* Canacintra
No se ha conjurado la posibilidad de otro Fobaproa
David Zúñiga * El problema de la cartera vencida sigue latente. Pese al saneamiento de los bancos y la baja de las tasas de interés, aún hay muchos deudores en el atolladero. ''No existe ninguna restricción para que no vuelva a haber un Fobaproa'', advierte el director del Centro de Análisis Económico de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), Francisco Caballero.
Entrevistado tras una reunión con reporteros en ese órgano empresarial, Caballero explica que las dificultades de los deudores siguen sin resolverse, a pesar de todos los programas de apoyo; mientras, los bancos tienen nuevas reglas de operación y se van a seguir capitalizando a través de fusiones. La cartera vencida, comenta, se ha estabilizado porque no han repuntado las tasas de interés, pero el descenso de los réditos tiene un "tope técnico".
Los banqueros, asevera, no han asumido que la intermediación financiera implica cierta dosis de incertidumbre y riesgo. "Por eso el principal pagador de intereses del sistema bancario es el gobierno, porque su papel es seguro". Tras cinco años sin crédito, la banca es un "gran cuello de botella" para la reactivación de la economía. Si el crédito fluyera, dice, el PIB podría crecer entre un punto y punto y medio adicional.
La certidumbre, asevera, sólo está de un lado: del de los banqueros. No existen garantías de que se reactivará el crédito ni de que bajarán las tasas; éstas no dependen sólo de la oferta y la demanda porque el gobierno es el principal solicitante de recursos del mercado, ya que las tasas son un punto de referencia para mantener el tipo de cambio en cierto nivel.
Cinco años más
para llegar a 1994
Caballero calcula que si los salarios aumentaran a tasas de 3 o 4 por ciento real, para el 2005 podrían recuperar los niveles de 1994. "ƑCuándo lo vamos a ver? No sé. Es un círculo vicioso: las empresas crecen poco, pagan poco y los empleados consumen poco". Asimismo, califica de románticos a quienes creen que la economía de México puede volver a las condiciones de los años setenta. "Eso ya no existe". Las circunstancias actuales, advierte, son de incertidumbre y ahora los pronósticos incluyen numerosas restricciones. Cada vez hay menos variables sobre las que se tiene control. "El barco puede hacer agua en cualquier momento''.
En cuanto al presupuesto para el próximo año, comenta que el componente financiero del gasto se está haciendo cada vez más grande y ha empezado a desplazar a otros programas.
Más de 60 por ciento del gasto programable, recordó, corresponde a gasto social, pero más de 70 por ciento de esa proporción se destina a pagar salarios. ''Tenemos un gran problema de asignaciones. No podemos quedarnos con las unidades de medida, expresiones como 'es el mayor gasto de la historia' o 'la mayor proporción del gasto programable' no dicen nada. Lo que interesa conocer es la incidencia real de los programas de combate a la pobreza y la marginación". El problema, independientemente de los montos, es que el gobierno no gasta con eficiencia.