* Buscan la "democratización de la economía", dicen


Organizadores de las protestas en Seattle preparan "más batallas"

* La coalición que tomó las calles llegó para quedarse: James Hoffa

* Se opondrán a todo libre comercio que viole los derechos laborales

Jim Cason y David Brooks, corresponsales /I, Washington, 16 de diciembre * Los organizadores de la oposición popular que se manifestó en Seattle durante la reunión de la Organización Mundial de Comercio (OMC) se preparan para las próximas batallas con el propósito de detener la expansión del libre comercio y el neoliberalismo, y promover la "democratización" de la economía internacional.

"La coalición que tomó las calles en Seattle, seamos Teamsters o tortugas, está aquí para quedarse", declaró esta semana James Hoffa, secretario general del sindicato nacional Teamsters, de 1.4 millones de agremiados. "Estamos listos para batallar".

Hoffa se reunió con líderes de varios sindicatos nacionales, organizaciones ambientalistas, grupos de defensa de los derechos de los consumidores y de protección de los animales para anunciar una nueva campaña para oponerse a funcionarios políticos electos que dan mayor prioridad a los mercados libres que a los derechos de los pueblos.

La estrategia de las diversas organizaciones sociales después de Seattle es la consolidación de la oposición popular contra cualquier acuerdo de libre comercio que no incorpore garantías muy específicas sobre derechos laborales y normas ambientales.

"La oposición pública alrededor del mundo ha detenido el momentum de la globalización empresarial", afirmó Lori Wallach, de la organización Public Citizen, entre los principales grupos de oposición en este país a las políticas de libre comercio. "Hemos dicho durante años que nuestra estrategia ha sido detener una nueva ronda de negociaciones, detener la expansión, y buscar un nuevo modelo más justo para el comercio internacional. Hemos ganado detener una nueva ronda, y el próximo paso es darle vuelta a esto y evaluar lo que ha ocurrido con el modelo actual de la ampliación del libre comercio hasta ahora".

Pero los opositores no tienen ilusiones de que el colapso de las pláticas mundiales sobre comercio en Seattle marque el fin de la llamada globalización. "Hoy la gente está protestando en las calles, pero mañana aún existirá la OMC", comentó Mark Ritchie, director del Instituto para Políticas de Agricultura y Comercio.

Para Ritchie el resultado más importante de Seattle es la consolidación de una alianza entre grupos de la sociedad civil. "Lo que hemos creado es un concepto de una sociedad civil global que existe y que se ha sentado en la mesa".

Hasta los propios promotores del libre comercio y de la agenda de la OMC aquí han tenido que reconocer que algo ha cambiado para siempre después de Seattle. "Se ha dado una democratización real del debate sobre el comercio y la globalización", admitió Jeffrey Garten, uno de los arquitectos del esquema de libre comercio actual y quien un mes antes de Seattle advirtió del peligro al proceso representado por grupos sociales críticos de estas políticas.

Durante los últimos días después de Seattle, otros campeones del libre comercio y decenas de artículos han reconocido que la nueva coalición entre sindicatos, ambientalistas, granjeros, defensores del consumidor y estudiantes que se presentaron en las calles y dentro del Centro de Convenciones en Seattle han cambiado para siempre el debate sobre la liberalización comercial a escala mundial.

De hecho, los opositores a este proceso sostienen que no se quedarán quietos. La Sociedad Ruckus, que capacitó a muchos de los activistas que participaron en las acciones en las calles de Seattle, ya organizan más programas de entrenamiento en tácticas de acción directa no violenta. Críticos de las prácticas de empresas tal como Gap y Nike, que venden artículos producidos en talleres del sudor en el Tercer Mundo, organizan protestas en Nueva York y otras ciudades este mes. Para muchos de estos grupos sociales, la OMC es una de varias instituciones que perciben como cómplices en la expansión neoliberal del comercio global que ha dejado a gran parte de la población mundial en peores condiciones socioeconómicas.

Por su lado, la campaña lanzada esta semana por parte de algunos de estos opositores tiene el propósito de buscar la derrota electoral de políticos que apoyan el libre comercio sin protecciones laborales y ambientales. Esta coalición, si decide cumplir con sus propósitos, podría espantar a no pocos políticos, ya que entre sus miembros se encuentra la central obrera AFL-CIO, con 13 millones de miembros, la organización ambientalista Sierra Club con 600 mil miembros y el influyente Public Citizen, de defensa al consumidor.

Cabe recordar que estos, entre otros grupos, demostraron su fuerza al lograr que el Congreso negara extender la autorización fast track necesaria para negociar acuerdos de libre comercio al presidente Bill Clinton, y fue clave en descarrilar la negociación del Acuerdo Multilateral sobre Inversiones, entre otras iniciativas neoliberales.

Sin embargo, estas coaliciones tampoco han ofrecido hasta la fecha alternativas concretas al modelo actual de libre comercio, aunque sí han elaborado varias propuestas y esquemas generales, trabajo que se ha realizado en conjunto con redes sociales a escala internacional desde que se inició el debate sobre el TLC.

Este movimiento ha sido fortalecido con la nueva energía de los estudiantes y jóvenes, tan visibles en las trincheras de Seattle. Al lanzarse la nueva campaña anunciada esta semana, los viejos activistas sindicales y ambientalistas en trajes fueron acompañados por jóvenes con jeans y camisetas.

"Tenemos una conciencia de que ya no se vale que empresas gigantescas como Nike, Liz Claiborne o Gap, enfrenten a países en una carrera hacia abajo", explicó Eric Braken, de la organización Estudiantes Unidos contra los Talleres de la Explotación. Agregó que el movimiento estudiantil aquí percibe que forma parte de un movimiento mundial contra el neoliberalismo, incluyendo a los estudiantes en huelga de la UNAM, como otros en Africa y Asia. "Seattle no sólo fue una foto, esto se trata de una lucha contra la idea de que las ganancias son primero, antes que los pueblos", dijo Braken.