* Homenaje en Bellas Artes a la cofundadora de Fem


Alaíde Foppa recibió dos cartas breves, íntimas y conmovedoras

* Hace 19 años fue asesinada por la dictadura de Guatemala

Yanireth Israde * Y a Bellas Artes llegaron dos cartas para Alaíde Foppa: breves, conmovedoras, íntimas. Una de su hija Laura y, otra, de Mariana, su nieta.

La noche de ayer, el público reunido en la Sala Manuel M. Ponce del palacio de mármol escuchó las palabras que las mujeres Foppa escribieron y leyeron para su querida Alaíde, asesinada por la dictadura guatemalteca hace 19 años, y quien siempre inculcó en su familia el hábito de comunicarse por medio de epístolas.

Fue una velada de homenaje y recuerdos en la que estuvieron, además, Annunziata Rossi, Esperanza Brito, Otto-Raúl González, Anamari Gomis y Marta Lamas.

Rossi rememoró el estrecho vínculo que las unió en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde ambas impartían cátedra. Invocó su juventud cosmopolita y su rigurosa formación académica, pero sobre todo su capacidad de indignación ante la desigualdad femenina y su firme postura contra la violencia hacia los indígenas de Guatemala, el país de su madre y su cónyuge, y en el que vivió unos años hasta que la dictadura la trajo a México.

Cuando la conoció, dice su colega, ''encontré una mujer muy femenina, de modales sencillos y refinados, no había nada en ella de la pedantería que se advierte en muchos intelectuales. Me encantó su voz, su hermoso rostro melancólico de grandes ojos castaños que se iluminaban con su espléndida sonrisa y revelaba su luz interior".

En broma, Rossi le decía a Foppa ''burguesa ilustrada" y ''ésta se reía de ese epíteto con su habitual sentido del humor". Lo cierto es que Foppa siempre fue crítica de la burguesía. Y no pudo ni quiso permanecer indiferente ante la dolorosa realidad latinoamericana, con su pobreza y sus injusticias.

La caída del presidente Jacobo Arbenz -de cuyo gabinete formaba parte su esposo, Alfonso Solórzano- la obligó a venir a México e iniciar aquí un prolífico trabajo que trascendió lo académico para tocar también los ámbitos literario y feminista. Y fue pionera en estudios de la mujer.

Cofundadora en 1975 de la primera publicación feminista en México y América Latina, Fem, Foppa se distinguió -recuerda la actual directora de la revista, Esperanza Brito- por el respeto a las corrientes del movimiento feminista. ''Estaba por encima de las mezquindades" y escuchaba con atención a los que discrepaban de ella.

 

Defensora de los indígenas

 

Desde la trinchera radiofónica, en la estación de la UNAM, se encargó de condenar la represión indígena en Guatemala y la violencia contra las mujeres quichés sometidas al estupro, la violación, la tortura y la muerte, señala Rossi.

''Estas transmisiones generaron el odio del gobierno guatemalteco" y ello propició su trágico final.

Alaíde fue secuestrada en diciembre de 1980 frente a la casa de su madre, en Guatemala, mientras subía al automóvil. Al chofer lo asesinaron. De ella no se supo más.

Antes había muerto su hijo Juan Pablo en la guerrilla de Guatemala, luego su esposo, Alfonso Solórzano, falleció atropellado, siguieron Alaíde y Mario, otro de sus vástagos, pereció acribillado en una estación de Guatemala. Sólo quedaron tres de sus hijos dispersos en América Latina.

''Alaíde yace en una sepultura, en una de las tantas fosas comunes, junto a las víctimas que defendió. Es así como la 'burguesa ilustrada', cuya madre poseía latifundios en Guatemala, acabó por adoptar una posición de crítica despiadada en contra de los gobernantes guatemaltecos y de sus propios intereses de clase, consagrándose a la defensa de las comunidades autóctonas, cuando el problema indígena no rebasaba el ámbito de los estudios especializados de historiadores, etnólogos y antropólogos.''