Ť Termina casi un siglo de ocupación colonial de Estados Unidos


Transfirió Washington a Panamá la administración del Canal

Ť "Es suyo", le dijo el ex presidente Jimmy Carter a Mireya Moscoso en la ceremonia simbólica

Fernando Martínez, corresponsal, Panamá, 14 de diciembre Ť Tras casi un siglo de ocupación, Estados Unidos transfirió hoy en una ceremonia simbólica al pueblo y gobierno panameños la administración del canal interoceánico, cuyas zonas controló desde la misma creación de esta pequeña república istmeña codiciada por su estratégica posición geográfica como una de las cinco rutas de navegación más importantes del mundo.

Aunque estos actos ratifican el compromiso de Washington de entregar la vía formalmente el 31 de diciembre, la oposición local advierte sobre el peligro de que Washington pueda extender su presencia colonial si el gobierno de Mireya Moscoso firma un acuerdo que busca instalar aquí un centro de información.

"Es suyo", dijo este mediodía en la explanada de las esclusas de Miraflores el ex presidente Jimmy Carter a la presidenta Moscoso, al entregar el Canal de Panamá en representación de Estados Unidos, como está fijado en los acuerdos que él mismo firmó en 1977 con el fallecido líder nacionalista Omar Torrijos.

Como testigos de esta ceremonia, firmaron el acta de transferencia el rey de España, Juan Carlos I, y los presidentes de México, Ernesto Zedillo; Colombia, Andrés Pastrana; Bolivia, Hugo Bánzer; Ecuador, Jamil Mahuad; Honduras, Carlos Flores, y Costa Rica, Miguel Angel Rodríguez.

Previamente habían realizado un recorrido en una de las locomotoras que tiran de las embarcaciones que cruzan el Canal de Panamá --una obra de ingeniería de 80 kilómetros inaugurada en 1914-- para mantenerlas centradas dentro de las angostas cámaras de las esclusas.

PANAMA-PAG 68-3 Ya en la ceremonia, los primeros aplausos espontáneos se registraron cuando el ex presidente Carter se refirió a Omar Torrijos como "un líder con el que trabajé de forma muy cercana" para lograr que "hoy estemos aquí reunidos con el espíritu de respeto mutuo, reconociendo sin duda alguna la soberanía total de Panamá sobre esta región y el hecho de que el canal sea operado excelentemente en manos de aquellos que han mejorado la calidad de las operaciones, con una verdadera democracia y elecciones justas".

Entre los casi mil invitados se encontraban familiares de Torrijos, como su hijo Martín, actual secretario general del único partido de oposición del país, el Revolucionario Democrático (PRD).

Moscoso --cuyo gobierno que comenzó en septiembre ha atacado la obra del principal artífice panameño de los tratados, y hasta hoy había eludido referirse a los acuerdos mencionando su nombre-- esta vez reconoció el papel del general Torrijos en el histórico acuerdo.

"Tuvo y aprovechó la oportunidad histórica de elevar el tema de la reivindicación nacional a un nivel mundial, llevando el mensaje de nuestro reclamo nacionalista hasta los confines más recónditos del planeta, convenciendo a mandatarios de todo el mundo para que se convirtieran en aliados fundamentales para el comienzo y éxito de las negociaciones", sostuvo la mandataria.

Destacó además el compromiso de su gobierno de fortalecer la Autoridad del Canal, entidad de rango constitucional, y mantenerla separada de la política partidista para garantizar una operación eficiente y segura de la vía interoceánica, así como mantener el programa de modernización emprendido con el ensanche de su tramo más angosto, el Corte de Culebra.

Carter, por su parte, aludió a temas cruciales de la relación bilateral, como el supuesto derecho de intervención contenido en el Tratado de Neutralidad Permanente del Canal, que entra en vigor al mediodía del 31 de diciembre, y al que adhirieron 41 países, entre ellos Francia, Italia, la entonces Unión Soviética, España y la mayoría de las naciones latinoamericanas.

Este pacto "le da a Estados Unidos el derecho y la obligación de defender el canal de cualquier amenaza externa, pero siempre se ha entendido que si ello se requiriese, se haría en conjunto, en cooperación y a solicitud de Panamá", afirmó.

Los otros aspectos, que Carter definió como los principales desafíos que hereda Panamá, son la "siempre existente amenaza del narcotráfico, que ya estaba aquí cuando controlábamos el canal", la amenaza al medio ambiente, la conservación de la cuenca hidrográfica que proporciona agua al canal, y el problema de los explosivos sin detonar en los campos de práctica de tiro del ejército estadunidense.

El representante del gobierno estadunidense destacó que "en mi país, y también en Panamá, había demagogos que hacían declaraciones exagerando problemas, prediciendo catástrofes para poder molestar y perturbar, y todavía hay personas en mi nación que están plantando historias falsas e incorrectas sobre la seguridad del canal".

En este sentido, elogió el apoyo a los tratados canaleros de Richard Nixon, Henry Kissinger, Howard Baker, David Rockefeller y otros personajes conservadores, así como de 52 senadores demócratas y 16 republicanos que los ratificaron pese a que los acuerdos "no eran populares en Estados Unidos", y que se jugaban la relección.

También elogió la decisión de los panameños de escoger una "ruta distinta a la que Estados Unidos tenía (en la Zona del Canal), que era como un estado socialista, en que el gobierno lo operaba todo", en alusión a la decisión del gobierno istmeño de establecer la libre empresa.

Pero no todo fue fiesta este martes: mientras se desarrollaba la ceremonia, varios centenares de militantes de organizaciones estudiantiles y sindicales, y del Movimiento Nacional de Defensa de la Soberanía, a los que no se le permitió el acceso, se manifestaban en las calles de la ex Zona del Canal contra la presunta propuesta gubernamental de aprobar un Plan Estratégico de Seguridad Nacional.

Este incluiría --según han afirmado al menos dos ministros-- la suscripción de acuerdos bilaterales de acopio e intercambio de información de inteligencia "con Estados Unidos y otros países amigos".

Al respecto, el legislador del PRD Miguel Bush dijo contar con pruebas de que el gobierno de Moscoso se propone firmar a comienzos del próximo año el llamado acuerdo para el espionaje en territorio pana- meño, que otorgaría a los estadunidenses la facultad de intervenir en todos los asuntos internos del país bajo el pretexto de garantizar la seguridad del canal.

Ya en 1997, Estados Unidos fracasó en su intento de instalar un centro antidrogas y mantener 5 mil soldados en la zona que controla desde 1903, cuando envió sus buques de guerra como advertencia a Colombia para que permitiera la separación de Panamá de su territorio.

La ocupación continuó por cuestiones de seguridad, ante la amenaza alemana en la Segunda Guerra Mundial, y por la "amenaza comunista" en los años siguientes.

Por lo pronto, el presidente Bill Clinton, cuya ausencia este martes aquí fue interpretada por algunos como una concesión al descontento republicano con la entrega de la vía, dijo en un comunicado que "la ceremonia de hoy demuestra nuestro compromiso permanente con la seguridad del canal, como está contemplado en nuestras obligaciones con el tratado".

De los 50 mil civiles y militares estadunidenses que otrora ocuparon la desaparecida Zona del Canal, 270 civiles siguen trabajando para allí y sólo 12 militares quedan en Panamá, país que deberán abandonar el último día de este siglo para acabar con una era de colonialismo territorial, siempre y cuando ningún nuevo acuerdo permita la continuación de una ocupación y una intervención disfrazadas.