Ť Grave, diputado herido con una carta-bomba


Protestas en Argentina por el asesinato de dos correntinos

Stella Calloni, corresponsal, Buenos Aires, 18 de diciembre Ť El grito de los manifestantes era unánime hoy, "šasesinos!" y "que se vayan", referidos a las tropas de Gendarmería de la provincia de Corrientes que en la madrugada del viernes desalojaron un puente ocupado por trabajadores que demandan el pago de salarios atrasados, que dejó como saldo dos jóvenes asesinados y unos 50 heridos, varios graves.

En tanto, el diputado Rodolfo Martínez Llanos resultó gravemente herido al estallar un carta-bomba que contenía un casete, y que recibió en su domicilio.

Miles de manifestantes se dirigieron hacia el puente Belgrano, donde están apostados los efectivos de Gendarmería, y una vez más los policías locales volvieron a colocarse desarmados como una muralla entre unos y otros.

El vicepresidente de Argentina, Carlos Alvarez, no descartó hoy que la policía provincial haya provisto de armas a grupos que al parecer actuaron ayer durante los violentos incidentes, y la acusó de intervenir como "actor político" en la crisis que azota al distrito desde hace varios años y de responder al ex gobernador Raúl Romero Feris, destituido de su cargo meses atrás.

Los manifestantes exigieron al gobierno correntino que se haga cargo de las familias de las dos víctimas y que se investigue de inmediato el presunto robo de un niño recién nacido en un hospital de Corrientes en fecha reciente, hijo de la esposa de Francisco Escobar, uno de los jóvenes muertos en la represión de ayer, aprovechando la condición de analfabeta de la madre.

Esto expuso imprevistamente otro drama denunciado desde hace tiempo por la monja Marta Pelloni: la venta y tráfico de niños en Corrientes, que nunca se investigó.

Durante el mitin de este día hubo críticas por la falta de sensibilidad, de acción y de diálogo del gobierno nacional" para dar respuesta a la demanda popular, y se exigió el retiro de los gendarmes que, se dijo, "están manejando una lista de mil compañeros para descabezar el movimiento".

El repudio ante los trágicos sucesos ocupó los principales titulares de la prensa y las repercusiones afectaron a Fernando de la Rúa, a sólo una semana de su asunción.

Los comentarios oscilan entre la lentitud con que actuó el nuevo gobierno ante la gravedad de la crisis y la falta de medidas contra el jefe de Gendarmería, Ricardo Chiappe, quien procedió bajo su propia responsabilidad y cuyo historial lo liga a los centros clandestinos de la pasada dictadura.

El ministro del Interior, Federico Storani, informó este sábado que la situación en Corrientes está "tranquila y en calma", y como parte de las medidas del gobierno federal para paliar la tensión anunció que se enviaron dos aviones de carga con medicamentos y alimentos para la población.

Los burócratas decidieron esta mañana levantar el bloqueo, como una tregua hasta el lunes cuando se prevé que el gobierno enviará a Corrientes unos 30 millones de dólares, sobre un total de 90 millones que destinará el Ejecutivo para paliar la crisis económica e institucional, y poder pagar salarios adeudados.

El analista José María Pasquini Durán señaló que el gobierno se apresuró a arreglar las cuentas ya que "banqueros, consultores y lobbystas dejaron saber que para defender sus intereses estaban dispuestos a cortar los puentes de acceso al crédito y elevar "el riesgo-país".

El problema es que existen situaciones similares y fuegos que el gobierno saliente dejo encendidos en otras provincias.

Pero también el caso refleja la falta de previsión frente a la nueva misión de fuerzas como Gendarmería, que tanto en este caso con la actuación del comandante Chiappe, como en Neuquén en 1997, con la represión bajo mando de otro jefe como Eduardo Jorge, indican que hubo un peligroso descuido de los legisladores de todos los partidos ante los silenciosos cambios en las cuestiones de seguridad.