Ť Valentín Campa /II Ť
Ť Elena Poniatowska Ť
En su departamento de Nonoalco, Tlatelolco, muy cerca de donde se oye partir los trenes, Valentín Campa habla de sus grandes luchas sociales y de la participación de los artistas. Acerca de Vicente Lombardo Toledano comenta:
''Representaba a Morones, de la CROM. Las discusiones llegaron a ser muy violentas, porque Siqueiros y yo logramos influir en muchos delegados y compañeros en nombre de la Confederación Sindical Unitaria de México, y Siqueiros lo hizo con mucho valor, mucha firmeza. Lombardo, desesperado porque le podíamos ganar en las votaciones, hizo una intervención mucho muy infeliz, aunque solía ser muy capaz y un tanto elocuente. Recurrió a una técnica reaccionaria. 'Bueno, los discursos que están diciendo aquí Siqueiros y Campa son la lectura de documentos que les mandan desde Moscú en las valijas diplomáticas de la embajada soviética'.
''Se armó la tremolina. Lo insultamos, le dijimos que era una calumnia y eso dio origen a una tremenda campaña en México en la que todos los diarios atacaron a la Unión Soviética, porque intervenía en los problemas internos de México por nuestro conducto. Portes Gil mandó a la policía a la embajada soviética y rompió relaciones con ese país. Esto fue allá por mayo o junio de 1929. Lombardo fue el responsable directo de esa campaña, por ese discurso en contra nuestra.
''Siqueiros tuvo hechos sumamente valientes y muy audaces, como su lucha a balazos con Los Dorados, en el Zócalo, el 20 de noviembre de 1935. Los que dirigían a nuestra gente en el combate contra Los Dorados eran Siqueiros y Gómez Lorenzo, a quien tú quizá conociste, El Canario Rosendo. Yo estaba encargado del Estado Mayor, renegando porque no podía entrar a la balacera. Quizá tú sabes que ese combate se lo ganamos a Los Dorados, principalmente por una pequeña brigada que organizamos con el Frente Unico del Volante, que eran los ruleteros de aquel entonces. Me acuerdo que nos cobraban cincuenta centavos por llevarnos desde Coyoacán hasta el Zócalo. Ese sindicato del Frente del Volante estaba influido por nosotros, y aceptó organizar una brigada de coches con placas, láminas con picos, porque ya sabíamos que iban a llegar Los Dorados de caballería para perseguir caballos y abrir la carretera y la balacera en condiciones muy ventajosas. Siqueiros entró junto con Gómez Lorenzo y derrotamos a Los Dorados y sus caballos con nuestros coches''.
ųšAy, qué horror, coches contra caballos! šPobres caballos!
ųPor cierto que un grupito se organizó para tirarle directamente a Nicolás Fernández, que era el comandante de Los Dorados. Lo siguieron y le llegaron al caballo y lo despanzurraron. El saltó y se fue a pie, pero uno de los compañeros lo fue persiguiendo. En Guatemala, cerca de Catedral, apuñaló a Nicolás Fernández y ahí quedó herido. Nos dijeron que lo habían matado. No era verdad: la Cruz Roja lo sacó, lo curó y se alivió.
''Tal vez tú estás enterada de que como Partido Comunista nosotros le habíamos pedido al general Cárdenas que disolviera a Los Dorados, porque era un grupo dirigido por fascistas alemanes al servicio de Calles, cuando éste entró en conflicto con Cárdenas. Aunque le presentamos las pruebas, Cárdenas no lo quiso disolver. Y autorizó el desfile de Los Dorados y nosotros acordamos atacarlos.
''A pesar de su valentía, Siqueiros tenía la inestabilidad propia de los artistas. Regresó de Montevideo con Blanca y empezó a aflojar totalmente en el trabajo, al grado de que se separó del PC y lo dimos de baja ųpero en buen ambiente, Ƒno?ų por sus cambios de carácter. Ni expulsión ni nada, sino que sigue tú de artista. Y nos dimos cuenta de que se fue a Estados Unidos y en esa etapa se dedicó a la pintura con mucho éxito. Lamentablemente regresó ya bajo la influencia de los compañeros europeos para asesinar a Trotski.
''Cuando Hernán Laborde y yo nos opusimos al asesinato de Trotski, se separó de nosotros, pero como a él siempre le fallaban esos planes, no era suficientemente precavido y sereno, le falló el asalto en Coyoacán, lo cual motivó que esos europeos tuvieran que echar mano de Ramón Mercader.
''Cuando las huelgas ferrocarrileras en 1958, estuvimos juntos en la cárcel, porque él y don Filomeno Mata nos defendían y pedían nuestra libertad, y Siqueiros viajó por toda América Latina exigiéndola, y en vez de dejarnos libres a nosotros, los aprehendieron a ellos y los metieron a Lecumberri, donde Siqueiros pintó puros cuadros de pequeño formato para que Angélica Arenal pudiera sacarlos en la bolsa del mandado. Por cierto ganó mucho dinero como pintor.
''Le volvió a entrar lo veleidoso, porque él era entonces militante del PC, y nosotros, que éramos del Partido Obrero y Campesino (POC), habíamos tomado el acuerdo de no pedir el indulto, sino la amnistía política, contra el artículo 145, con carácter fascista, y el Código Penal en donde los procesos eran por intención. Y resulta que él solicitó el indulto al presidente López Mateos, por conducto de un amigo que se ofreció. López Mateos se lo dio y él fue uno de los primeros en salir libre, quizá tú lo recuerdes. Y nosotros lo criticamos con mucha energía.
''Por cierto que de paso te digo que el general Cárdenas me mandó decir con el ingeniero Jorge L. Tamayo que iba a pedir el indulto para mí, por mis actos en favor de la patria en la expropiación petrolera. Le mandé decir que no, que me disculpara, pero que yo desautorizaba cualquier gestión a mi favor en el sentido del indulto y que lo que nosotros reclamábamos era la solidaridad para la amnistía política. Cuando salí y lo fui a saludar, me dijo: ''No, pues tú no querías el indulto, pero Díaz Ordaz tampoco quiso dártelo''.
''Siqueiros ahí volvió a flaquear y desde entonces se dedicó a la pintura. No actuaba en el PC. En una ocasión fui a ver a Manuel Suárez con un compañero para pedirle el local del Hotel de México para un congreso del PC. Suárez nos estuvo dando café en su restaurante, allá arriba, y nos dijo: 'Siqueiros está muy rico. Lo he ayudado para que se haga millonario, y claro, los millones se los administra Angélica'. Y nos estuvo dando detalles: que tenía unas casas de departamentos y que esto y que el otro, que le ayudaba a su financiamiento. Y claro, nos dimos cuenta de que esto influía en él, evidentemente. Sin embargo, él se mantuvo ųa pesar de nuestras críticasų en el PC hasta que murió.
Pablo O'Higgins y Leopoldo Méndez
ųƑY Pablo O'Higgins?
ųEra un compañero muy modesto, muy constante, muy leal. Lo quise mucho. Lo traté bastante y siempre nos estaba ayudando con cuadros para venderlos y sacar dinero para el PC. Lo conocí en la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR). Tenían un local ahí, cerca de Santo Domingo, y era muy querido por todos, por su modestia. Hasta se fajaba pegando carteles y grabados del Taller de Gráfica Popular, que dirigía Leopoldo Méndez, y echaba a correr en las calles junto con nosotros cuando nos perseguía la policía.
Cuando O'Higgins se salió del PC ya nos habían expulsado a Hernán Laborde y a mí hacía años. Cuando el charrazo ferrocarrilero, que yo era dirigente del sindicato en 48, por nuestra lucha contra la devaluación del peso de Miguel Alemán, dirigíamos una coalición de sindicatos de izquierda muy fuerte, muy poderosa. Y dimos una pelea con un paro y una gran manifestación, y eso Alemán no nos lo perdonó y estuve en prisión. Salí absuelto a los tres años dos meses, por falta de méritos, y Siqueiros con un ingeniero electricista, cuyo nombre no recuerdo, me mandó un traje y me mandó decir que estaba muy contento de que hubiera yo salido de la prisión, y que lo disculpara que no me entregaba el traje personalmente, porque en el Partido Comunista estaba prohibido saludarme.
ųƑY Leopoldo Méndez?
ųEra muy del tipo de O'Higgins. Me acuerdo de él en la LEAR: era de los pintores más militantes y más leales en la lucha del PC, y de los que se fajaban con nosotros en las pintas... A él si lo traté bastante. En esa época todos ellos eran lombardistas y por eso entraban en contradicción con nosotros. Nosotros siempre tuvimos diferencias con Lombardo Toledano, aun cuando luchamos juntos siempre había aspectos en los que no estábamos de acuerdo. Principalmente en la posición ante el gobierno y el trato a personas que evidentemente eran maleantes, aunque todavía luchaban, y se iniciaron como Fidel Velázquez, Ƒno? Fidel al principio era lechero, ganaba un peso y cincuenta centavos al día, pero ya se le veían las mañas, el afán de lucrar...
El fusilamiento de José Guadalupe Rodríguez
''Mira, al otro que traté poco tiempo pero en una situación muy dramática fue a Diego Rivera. Cuando yo vine a México me eligieron al Comité Central y luego a la Oficina Política, y Diego Rivera y Siqueiros eran del Comité Central y de la Oficina Política. Precisamente cuando Diego se fue a Argentina se vino la racha de represión contra nosotros, que culminó con el fusilamiento de José Guadalupe Rodríguez, junto con su Estado Mayor, en 1929, porque Guadalupe Rodríguez aplicó la línea del PC de concentrar todas nuestras fuerzas contra Escobar, que era el que se había levantado en armas procurando una política independiente, en la lucha contra Escobar, porque Calles estaba claudicando ya más de la cuenta. Y él, estando todo Durango bajo el control de los rebeldes de Escobar, inició una lucha guerrillera muy fuerte y llegó a tener un cuerpo de ejército y él luchaba contra la gente de Escobar, sobre todo contra los latifundistas que estaban con Escobar, quien le repartía toda la tierra a los campesinos.
''Uno de los de su Estado Mayor tuvo la ingenuidad ųno es otra cosaų de marcar a todos los caballos con el martillo y la hoz de la brigada. Pero la lucha era independiente contra los escobaristas repartiendo sus tierras, levantando a los campesinos... Dio lugar a que Calles ordenara su fusilamiento, después de que él era el que había derrotado a los escobaristas en Durango, no el Ejército federal, sino la guerrilla que había logrado que adquirieran una gran fuerza''.
Diego Rivera, muy farolón
''Estaba muy nuevo en el partido. Era muy joven, tenía 24 o 25 años. No tenía experiencia, no conocía bien los problemas, pero me daba cuenta de que Diego Rivera asumía actitudes derechistas, eludiendo las cosas. Cuando tuvimos una discusión muy seria sobre estos problemas, ante las vacilaciones de él lo criticamos en la dirección del partido. Diego Rivera era un tipo muy farolón. A mí me caía muy mal, porque de repente sacaba la pistola y la ponía en la mesa. La comenzaba a limpiar y fanfarronadas de esas tontas. Y la discusión se versó contra él, porque evidentemente estaba claudicando frente a la represión tan fuerte que teníamos.
''En un momento dado dijo: 'Bueno, ustedes están planeando mi expulsión del Partido Comunista. Diego Rivera, miembro de la Oficina Política del PC, vota por la expulsión de Diego Rivera. Estoy de acuerdo en todo eso. En lo que no estoy de acuerdo es en que ustedes afirman que me expulsan porque soy un traidor. No. Yo soy un hombre burgués, tengo capital, tengo mi casa, tengo recursos, tengo relación con la burguesía y yo regreso a mi clase. Yo había traicionado a la burguesía al venirme al Partido Comunista, ahora regreso con mi clase. ƑEn dónde está mi traición?'''.
''Lo dijo con un cinismo bárbaro. Y, como tú sabes, él se hizo trotskista, y Siqueiros inmediatamente lo señaló. Lo hacía nada más para andarse pintando de rojo, porque la persecución era en contra nuestra. Contra los trotskistas no había problema, no había persecución. Y de esa manera él aparecía como trotskista, inclusive un ultraizquierdista, en realidad un elemento de derecha.
''Políticamente era muy detestable y lo demostró en ese caso. El mismo votó por su expulsión e insultó al PC, a Laborde. A mí me respetaba un poco, pero a Laborde lo atacó y lo calumnió mucho. A Stalin no se diga, a la Internacional Comunista... Cuando dio el chaquetazo se hizo trotskista. Y, como tú sabes, pasados algunos años renunció. El fue dirigente de la Cuarta Internacional de Trotski y fue de los que intervino ante Cárdenas y ante Mújica para que permitieran la entrada de Trotski a México. La casa donde vivía Trotski era de Diego Rivera, según tengo entendido.
''Pasan los años y de repente se hace antitrotskista y admirador de Stalin, eso todo mundo lo sabe. Cuando empezó a enfermarse de cáncer fue a la Unión Soviética a curarse y vino haciendo aquí la apología de Stalin y de la Unión Soviética. No, ese sí fue un tipo políticamente repulsivo. Como artista yo te digo que desde el principio tuve mis dudas: no entendía el arte de Diego Rivera. Pero, por ejemplo, los murales del Palacio Nacional, quizá porque éramos muy izquierdistas, nosotros le veíamos mucho de demagogia del régimen, para parecer populista cuando ya Calles había traicionado. Ese contrato se lo dio Calles, el de los murales, precisamente en los días en que fusilaron a José Guadalupe Rodríguez y fue uno de los cargos que le hicimos, Ƒno?
''Yo nunca he sido muy conocedor ni crítico de arte, pero nunca me convenció Diego Rivera como pintor, en cambio Orozco y Siqueiros, sí. Yo reconocía sus méritos. Aunque también a Siqueiros lo criticamos mucho cuando aceptó ųa petición del Secretario de la Defensaų que le quitaran a la pintura del Sindicato de Cinematografistas (creo que era) el número 17 del libro. Siqueiros se defendía diciendo: 'Bueno, yo acepté quitarle el 17, pero todo mundo sabe que sigue siendo esa la Constitución'. Yo le dije: 'No, ya no, porque los que no conocen el problema, podrían decir que es el catecismo del padre Ripalda. El 17 era lo que le daba fuerza'.