Ť La prueba femenil fue dominada de punta a punta por una polaca
Gregorio Martínez conquista el Maratón de Cancún
Ť Con 2:17.51 horas, el mexiquense puso fin al maleficio de que sólo ganaban aquí extranjeros
Jorge Sepúlveda Marín, enviado, Cancún, QR, 12 de diciembre Ť El "maratón más hermoso del mundo" no contó precisamente con la mejor organización ni con público para aplaudir a los competidores, quienes cubrieron los 42.195 kilómetros de la laguna Nichupté con una temperatura promedio de 15 grados y una agotadora humedad que subió de 60 a 78 por ciento durante el recorrido.
Dispares cifras de atletas se manejaron, ya que mientras Alberto Rojas, presidente del comité organizador, aseguró que fueron entre 900 y mil, el titular de la Federación Mexicana de Atletismo, Antonio Villanueva, lo contradijo al calcular apenas unos 400.
La competencia se inició a las 6:00 horas, en la semioscuridad, y en la rama varonil se rompió el maleficio contra los nacionales, pues en el Maratón de Cancún únicamente extranjeros habían ganado. Ganó el primer lugar el mexiquense Gregorio Domínguez (2:17.51 horas), seguido del tlaxcalteca Rafael Muñoz (2:18.04) y del venezolano Carlos Tarazona (2:18.34), quien por cierto se coronó monarca del Campeonato Iberoamericano de la especialidad, ya que en esta ocasión ambas pruebas se disputaron simultáneamente, sólo que la prueba ibérica apenas reparte medallas, y a decir de los organizadores, "un buen prestigio".
El segundo y tercer lugares de la prueba iberoamericana fueron para el colombiano Pedro Rojas (2:19.30) y el costarricense José Luis Molina (2:21.39).
En damas, la polaca Malgorzata Sobanska (2:43.42) se llevó de punta a punta el maratón, seguida por la brasileña Marizete de Paula Rezende (2:45.05), quien obtuvo la medalla de oro ibérica, y la mexicana María Elena Reyna, tercera y segunda, respectivamente. Carolina Merlo terminó en el tercer sitio del campeonato.
Desde el inicio se notaron las carencias. El inicio de la competencia se hizo más tarde de lo esperado porque unos 12 reporteros no tenían vehículo para desplazarse. Se habilitó para tal fin un camión de la Marina. No hubo pistola, así que el gobernador estatal, Joaquín Hendricks, dio el manotazo de salida.
Frente al asta bandera monumental, en la playa Langosta, el contingente se enfiló hacia el centro de la ciudad, pero antes de llegar se desvió a la izquierda y la competencia entró a la total soledad desde el kilómetro 10 aproximadamente, cuando se habían consumido 56 minutos. Los conejos Benjamín Paredes, Faustino Reynoso y Octavio Escamilla obtuvieron una ventaja de hasta 2 minutos, pero luego de la mitad abandonaron su veloz encargo.
El viento, primero en contra, luego de lado y al final a favor, obstaculizó tanto como la humedad y el calor playero el paso de los agotados atletas. Difícil encontrar turistas en la calle a estas horas y menos que los residentes acudan a la competencia. El azul turquesa del mar que se observó al arribar de nueva a la zona hotelera era un espectáculo único, que obligaba a los atletas a admirarlo, pero sin aflojar el paso. La estrecha avenida impedía movilidad a las unidades motorizadas, que con claxonazos querían abrirse camino. A la punta quedó solo Isidro Rico, luego del abandono de los conejos, quien de estar seguro de poder alcanzar la victoria, abandonó en el kilómetro 38 por un "golpe de calor".
Las tribunas en la meta ni siquiera llenaron sus 300 lugares. Escasearon los aplausos, pero la bolsa abultada dejó satisfechos a los que obtuvieron una parte. Por cierto, en su regreso al fondo, Salvador García terminó en el octavo sitio.