* Minadas, zonas estratégicas de las afueras de Grozny
Imposible, dar marcha atrás en el combate a chechenos: Yeltsin
* Ataca el ejército ruso a los refugiados, dice Human Rights Watch
* Cesarán los bombardeos durante 6 horas para que puedan salir
Juan Pablo Duch, corresponsal, Moscú, 12 de diciembre * El presidente Boris Yeltsin reiteró este domingo que no puede haber marcha atrás en el combate a "los separatistas chechenos que quieren volver esa república caucásica a los tiempos de la Edad Media".
Yeltsin, al hablar en el acto conmemorativo del cuarto aniversario de una Constitución hecha por y para él, dijo también que "es nuestro deber proteger a los ciudadanos rusos y restablecer la ley y el orden en todo el territorio de la Federación".
Las palabras del mandatario ruso se interpretan aquí como signo claro de que, a partir de este lunes, se reanudarán los bombardeos de Grozny, que habían sido suspendidos durante dos días con el fin de que la población civil pudiera abandonar la sitiada ciudad.
Vencido el pasado sábado el ultimátum para que sus habitantes salieran de Grozny, el gobierno de Rusia decidió no lanzar bombardeos masivos y permanentes "mientras se mantenga la esperanza de poder salvar a la población civil" y, al mismo tiempo, advirtió que la capital chechena será tomada en breve.
Según indicó el ministro de Protección Civil, Serguei Shoigu, quien se trasladó a las afueras de Grozny para coordinar la llegada de refugiados, cesarán los bombardeos seis horas al día, de las 8 a las 14, para que la población pueda usar sin riesgos los seis "corredores humanitarios" abiertos para tal efecto.
Shoigu proporcionó también, a través de la televisión local, dos números telefónicos que funcionan las 24 horas, para que pueda llamar "cualquier persona que esté en condiciones de ayudar a desalojar a los habitantes de Grozny".
Sin embargo, todavía permanece en Grozny un elevado número de habitantes y, a la fecha, se calcula que no han salido más de mil 500 personas. El representante del gobierno ruso en Chechenia, Nikolai Koshman, indicó hoy que aún hay en Grozny cerca de 40 mil personas.
"La gente --afirmó Koshman-- empieza a sufrir graves carencias de agua, comestibles y medicamentos. Sabemos que muchos quieren salir, pero los combatientes wahabitas (islamistas radicales) les impiden hacerlo".
Sin embargo, la organización humanitaria Human Rights Watch denunció este domingo en Nueva York que en los últimos días las tropas rusas han disparado contra convoyes de refugiados chechenos que trataban de escapar de Gronzy. "Hemos hablado con mucha gente cuyos familiares y amigos estaban en autobuses que fueron alcanzados por el fuego ruso", indicó la portavoz de la organización Cassandra Cavanaugh a la cadena informativa CNN.
Pese al cese de los bombardeos, mandos castrenses rusos informaron que las tropas federales tomaron hoy el aeropuerto militar en las afueras de Grozny. A su vez, el vocero militar ruso, Guennadi Alyojin, aseguró hoy que los rebeldes han aprovechado la tregua en los ataques para construir fortificaciones y sembrar minas en zonas estratégicas de las afueras de la capital chechena.
Nadie puede en este momento decir qué va a pasar en los próximos días. Pero no sería descabellado anticipar que, ante los riesgos que implica el asalto de Grozny, que tendría un desmesurado costo en vidas por ambos lados, el alto mando militar ruso recurrirá nuevamente a los servicios de Bislan Gantamirov y sus 600 hombres armados, que demostraron su eficacia como punta de lanza en la reciente toma de Gudermes, la segunda ciudad chechena.
La figura de Gantamirov, quien aspira a ser reconocido como líder de la oposición del presidente checheno, Aslan Masjadov, cobró anoche renovado protagonismo al ser designado oficialmente representante adjunto del gobierno ruso en Chechenia, como segundo del representante del gobierno ruso en Chechenia, Nikolai Koshman.
Al asumir el cargo, Gantamirov adelantó que tiene la intención de ser postulado para la presidencia de Chechenia, "una vez que acabemos con los bandidos", y subrayó que "Grozny será tomada antes del 20 de diciembre, sin grandes pérdidas".
La numerosa e influyente diáspora chechena --cuatro quintas partes de la población total de la república-- comienza a dar muestras de preocupación respecto del papel que, con el obvio apoyo de Moscú, se atribuye Gantamirov.
Uno de los grupos contrarios a su liderazgo difundió esta mañana una propuesta de solución negociada que lleva por título "Por la paz en Chechenia y la democracia en Rusia. Iniciativa de Jozh Ahmed Nujaiev". Su autor fue vicepremier de Chechenia y actualmente encabeza una llamada asociación internacional "Mercado común del Cáucaso".
Nujaiev sostiene que "para detener la guerra e iniciar negociaciones de paz, es indispensable buscar contactos entre representantes sólo de aquellas fuerzas que por ambas partes pueden asegurar el cumplimiento de los futuros acuerdos. Dichas fuerzas en Rusia son los líderes de la próxima mayoría parlamentaria y, en Chechenia, el presidente Masjadov con el apoyo de los jefes de los distintos clanes étnicos".
La iniciativa de Nujaiev, aunque indirecta, recibió una respuesta rotunda del general Guennadi Troshev, uno de los responsables de la actual campaña militar, al anunciar que "las tropas federales, al liberar dos tercios del territorio de Chechenia, están listas ya para comenzar los combates en las montañas del sur".