* A partir de hoy realiza su congreso en Chiapas


Con el reto de renovarse, la CNTE cumple 20 años

* Reproduce las acciones que antes criticó, afirman opositores

Claudia Herrera Beltrán * La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) cumple hoy 20 años, en los que ha conseguido cimbrar las caducas estructuras corporativas del sindicato magisterial, pero ahora enfrenta el reto de transformarse o sumirse en una crisis que puede derivar en su aislamiento o en su descomposición, como auguran algunos de sus dirigentes.

Intolerancia, intransigencia, luchas por el poder que opacan las reivindicaciones gremiales y educativas, verdaderas "purgas" en su interior y pérdida de representatividad, son algunos de los problemas que sufre una organización acusada tanto por sus integrantes como por sus opositores de haber reproducido algunos de los errores que tanto le impugna al superpoderoso sector institucional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).

Para celebrar, hacer un balance de sus dos décadas de historia, y discutir nuevas alternativas para este movimiento sindical, centenares de representantes de una decena de estados se reunirán a partir de este sábado y hasta el lunes en su quinto Congreso Democrático en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, lugar que fuera la cuna de la CNTE.

Opacado por la crisis de gobernabilidad que se vive en la sección 9 del Distrito Federal ųuno de sus principales bastionesų, el congreso será el marco de diversas propuestas para "abrir" a otras expresiones disidentes a una CNTE hasta ahora muy celosa de sus siglas. Además se espera que a la luz de la nueva jurisprudencia sobre libertad sindical, se reavive una vieja polémica (derrotada por años) sobre la conveniencia de separarse del SNTE y crear otro sindicato.

 

Los nuevos tiempos y el viejo discurso

 

La CNTE nació en el sexenio de José López Portillo. En los tiempos del partido único, del sindicalismo independiente reprimido por una implacable mano dura, de reforma política incipiente y de exterminio de los movimientos guerrilleros. Fue la época en que el radicalismo y la movilización permanente, eran la única arma y alternativa de los trabajadores y de los movimientos sociales, recuerdan dirigentes.

El problema, dice Víctor Ancheyta, secretario general de la sección 7 de Chiapas y quien sostiene una visión crítica del movimiento, es que algunas corrientes dominantes de la CNTE, identificadas como ultras o radicales, se han "quedado ancladas" en el pasado y no han innovado su estrategia para sumar más profesores a las filas de la disidencia.

Sin embargo, esta misión de democratizar el SNTE es demasiado complicada. Así lo justifican los ex dirigentes de la sección 9, Daniel Sandoval y Gonzalo Martínez Villagran, quienes en anteriores entrevistas han señalado que la CNTE ha debido enfrentar no solo el poderoso aparato institucional ųcorporativizado al PRI, corrupto y poseedor de las enormes riquezas producto de las cuotas de los maestrosų, sino que ha tenido en su contra a un Estado que ha perseguido y reprimido al magisterio crítico.

Aún así, la preocupación sobre la influencia que la CNTE ha alcanzado en el magisterio es fundada. Cuando surgió, impulsada por profesores de Oaxaca, Chiapas, Tabasco, Guerrero, el estado de México, Morelos, Hidalgo y por miembros de la secciones 9, 10 y 11 del Distrito Federal, sus fundadores auguraban que la disidencia se iba a extender por todo el país. Y lo creyeron aún más con la efervescencia de las movilizaciones de 1989.

Pero dos décadas después los resultados no son tan halagüeños. Hasta ahora, la coordinadora tiene completamente en su poder cuatro de 55 secciones sindicales, cuenta con cierta presencia en algunas secciones, pero ha perdido espacios en muchas otras. El caso más notable es el de la sección 10 del Distrito Federal, recuperada por el sector institucional aprovechando la división de la disidencia.

Para Juan Pérez, dirigente de la sección 18 de Michoacán ųque se reconoce como afin a la CNTEų el balance numérico no es tan negativo porque la coordinadora se ha hecho de las secciones sindicales más numerosas: la 22 de Oaxaca (55 mil trabajadores), la novena (58 mil), la 18 de Michoacán (50 mil), la 7 de Chiapas (40 mil) y parte del magisterio de Guerrero, de Tlaxcala, y de algunos otros estados.

Sin embargo, el michoacano reconoce que conforme ha pasado el tiempo, las corrientes dominantes de "ultraizquierda" se han olvidado del ideal que llevó a la CNTE a la trinchera : ejercer la democracia sindical con una amplia participación de la "base", muy diferente de los cacicazgos de los institucionales. Elio Bejarano de la sección 9, fundador de la CNTE y quien defiende a capa y espada la situación actual de la coordinadora, admite que uno de los desaciertos del movimiento fue haber descuidado a las bases.

La preocupación del líder del magisterio chiapaneco, va más allá en torno a la crisis de representatividad de la disidencia. "De ser una instancia de coordinación de todos los contingentes disidentes se ha convertido en rehén de un contingente".

Muestra de ello, coinciden los líderes del magisterio chiapaneco y michoacano, es el actual conflicto en la novena. Después de más de un año de luchar con "los institucionales" por el reconocimiento del comité ejecutivo de la sección 9, y hasta enfrentar la cárcel, ahora los propios activistas magisteriales son los que quieren destituir a su dirigente Blanca Luna Becerril, achacándole acercamientos con "los charros (los institucionales).

ƑDónde quedó el potencial de la novena? Se pregunta Ancheyta en torno a una de las principales fuerzas de la coordinadora. "Hay mucha actividad de la cúpula mas no de las bases". Y recuerda que en las tradicionales marchas del mes de mayo para exigir incremento salarial, llegan a asistir 3 mil maestros de la novena, Ƒdónde están los otros 55 mil?

Para Ancheyta, esta situación coloca a la coordinadora en una encrucijada: "o se transforma y se abre, o estará condenada a la muerte y al aislamiento". Su propuesta consiste en que la coordinadora acepte participar en las elecciones organizadas por los institucionales y consiga representación en el Comité Ejecutivo Nacional.

La iniciativa de Michoacán es más cautelosa: que la CNTE permita la participación de otros movimientos afines y que no les ponga "etiquetas" sólo porque no comparten los principios de la coordinadora. También promueve una reforma para que esta organización cuente por primera vez con una dirección nacional. Como los chiapanecos, advierte que si no hay cambios, el futuro para la coordinadora es aún más complicado y de entrada los michoacanos podrían buscar otro camino.

Han transcurrido muchos años, pero la historia y la misión de la coordinadora sigue provocando enconados debates. Unos recuerdan su nacimiento como una gesta heróica del magisterio democrático, otros la critican y pretenden borrarla del mapa sindical, hay quienes asegura, como el escritor José Agustín en su Tragicomedia Mexicana, que el gobierno alentó la creación de la CNTE para contrarrestar al "corruptísimo" SNTE, y existen otros que simplemente dicen que este movimiento ha aportado mucho al país y por eso debe transformarse.

 


La historia y los cuadros de la CNTE

Claudia Herrera Beltrán * En plena época de agitación sindical en México, el 17 y 18 de diciembre de 1979, una decena de organizaciones magisteriales y centenares de representantes de varios puntos de la República fundaron en Tuxtla Gutiérrez, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación con el propósito de democratizar el SNTE y conseguir mejores salarios para el magisterio.

Una de sus primeras conquistas fue la democratización de la sección 22 de Oaxaca, y un reconocimiento parcial, por parte del gobierno, del descontento que comenzaba a hacerse visible en los trabajadores de la educación del país.

Pero la CNTE alcanzó su climax en 1989 cuando, después de una gran movilización para demandar incremento salarial y democratización del SNTE, se produjo la destitución de Carlos Jonguitud, líder vitalicio de la corporativista Vanguardia Revolucionaria y quien durante 15 años llegó a ser intocable hasta del gobierno.

Al cabo de tres años, las protestas de la coordinadora, aunadas al interés del gobierno de minar a un SNTE "todopoderoso", provocaron que el sector institucional recurriera a una política de apertura a parte de la disidencia sindical (la negociadora), permitiendo que se expresara y actuara dentro de los cauces institucionales.

Poco a poco, la coordinadora fue conquistando espacios en las secciones sindicales y fue haciéndose de comités ejecutivos, así comenzó a vivir lo que algunos llaman su etapa institucional. En tanto, las primeras y segundas generaciones de maestros disidentes fueron alimentando partidos políticos, movimientos sociales o clandestinos y algunos de ellos desaparecieron, fueron asesinados o encarcelados.

Es así como Manuel Hernández pasó de ser el primer secretario general democrático de la sección 7 a diputado del PRI y dirigente de SOCAMA, organización ligada a grupos paramilitares en Chiapas; Pedro Martínez, pasó de primer dirigente democrático del magisterio oaxaqueño a colaborador del gobierno del estado. Aristarco Aquino fue diputado local del PRD.

De las filas de la sección 10 surgieron muchos maestros que ahora ocupan destacados puestos en el PRD: Jesús Martín del Campo (diputado federal); René Bejarano (funcionario del gobierno capitalino); Dolores Padierna (diputada federal); Iván García Solís (delegado del Gobierno del DF). Se encuentra también Miguel Bortolini y Rigoberto Nieto (diputados locales).

También hubo quienes se sumaron a las filas del Partido del Trabajo, como Teodoro Palomino quien finalmente fue expulsado del mismo, y encabezó un movimiento disidente de pepenadores en La Merced. Así como Ninfa Herrera, chiapaneca que también ingresó al PT.