UNA IDEA JUSTA AUNQUE CON MUCHOS PEROS
La iniciativa privada sugiere, con razón, que el Estado sustente sus gastos sobre la base de sus ingresos fiscales, sin depender de un recurso aleatorio, como es la venta de petróleo. En efecto, el precio del carburante ha demostrado ser inestable y estar condicionado a la demanda de los países industrializados y de la decisión política de las naciones productoras de hidrocarburos y, además, el crudo es un recurso no renovable lo cual exige, por consiguiente, prever qué se hará cuando comience a escasear y no se pueda recurrir al aumento de las exportaciones de barriles en el caso de una caída de su precio en el mercado. Es igualmente cierto que las economías bien administradas y equilibradas, como las escandinavas, dependen de sus ingresos fiscales --dicho sea de paso, con excepción de Noruega, no tienen petróleo que les dé una renta particular--.
Sin embargo, aquí la realidad es otra. Como es sabido México, al igual que los demás países dependientes, tiene una altísima evasión impositiva y, precisamente, escapan al fisco los peces gordos que pueden ignorar la red o romper sus mallas. De este modo sólo pagan inexorablemente sus impuestos aquéllos que no tienen más remedio, porque se los descuentan en los productos que consumen o directamente de sus salarios. Eso hace del sistema impositivo un instrumento inicuo, que grava a los menos habientes y perdona a los que saben y pueden escapar de la morsa. Pero también convierte al sistema fiscal en una bomba extractora que depende fuertemente de la liquidez de las clases media y media pobre.
La pobreza aumenta constantemente y arroja fuera del consumo de bienes a capas crecientes de la población. Del mismo modo la masa impositiva tendencialmente no aumenta puesto que el consumo interno disminuye debido a las dificultades que encuentran los productores rurales (a causa de las importaciones, en muchos casos subsidiadas), mientras las pequeñas y medias industrias así como el pequeño comercio enfrentan la competencia de las trasnacionales.
Se requeriría por lo tanto, para que el Estado pueda depender sobre todo de sus ingresos fiscales, no sólo una reforma impositiva sino, en particular, un cambio de modelo económico que haga hincapié en la defensa del consumo, en el combate a la pobreza, en el desarrollo rural y urbano, en la creación de agroindustrias e industrias livianas, en la creación de empleo bien pagado. En resumen, sería indispensable rediscutir la forma en que se aplica el Tratado de Libre Comercio norteamericano, el problema de la mano de obra emigrante a Estados Unidos y el de la aplicación productiva de sus envíos de divisas, así como el problema de la seguridad y la autosuficiencia alimentaria, entre otras cuestiones urgentes como la construcción de viviendas y de obras públicas de protección contra desastres o de infraestructura productiva u otras similares.
ƑEstá la iniciativa privada dispuesta a abandonar su posición frente al neoliberalismo para optar por un Estado más sólido y eficaz, pero basado en una sociedad más justa y desarrollada?
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