Ť Valentín Campa /I Ť

ŤElena Poniatowska Ť

Cuando trasladaron a Demetrio Vallejo y Valentín Campa, los líderes de la gran huelga ferrocarrilera de 1958, de Lecumberri a la cárcel de Santa Marta Acatitla, comencé a visitar al primero, quien se enojaba: ''Si vienes a verme a mí, no puedes pasar a saludar a Valentín Campa". Me gustaba especialmente visitar a Valentín Campa, porque lo encontraba en el fondo de un jardín sin árboles atendiendo el apiario. Me regalaba unos frasquitos de jalea real. Era muy curioso ver a ese líder ferrocarrilero cubierto de la cabeza a los pies atendiendo a las abejas, que parecían considerarlo su amigo. A Campa le interesaba mucho más hablar de la manufactura de la miel y el comportamiento de las abejas que del Partido Comunista (PC).

Transformado en un maeterlinck, discurría durante horas acerca de sus observaciones del comportamiento de la reina. Creo que estaba enamorado de la reina y era ella quien lo mantenía todos los días atendiendo su corte de zánganos, abejorros y diligentes obreras.

ųƑTe gustan más tus abejas que los miembros del PC?

ųSí, porque son más constantes. Los compañeros muchas veces olvidan sus encomiendas, las abejas nunca.

ųƑY por qué no se llevan tú y Demetrio Vallejo?

campa-valentin-5-jpeg ųƑQuién dice que no nos llevamos?

ųEl dice que tú y los comunistas hicieron fracasar las luchas ferrocarrileras de 1958, un año antes de la Revolución Cubana.

ųEso es totalmente falso, y Demetrio Vallejo es un hombre muy terco y muy difícil.

Nada de licor ni tabaco

Valentín Campa todavía tenía el pelo negro y se veía muy sano. Años más tarde lo entrevisté en su casa, muy cerca de la estación de Buenavista, como buen ferrocarrilero. Ya se veía muy cansado, con una nueva esposa entre sus muebles cubiertos de plástico y ramos de flores del mismo material. Me dijo que volviera para que platicáramos, pero que antes le mandara a decir de qué quería platicar para prepararse un poco, ''porque no te creas, ya tengo lagunas''.

ųšNo!, qué lagunas ni qué ocho cuartos. Tengo más lagunas yo, te lo juro. A mí me preguntas qué comí hoy y no lo recuerdo. Tienes una memoria fabulosa. Yo apenas y sé cuando nací.

ųBueno, pero eso es porque estás atraída por otras cosas.

ųNo, tu memoria es excepcional.

ųƑCrees?

ųClaro, fuera de serie.

ųEstás exagerando, estás exagerando.

ųBeso la cruz. Y no es la cruz de mi parroquia, es la cruz, cruz.

ųMuchas gracias. Dicen los médicos que a mí me ha ayudado mucho, para mantenerme así, el que desde muy joven me hice abstemio, porque fui muy borracho de los 14 a los 16 años, borracho de quedarme tirado en la calle. Tenía problemas emocionales muy fuertes, de familia... y ya trabajaba. Cuando entré al ferrocarril ya tenía 17, 18 años, y me di cuenta que ahí, en ese ambiente ferrocarrilero, yo estaba en una disyuntiva: o me iba a hacer borracho con todos los ferrocarrileros y a perderme ųporque muchos borrachos se volvían locos de borrachos por la venta de vino adulteradoų, o me hacía abstemio, Ƒno? Y decidí no beber en un ambiente muy hostil y muy difícil. Me maltrataban mucho los compañeros por ser abstemio e incluso llegué a tener incidentes que se me grabaron toda la vida.

''Estaba muy pobre y no tenía para comer. Acostumbraba ayudarles a los conductores de ferrocarril para que pudieran dormir más tiempo en el cabús y yo los llamaba nada más para pedir la orden y generalmente me invitaban al restaurante. Lo hacía con ese interés. Pero una vez que tenía mucha hambre, porque no había desayunado ni comido, le ayudé a un conductor. Trabajé muy duro, muy duro. Le hablé y me dio sus papeles y todo. 'Quédate dormido ųme dijoų hasta que yo te hable'. Y él fue por las órdenes. 'Bueno, Campa, ahora sí vamos al restaurante'. Yo encantado. 'ƑQué quieres tomar?'. 'No, hombre, yo quiero una torta y café con leche'. 'No, yo no mantengo hambrientos, Ƒqué quieres tomar?'. Pues fíjate que este desgraciado no me quiso dar la torta con el café. Lo que quería es que yo tomara licor. Le menté la madre y me agarré a golpes con él después de trabajar varias horas y me hice abstemio para toda la vida. Eso me ha ayudado.

''También me dicen que influye el hecho de que yo nunca en mi vida he fumado, porque desde muy chiquito llegué a la conclusión de que el cigarro era una gran tontería a la humanidad. Eso de que se juntan los chiquillos y órale con los cigarros. Te da una carraspera del carajo. ƑQué sentido tiene eso? Y los médicos dicen que eso ha influido a mi favor para mantenerme en estas condiciones, a pesar de lo maltratado que estoy.

Una cervecita, sí

ųNo sabía que hace tanto bien ser abstemio, Valentín. ƑNi una cerveza te tomas?

ųNo, eso sí, una cerveza sí me tomo. Años después me di cuenta de que estaba terriblemente deshidratado. Fíjate, en Tampico, con un calor infernal y trabajando de fogonero. Me acuerdo que me quitaba la chamarra, la exprimía, la torcía y me la volvía a poner con mucha naturalidad. Entonces el maquinista de la grúa también era joven y nos poníamos de acuerdo y casi terminando el turno de trabajo, llegaba apenas la grúa a encerrarla y nos pagaban una hora y media más, dizque para apagar la caldera. Y brincábamos de la grúa a la cantina, a jugar full por la cerveza. El que perdía pagaba. Y ahí me daba hasta la una o dos, a veces hasta las tres de la madrugada, y mi papá se daba cuenta que yo llegaba a las dos, tres de la mañana a acostarme y yo tenía que levantarme a las cuatro para pasar el río y me pagaban una hora y media para encender las calderas.

Era un tomador terrible. Un día mi papá me sermoneó. ''No, pues tú te estás matando. Anoche sentí que llegaste a las tres de la mañana y te tienes que levantar a las cuatro, esa no es vida. Está bien que te pagan bien y todo, pero te estás matando con la cerveza''.

ųBueno papá, pues tiene razón. Desde este momento me la corto, pero usted se quita el cigarro.

El, cuando tenía dinero, fumaba puro. Cuando no tenía dinero fumaba unos cigarrillos que se llamaban de hoja.

ųBueno, nada más dame ocho días de plazo.

ųSe los concedo, papá.

Ahora resulta que soy prediabético y me mantengo sin medicinas. Nada más a base de la dieta. Cuando hace mucho calor, como no puedo tomar refrescos, porque traen azúcar, tomo cerveza que me cae muy bien. Yo era terriblemente dulcero. Los dulces de leche me encantaban. Ahí, en Santa Marta Acatitla, en el apiario, leí un folleto soviético que decía que la miel no era mala para la diabetes. Lo creí, era un sabio soviético, Ƒno? Pero ahora ya ni miel.

ųƑConsideras que fuiste un buen miembro del Partido Comunista?

ųLe di mi vida al partido.

ųƑY al ferrocarril?

ųMenos. Me dediqué a la lucha política.

ųƑAhora los comunistas ya no son tan sacrificados como antes, verdad?

ųNo, para nada. Y a los viejos, ni quien los recuerde.

ųƑA los que dieron su vida por una idea ya nadie se los reconoce?

ųYa los jóvenes no saben nada. Y desde la caída de la URSS, menos. Claro, eso nos entristece, pero reconocimiento o no, de todos modos valió la pena. Yo no cambiaría mi vida por nada, a pesar de la modestia con la que vivo.

El comunismo de los tres grandes

ųƑY crees que los artistas, los intelectuales, los tres grandes y los pintores en general han sido buenos miembros del Partido Comunista?

ųYo no estuve cuando ingresaron al partido. Los conocí cuando me trasladé de Tamaulipas para México, cuando ellos ya eran miembros. Aunque José Clemente Orozco no ingresó, tuvo relaciones con el PC, pero siguió su propia trayectoria y se desenvolvió más en Guadalajara que en México.

A Diego Rivera, a David Alfaro Siqueiros y a Javier Guerrero los traté en el Partido Comunista. Los tres fueron del Comité Central del PC. Te quiero adelantar de una buena vez que cuando se examinó el problema de los intelectuales, se reconoció que en general no se les había dado un trato adecuado en el PC. De ellos, los que más se distinguieron fueron los pintores.

Con Siqueiros fue con quien más relaciones mantuve, porque el congreso sindical lo eligió representante de los mineros de Jalisco y yo era secretario de Organización en febrero de 1929. Desde ese momento tuve un trato muy estrecho con él. El, como pintor, tenía las características lógicas de su profesión, y puedo decir con mucha objetividad que era bastante inestable, al grado de que cuando llegó de Montevideo se olvidó de la lucha política porque allá se enamoró de Blanca Luz Brum y se la trajo para México. Andaba poco por la mujer y desatendió por completo a la Sindical Unitaria. Prefirió el amor al movimiento obrero. Se fue a Estados Unidos con Blanca y olvidó todas sus obligaciones. En enero del 29 asesinaron al líder cubano Julio Antonio Mella y formamos la Sindical Unitaria como al mes y días del hecho. En su carácter de dirigente de los mineros de Jalisco, Siqueiros se había destacado en la lucha contra un proyecto de ley federal presentado por Portes Gil.