Ť EU, principal usuario de la vía; le sigue Japón


Podría encarecerse el tránsito por el Canal de Panamá: estudio

Ť Plantea economista un sistema tarifario "moderno y equitativo"

Ť La idea es basarse en la naturaleza del producto transportado

Fernando Martínez, corresponsal, Panamá, 21 de diciembre Ť Uno de los mayores temores de los propietarios de las grandes empresas navieras del mundo, el encarecimiento del tránsito por el Canal una vez que pase a total control panameño el próximo 31 de diciembre, puede convertirse en realidad.

Durante los 85 años que controló esa vía interoceánica como una empresa pública dependiente de su Departamento de Defensa, Estados Unidos impuso el criterio de que los ingresos que generaba el Canal debían ser equivalentes a los costos de su operación y mantenimiento.

Pero en el estudio Los grandes desafíos que plantea la reversión del Canal, publicado por la Universidad de Panamá, el economista José Torres Abrego propone que la prioridad de la administración panameña del Canal sea el establecimiento de nuevo un sistema de tarifas de peajes, moderno y equitativo, para convertir al Canal en una empresa de utilidades.

Torres Abrego considera una paradoja que un país pobre mantenga el concepto existente del Canal como una empresa de servicios "que, en la práctica, ha sido como un subsidio por casi un siglo a la economía de los países usuarios, a las potencias de mayor desarrollo comercial".

Aunque sólo 12 por ciento del comercio marítimo estadunidense (bienes pesados de bajo costo como granos, fertilizantes, productos químicos y madera) transita por el Canal, por origen o destino de la carga Estados Unidos es el principal usuario de la vía interoceánica, seguido por Japón, Canadá, China y Chile.

Los estudios hechos a la fecha establecen que aún aumentando la tarifa de peajes hasta en tres veces y media, el Canal todavía continuaría siendo rentable para sus usuarios, porque los buques que usan esta ruta sólo tienen como alternativa bajar hasta Cabo de Hornos o Buena Esperanza.

"Pero la idea no es aumentar por aumentar, sino modernizar el sistema, utilizando el mismo esquema de las navieras, basado en la naturaleza del producto que se transporta, el tipo de nave y el destino", concluye Torres Abrego. Actualmente, sólo se toma en cuenta la capacidad comercial del buque, por lo cual uno que transporta uranio paga lo mismo que uno con granos.

Ricardo Lince, presidente de la Cámara Marítima de Panamá (que representa a empresas navieras usuarias del Canal), manifestó recientemente su preocupación por que las tarifas de disparen y el gobierno se vea tentado a utilizar el Canal como una nueva fuente de fondos para solventar los graves problemas económicos que enfrenta el país istmeño.

Los últimos aumentos de tarifas de peajes datan de 1997 y1998, ante la necesidad de financiar un programa de modernización de la vía de un costo de más de mil millones de dólares, que incluye la adquisición de una flota de nuevos remolcadores y locomotoras, mejoras al sistema de esclusas y el ensanche de los 12.88 kilómetros más angostos, el llamado Corte Culebra.

Aunque en 1994 una comisión tripartita conformada por Estados Unidos, Japón y Panamá había recomendado la construcción del tercer juego de esclusas de alto nivel como la mejor alternativa, el gobierno de Ernesto Pérez Balladares descartó esa posibilidad alegando que el crecimiento marítimo mundial de barcos que no pueden atravesar el Canal por su tamaño no justificaba una inversión de aproximadamente 5 mil millones de dólares.

Además, la construcción de un tercer juego de esclusas tendría un enorme impacto negativo en el frágil ecosistema de la llamada cuenca hidrográfica del Canal, ya amenazada por la aplicación de una política equivocada en la adjudicación de las tierras y aguas devueltas en cumplimiento de los Tratados Torrijos-Carter, advirtió a su vez Torres Abrego.

Aunque el actual gobierno no ha definido cuál será su posición sobre este tema, parece orientarse a la búsqueda de los recursos que generan las actividades conexas a la operación del Canal, como servicios portuarios, financieros y turísticos, y no hay indicios de que se proponga modificar las tarifas de peajes.

La semana pasada, en el acto simbólico de la transferencia del Canal a manos panameñas, la presidenta Mireya Moscoso señaló que "los recursos que genere el Canal serán utilizados en su propia operación, mantenimiento y mejoramiento, y no para sufragar gastos del gobierno".

El Canal, por donde transita 4 por ciento de todo el comercio marítimo mundial, posee un régimen jurídico propio y autonomía financiera, resultado de una reforma a la Constitución nacional apoyada por todas las fuerzas políticas con la intención de mantener su administración alejados de la política partidista. Por ello, la competencia para decidir cambios en la estructura de peajes corresponde a la Autoridad del Canal y luego al gabinete de gobierno.

Pero para muchos analistas locales incrementar las utilidades del Canal para que éstas contribuyan a financiar el desarrollo nacional debe ser la consigna del próximo siglo para los panameños, la mayoría de los cuales nunca vieron el Canal como algo propio, aunque ahora enfrenta el desafío de pasar de la retórica de "un Canal para el pueblo" a los hechos.