Ť Un infarto al miocardio puso fin a la vida del documentador y dirigente


Luto en el deporte: falleció Guillermo Montoya

Hombre de gran valía para el deporte mexicano, Guillermo Montoya Sánchez dejó de existir a los 82 años, víctima de un infarto al miocardio que sufrió el viernes pasado en su casa.

Don Memo, como se le conocía en el medio deportivo, al margen de las múltiples tareas y cargos que desempeñó en diversas instituciones, dedicó gran parte de su vida a documentar la historia de la actividad deportiva mexicana; supo vincularse con prácticamente todas las disciplinas, y era notable su impecable memoria para citar los acontecimientos.

Guillermo Montoya, quien nació el 17 de junio de 1917 en Guadalajara, Jalisco, desde pequeño fue aficionado a los deportes; en especial, cuando llegó a esta ciudad, apreció el basquetbol, disciplina que practicaría en el deportivo Rosendo Arnaiz, y de la que llegaría a presidir la federación nacional, en 1940.

Fue pieza clave en la organización de todas las competencias de ciclo olímpico que se han realizado en el país, colaborador de presidentes del Comité Olímpico Mexicano (COM), como el general José de Jesús Clark Flores, Josué Sáenz, y el actual, Mario Vázquez Raña, quien definió la pérdida de Montoya como "un hueco muy grande", y a quien reconoció como uno de los hombres que le fueron de gran ayuda para convertirse en dirigente olímpico.

Guillermo Montoya asistió, hasta el último día de actividades antes de las vacaciones decembrinas, el martes pasado, a su despacho en el Comité Olímpico Mexicano, organismo en el que ocupaba el cargo de secretario general vitalicio.

Además, Montoya Sánchez se mantenía atento a sus tareas como secretario general honorario de la Organización Deportiva Centroamericana y del Caribe, secretario ejecutivo honorario de la Odepa (Organización Deportiva Panamericana), catedrático de Solidaridad Olímpica y responsable de la oficina de la Asociación de Comités Olímpicos Nacionales.

Los restos de Guillermo Montoya Sánchez, Don Memo, fueron velados en una funeraria de la colonia Juárez y su cuerpo cremado ayer por la mañana. Le sobreviven su esposa, Lucía Yáñez, y sus hijos Pedro y Bertha.