Observatorio

Ciudadano de la Educación

COMUNICADO No. 22


La educación superior ante un nuevo siglo

* México, con grandes rezagos y disparidades

* Ocho millones de excluidos

* Necesario, superar las perspectivas de corto plazo

* Ausencia de políticas de Estado para ese nivel

El debate sobre la universidad mexicana se ha centrado, a lo largo de este año, en el conflicto que vive la UNAM. Por la naturaleza de este conflicto, la discusión ha girado fundamentalmente en torno a los temas del pliego petitorio de los estudiantes en huelga; no obstante, la agenda de problemas que conciernen a la educación superior en México no se agota en ellos. Más allá del análisis de coyuntura, el conflicto debe servir para reflexionar con seriedad sobre las deficiencias y limitaciones del modelo educativo que prevalece en las instituciones de educación superior del país, tema que en esta ocasión aborda Observatorio Ciudadano con motivo de la reciente aprobación del documento de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) La Educación Superior hacia el Siglo XXI.

Del estudio de la ANUIES y otros realizados a nivel mundial, latinoamericano y nacional, pueden extraerse tres puntos, que sintetizan algunos de los principales retos planteados a las instituciones de educación superior (IES), a los gobiernos federal y estatales y a la sociedad, en una perspectiva de largo plazo: 1. El crecimiento, la equidad y la diversificación de la educación superior; 2. La calidad; 3. Las condiciones estructurales de operación de las IES.

 

Necesario crecer, diversificar y

asegurar igualdad de oportunidades

 

En México, el sistema de educación superior ha observado una tendencia de crecimiento a lo largo de los años noventa: pasó de 1.1 a 1.8 millones a lo largo del periodo. Paradójicamente, el total de excluidos es hoy en día mayor que hace 10 años: en 1990 había en el país 6.7 millones de jóvenes entre 20 y 24 años fuera de la enseñanza superior, en el presente la cifra puede estimarse cercana a los 8 millones de excluidos.

Por otra parte, el crecimiento que se registra en la década es atribuible, en gran medida, a la expansión del subsistema privado y a la creación de nuevas unidades en el subsistema tecnológico público. En cambio, la matrícula en universidades públicas permaneció prácticamente inmóvil en el periodo al no haberse creado ninguna nueva unidad de este tipo.

Como dato positivo se tiene un aumento relativo de la cobertura: en 1990 se atendía al 13 por ciento de los jóvenes demandantes de enseñanza superior y en 1999 se alcanzó el 17 por ciento. Esta proporción continúa siendo insatisfactoria si se compara con la de otros países, aún con aquellos de desarrollo similar al nuestro (gráfica 1). La situación es aún más grave dada la disparidad regional: los estados más pobres Fuente: Panorama estad’stico de la ense–anza superior 1980-1995, UNESCO son, por lo general, los más rezagados en la atención en el nivel superior. Además, y pese a la creación de IES que ofrecen estudios superiores cortos, la matrícula aún se concentra en algunas carreras tradicionales.

Para compensar las grandes desigualdades que prevalecen en la distribución de oportunidades de enseñanza superior, México debe hacer un esfuerzo mayúsculo en dos sentidos: crecimiento, para que las IES atiendan una mayor proporción de jóvenes y se revierta la tendencia de exclusión en curso; y diversificación: la expansión futura no puede reproducir las pautas de crecimiento del pasado.

Ahora se requiere impulsar el crecimiento en las entidades rezagadas, atender la problemática de las zonas metropolitanas del país; racionalizar el crecimiento a nivel nacional y en cada uno de los estados, y diversificar modalidades y niveles educativos. Este esfuerzo requiere, evidentemente, un compromiso efectivo de parte del Estado a favor de todas las opciones de enseñanza superior pública, en particular las universidades que, en el pasado reciente, fueron abandonadas a su suerte.

La ANUIES propone una matrícula cercana a los tres millones como meta para el 2006 y para el 2020 llegar a los 4.5 millones de alumnos (gráfica 2); ello representaría una tasa de cobertura cercana al 28% y al 45% respectivamente, frente a la actual de 17%. Propone también que el crecimiento se dé mediante la creación de IES de diversos tipos en todas las entidades. Metas propuestas por la ANUIES en el documento La Educaci—n Superior Hacia el Siglo XXI. L’neas EstratŽgicas de Desarrollo.

 

Calidad a través de la innovación

 

El reto de la expansión va aunado al del mejoramiento continuo de la calidad y de la pertinencia. Para afrontarlo se requiere innovar permanentemente contenidos y métodos didácticos, pero también modificar la organización de las IES y la manera en que éstas se relacionan con la sociedad. Especial atención merece el fortalecimiento de la investigación, de la difusión cultural, y la extensión universitaria; aspecto este último que se ha soslayado en los proyectos de reforma en curso.

Las innovaciones tienen que vencer resistencias de los actores (directivos, alumnos, académicos y trabajadores) que muchas veces defienden sus espacios como feudos. La formación integral de profesores y estudiantes pasa a ser la columna vertebral de estos cambios; se tendrán que definir estrategias de superación académica que cuenten con el consenso de estos actores que son, en última instancia, quienes facilitan u obstaculizan los cambios; habrá de revisarse y modificarse, por supuesto, las formas de organización académica que no responden a la nueva configuración de las disciplinas. Ante los nuevos campos de aprendizaje se tendrá que hacer uso de las modernas tecnologías de información y comunicación; las modalidades de educación abierta y a distancia de alta calidad deberán ocupar cada vez mayores espacios. Deberá, en suma, darse lugar a una nueva cultura de aprendizaje que finque las bases para la permanente renovación del conocimiento.

 

Condiciones para la reforma

 

El crecimiento y la diversificación, la calidad y la innovación sólo serán posibles si las IES cuentan con las condiciones adecuadas para su funcionamiento y operación; no sólo instalaciones y equipamiento, laboratorios y talleres, sino algunas condiciones de carácter estructural, en especial en cuanto a su financiamiento, normatividad y formas de gobierno.

En lo relativo a financiamiento, hace falta un mayor esfuerzo global, del Estado y de los particulares, para incrementar la inversión en educación superior. Pero además, debe haber reglas claras para asignar el presupuesto; un consenso sobre la proporción en que el Estado y los particulares deberán participar para cubrir el costo de la educación superior; transparencia en el manejo de los recursos por parte de las instituciones, y rendición pública de cuentas.

Si el financiamiento es importante, todavía lo es más la normatividad; los recursos deben aprovecharse bien, para lo cual debe haber estructuras de gobierno y toma de decisiones basadas en criterios académicos sustentados, a su vez, en cuerpos consolidados de profesores e investigadores de carrera. Las normas actuales, tanto internas a las IES como estatales y federales, resultan insuficientes para posibilitar un funcionamiento eficiente que permita dar continuidad a políticas de largo plazo. Urge también mejorar los procesos de planeación y evaluación institucionales, estatales y nacionales, y contar con un marco normativo substancialmente renovado, que otorgue a las IES seguridad jurídica y estabilidad para el desempeño de sus funciones.

Las actuales formas de gobierno, en particular la representación de académicos y estudiantes en la conducción institucional, es uno de los temas que merece mayor atención; será difícil proponer las reformas que se requieren al margen de un amplio consenso, para lo cual es preciso garantizar una adecuada y legítima representación de los actores universitarios en el gobierno de las IES.

Los retos a los que tiene que hacer frente la educación superior son de gran magnitud y no fácil respuesta. Ante ello, y dada la conformación conflictiva del campo político, social y educativo de este fin de siglo, algunos actores sociales se han expresado con pesimismo e incredulidad sobre las propuestas de cambios sustantivos en el ser y el quehacer educativo; otros más creen --creemos-- que, pese a condiciones adversas, es posible un mejor futuro educativo.

Ciertamente hay obstáculos y resistencias a vencer: la persistencia de muchos de los problemas que durante años han aquejado a las IES; la visión inmediatista que tienen las autoridades al momento de tomar decisiones en materia de educación superior; la indefinición de un proyecto de Nación en el cual tenga su sitio un proyecto educativo integral; así como la falta de canales para la participación civil y estudiantil en los procesos educativos de este nivel. Pero también están los innegables avances que en años recientes se han dado al interior de las IES, junto con el surgimiento de una nueva cultura que revalora la educación en el contexto de la sociedad del conocimiento que se está construyendo a nivel mundial.

 

Interrogantes

 

Ante el panorama y los retos planteados, Observatorio Ciudadano plantea los siguientes interrogantes:

 

* A las instituciones de educación superior: ƑCómo se están procesando al interior de cada institución los desafíos de la sociedad del siglo XXI en sus dimensiones local, regional y nacional? ƑDe qué manera se está construyendo una nueva cultura organizacional para dar respuestas oportunas a las nuevas demandas del entorno social? ƑExisten mecanismos institucionales para incorporar en los planes de desarrollo las opiniones de las organizaciones ciudadanas y de la sociedad civil?

* A los gobiernos estatales: ƑQué lugar ocupa el nivel educativo superior en las prioridades de sus programas educativos? ƑCómo entienden la propuesta de conformar "auténticos" sistemas estatales de educación superior? ƑCómo impulsan la participación social en los procesos de definición de políticas de educación superior en los estados?

* Al gobierno federal: ƑCómo visualiza la definición de "políticas de Estado" en materia de educación superior? ƑQuiénes deben participar en esa definición? ƑEs necesario un nuevo "pacto" IES-gobiernos federal y estatales?

* A la ANUIES: ƑCómo piensa promover la asimilación de sus propuestas en las IES y de qué manera conminará a los demás actores relevantes, gobiernos y congresos, para que asuman sus propuestas? ƑQué opina de la necesidad y viabilidad de un nuevo pacto social al respecto? ƑDebe redefinirse la autonomía de cada institución a favor de una nueva autonomía cuyo sujeto sea el conjunto del sistema de ES?

* A los partidos políticos: ƑQué papel ocupa la educación superior en sus respectivas plataformas políticas? ƑCómo procesan las opiniones de la ciudadanía y la sociedad civil en esta materia?

 

 

 

 

 

 

 

ƑQUIENES SOMOS?

Somos un grupo de ciudadanos comprometidos con el desarrollo de la educación nacional, interesados en la observación crítica de las políticas gubernamentales en este campo, y que buscamos contribuir a solucionar los graves problemas educativos del país. Observatorio espera que las autoridades respondan a sus preguntas y cuestionamientos, y ofrece la publicación de sus respuestas en este espacio.

Todos los ciudadanos están cordialmente invitados a sumarse a nuestra iniciativa. Favor de enviar sus nombres, con sus datos de localización e identificación, a La Jornada, Observatorio Ciudadano de la Educación, apartado postal 20-423, San Angel, México, DF, CP 01001. Fax: 56 22 75 79. Correo electrónico: [email protected]

Nuestros comunicados aparecen el segundo y cuarto viernes de cada mes en este espacio perodístico; se pueden reproducir en cualquier medio indicando su procedencia.

 

Visítenos en

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Grupo de redacción (en orden alfabético): Alejandro Canales, María de Ibarrola, Pablo Latapí Sarre, Felipe Martínez Rizo, Javier Mendoza, Carlos Muñoz Izquierdo, Elsie Rockwell, Roberto Rodríguez y Lorenza Villa Lever.

Otros integrantes: 252 firmas de 30 entidades federativas. Véanse en la página de Observatorio en internet.