grupo lo integran los ciudadanos estadunidenses (se dice que son por lo menos 22) que fueron levantados aquí o en El Paso, Texas.

En el caso de los militares y oficiales de las instituciones policiacas, de los cuales se desconoce su paradero, la mayoría de sus nombres permanecen en el anonimato, debido a la labor que realizaban, y por el hermetismo de las pesquisas, a fin de no afectar a sus familiares.

No obstante, las desapariciones de dos miembros del Ejército han sido registradas oficialmente: los tenientes de Infantería Víctor Hugo Ontiveros Gómez, levantado el 2 de septiembre de 1996, y Miguel Orlando Muñoz, de quien no se ha vuelto a saber desde el 16 de mayo de 1993.