Ť René Acuña dice que quizá lo escribió un europeo


Un investigador cuestiona la autenticidad maya del Popol Vuh

Ť La estructura del texto es propia de Occidente, señala

Miryam Audiffred Ť La autenticidad del Popol Vuh es cuestionada. A 118 años de haber sido publicada la versión en español, el investigador René Acuña considera que probablemente la composición de ese texto característico de la cultura maya estuvo en manos de algún europeo.

La estructura occidental y la existencia de voces españolas y latinas ųcomo christiano, Dios, obispo y Demonium loquens eisų en el contenido del documento son algunos de los elementos que condujeron al especialista a señalar que esa obra vernácula no fue realizada por un ''brujito nativo'' como siempre se ha dicho.

popol Por medio del libro Temas del Popol Vuh ųpublicado por el Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAMų, Acuña presenta una serie de reflexiones que tratan de promover el estudio profundo de la obra escrita en lengua quiché y, al mismo tiempo, impulsar la realización de una nueva traducción puesto que la actual ųen su opiniónų tiene muchas omisiones.

''No se trata de calificar o descalificar la autenticidad de la historia de los señores nahua-quichés ni la de los mitos rescatados de la oralidad en el siglo XVI ųseñala el autor en el prefacioų. Mis reflexiones se enfocan, únicamente, en la autenticidad del libro en cuanto tal''.

Si bien hasta la fecha se asegura que el manuscrito bilingüe localizado en la Biblioteca Newberry de Chicago sólo fue traducido por el padre Francisco Ximénez, Acuña indica con gran claridad que la totalidad del documento está escrito con la misma letra; lo que significa que el sacerdote franciscano fue quien construyó las historias del pueblo maya con base en una serie de libros indígenas que encontró en la provincia de Guatemala y que, como él mismo señaló, contenían ''tradiciones del testamento viejo''.

De ahí el ''amasijo deliberado'' de tradiciones populares mayas y señoriales que integran el Popol Vuh y lo transforman en un libro "apócrifo", aclara.

Por si todo lo anterior fuera poco, Acuña indica que el libro tiene una composición occidental que puede distinguirse en la existencia de un prefacio, varios capítulos y un epílogo; estructura que difícilmente puede ser atribuida a un hombre que, en aquel entonces, no poseía el oficio de hacer libros a la europea. ''No me parece que el texto haya sido el producto de un autodidacta espontáneo nativo que se puso a redactar las memorias de su nación.

"Lo que me atrevo a decir ųsubraya el autorų es que el Popol Vuh transmitido por Ximénez es libro de mala ley como copia que conjuga materiales rescatados de la oralidad con registros presumiblemente prexistentes de los señores nahua-quichés de muy dudosa autenticidad''.

De 127 páginas y redactado, en palabras del autor, como un ''ensayo sin pretensiones polémicas o reformadoras'', el texto editado por la UNAM hace énfasis en una realidad: el Popol Vuh ha sido más usado que estudiado.

Por eso, Acuña concluye que ese documento merece ser analizado con detenimiento, pero no como el compendio de los mitos, las leyendas y las historias de El Quiché que muchos señalan, ni como el tesoro de información etnográfica, fundamentalmente aborigen, que contiene.

Hay que dejar atrás la idea de que este texto es ''una de las mejores introducciones a la cultura que la produjo'' para comprender que se trata de ''uno de los más grandes y extraños poemas épicos que el mestizaje produjo en nuestra América indo-hispana''.