Ť Denuncias de lavado de dinero y narcotráfico
Traumático, el último tramo de la presidencia de Menem
Ť Siguen las zancadillas de peronistas contra el futuro gobierno
Stella Calloni, corresponsal, Buenos Aires, 7 de diciembre Ť Como se preveía, el último tramo de la gestión del presidente Carlos Menem está resultando traumático, con zancadillas del Senado dominado por los peronistas al gabinete que asumirá el viernes, denuncias que vinculan al gobierno con el lavado de dinero, y el escándalo por la presencia aquí del mexicano cártel de Juárez, que para el ministro del Interior, Carlos Corach, es una "casi una anécdota".
Sin embargo, debe ser algo más que una anécdota ya que hoy llegó a la ciudad de Mar del Plata el jefe de la Interpol en México, Juan Ponce Edmonson. A su llegada, dijo que "esto es un asunto de la justicia argentina y respetamos la soberanía. Venimos a aportar datos y colaborar técnicamente en lo que nos pida la justicia argentina".
Según una denuncia mexicana ante el juez Rodolfo Canicoba Corral, difundida hoy por la prensa local, el agente inmobiliario argentino Nicolás di Tulio y su hermano Domingo serían los nexos con los narcotraficantes del cártel de Juárez.
La denuncia de la Procuraduría General de México, hace unos 15 días y divulgada por el diario Clarín, señala una operación de lavado de dinero de ese cártel por casi 11 millones de dólares que llegaron aquí a través del Citibank de Nueva York.
Los jefes de ese grupo narcotraficante, el ya fallecido Amado Carrillo Fuentes y Eduardo González Quiriarte, se comunicaron por medio de Di Tulio con el empresario Aldo Luis Ducler, quien administraba la financiera Mercado Abierto, allanada la semana pasada al estallar el escándalo.
Ducler no sólo fue funcionario de la última dictadura, sino que también se desempeñó como asesor del ex candidato a vicepresidente por el Partido Justicialista, Ra- món Palito Ortega. Di Tulio concentra sus grandes negocios en la venta de propiedades rurales en Mar del Plata.
El ministro Corach, por su parte, afirmó que "en comparación con los miles de millones de dólares que se están lavando en Estados Unidos y en otros países importantes, esto realmente es casi una anécdota".
Además, dijo que el gobierno no sabía lo que estaba sucediendo, pese a que el 28 de septiembre de 1998 la DEA había enviado un informe a la cancillería sobre el aumento aquí del tráfico de drogas y lavado.
El presidente Menem, a su vez, consideró hoy de una "irresponsabilidad total" las denuncias sobre los vínculos de su gobierno con el fallecido empresario Alfredo Yabrán, amigo del mandatario y quien habría sido investigado por la DEA desde 1991, según reveló a la prensa un ex embajador estadunidense y un diputado aliancista.
Menem, quien aseguró que no tiene "nada de que arrepentirse" tras 10 años de gestión, incluso dijo haber girado órdenes para que el fiscal del Estado investigue "de dónde salen esos datos".
Por otra parte, la reticencia del Senado, con mayoría del aún gobernante Partido Justicialista, de aprobar un acuerdo logrado esta madrugada para que el Congreso apruebe el presupuesto del 2000, se convirtió en otra de las tantas maniobras del menemismo para entorpecer la transición.
Pese a que el viernes asumirá el presidente Fernando de la Rúa, de la todavía opositora Alianza (socialdemócratas y centroizquierdistas), Menem se ha esmerado en los últimos días en emitir decretos, como el que ordena un tarifazo ferroviario, que finalmente fue rechazado por la justicia, o el nombramiento de nuevos funcionarios.
Sin embargo, es el dibujado de las cifras económicas lo que representa mayor peligro. El designado ministro de Economía, José Luis Machinea, advirtió que los diputados justicialistas quieren que se apruebe un presupuesto con un déficit fiscal falso.
"Me equivoqué cuando dije que el déficit iba a ser de 10 mil millones de dólares. El déficit que queda es de 7 mil 500 millones, que proyectados hacia el próximo año sumará 11 mil millones de dólares", precisó.
Aun cuando los peronistas habían acordado, tras semanas de negociaciones, debatir esta noche el próximo presupuesto, los legisladores oficialistas dieron marcha atrás.
"Los justicialistas quieren que se acepte un déficit falso de 4 mil 500 millones de dólares... Con cada crisis siempre nos exigieron apoyar medidas impositivas sobre tablas y otras. Dimos quórum y ahora hacemos responsable al oficialismo del fracaso de las negociaciones. No nos consideramos responsables, después del 10 de di- ciembre vamos a gobernar tratando de que el peso caiga sobre lo que más tienen", dijo por su parte el presidente del bloque de diputados de la Alianza, Darío Alessandro.