Ť Destacan académicos graves rezagos entre mujeres de la tercera edad


Sostienen ancianos más de millón y medio de hogares

Víctor Ballinas Ť En el país, un millón 539 mil 747 hogares, donde el jefe de familia es una persona de la tercera edad, viven de las transferencias ųjubilación, viudez, invalidez, orfandad, subsidios, donativos, indemnizaciones por despido o por accidentes de trabajoų como único y principal ingreso para el sostén del hogar.

Actualmente, la población anciana en México suma 6 millones 534 mil 522 personas, que habitan en 4 millones 838 mil 826 hogares. El 40 por ciento de este sector de habitantes ų2 millones 637 milų no percibe ingresos.

Lo anterior lo indica la directora general de Estudios de Población, del Conapo, Rosa María Rubalcava, en su análisis "Ingresos de las personas de edad y características de sus hogares", que se incluye en el libro Envejecimiento demográfico de México: retos y perspectivas.

Rubalcava destaca en su estudio que en el país uno de cada cuatro hogares es habitado por personas de la tercera edad, y que en 68 de cada cien hogares con ingresos generados por personas de edad, el anciano o anciana es quien percibe la mayor parte del ingreso familiar.

Con datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), y la Encuesta Nacional de Ingreso Gasto de los Hogares 1994 (ENIGH), la investigadora apunta que las personas de la tercera edad en el país tienen como única fuente de ingresos sus salarios, con 19.4 por ciento del total de la población trabajadora.

Esto es, precisa Rubalcava, el total nacional de hogares cuya fuente predominante de ingresos es el salario suma 37.7 por ciento.

De ese total, más de 50 por ciento de hogares corresponde a personas de la tercera edad. Los ancianos con negocios propios para sobrevivir suman 30.3 por ciento, y los hogares de la tercera edad donde predominan las transferencias como fuente proveedora del ingreso llega a 43.4 por ciento.

La investigadora y funcionaria del Consejo Nacional de Población (Conapo) subraya que en el caso de los hogares de ancianos, cuya fuente predominante de recursos son las transferencias, se debe a que "estamos ante hogares envejecidos, en los que una persona mayor, independientemente de que sea o no reconocida como cabeza del hogar, le corresponde la jefatura económica".

En tanto el investigador Carlos Salas Páez, de la Facultad de Economía, de la UNAM, y del Programa de Ciencia y Tecnología de El Colegio de México, sostiene en su estudio "Empleo y tercera edad: dinamismo y tendencias", que la Encuesta Nacional de Empleo 1996 revela que del total de hombres de 60 años y más, 59 por ciento realiza alguna actividad económica; 18 por ciento está pensionado o jubilado por alguna empresa o institución; uno por ciento está incapacitado para trabajar, y 20 por ciento no realiza actividad alguna.

Para el caso de las mujeres, indica Salas Páez, sólo 17 por ciento de la población de 60 años y más realiza alguna actividad económica; 59 por ciento se dedica a las actividades domésticas; 4 por ciento está pensionada o jubilada institucionalmente; uno por ciento está incapacitada para trabajar, y 19 por ciento no realiza ninguna actividad.

Por otra parte, el investigador apunta que las personas de más de 60 años que permanecen ocupadas lo hacen, en general, en pequeños establecimientos, en calidad de trabajadores por cuenta propia o patrones, y con ingresos inferiores a los dos salarios mínimos.

En su análisis, el académico detalla que en los varones de la tercera edad 80 por ciento trabaja en unidades de cinco o menos trabajadores; 40 por ciento recibe ingresos menores a un mínimo, y sólo 7 por ciento percibe ingresos superiores a los cinco salarios mínimos.

Para el caso del sector femenino, la situación presenta mayores rezagos, ya que 89 por ciento de las mujeres ocupadas de este grupo de edad, trabaja en unidades de hasta cinco trabajadores.

Por otro lado, los ingresos de 49 por ciento de ellas están por debajo de un salario mínimo, y sólo 3 por ciento percibe ingresos superiores a los cinco salarios mínimos.

Por otra parte, 19 por ciento de estas mujeres realiza un trabajo familiar no remunerado, en contraste con el caso de los hombres, donde sólo 2 por ciento son trabajadores sin remuneración.