Ť La respuesta de los ambulantes al programa Regularízate ha sido escasa: analistas
Comercio informal, refugio para 30% de la PEA
Ť Según el gobierno, el tamaño de este sector representa 6.7 por ciento del producto interno bruto
Reuters Ť Juan Salvador Gamar vende periódicos durante ocho horas al día en el cruce de una transitada avenida de la capital mexicana. Su rostro, afectado por las inclemencias del clima, evidencia los riesgos que entraña ese trabajo para su salud.
"No me gusta hacer esto, pero tengo que comer", dijo Gamar de 55 años.
Gamar es parte de un numeroso ejército callejero, formado por malabaristas, tragafuegos, limpiaparabrisas y vendedores de toda clase de objetos, que constituye una parte significativa de la economía informal en México, es decir, gente que trabaja pero no paga impuestos ni cuenta con beneficios sociales.
Según cifras del gobierno, la economía informal ųque ha florecido desde la severa crisis económica que siguió a la devaluación del peso en diciembre de 1994ų emplea a casi 30 por ciento de los cerca de 37 millones de mexicanos de la población económicamente activa.
Empresarios estiman que el porcentaje llega hasta 50 por ciento para actividades no relacionadas con la agricultura.
Recientemente, el gobierno inició el programa "Regularízate", que busca incorporar como contribuyentes a por lo menos un millón de pequeños vendedores para diciembre del 2000, como parte de su esfuerzo para obtener unos 4 mil 200 millones de dólares en potenciales ingresos fiscales anuales.
El tamaño de la economía informal es 6.7 por ciento del producto interno bruto (PIB), según estimaciones oficiales. Sin embargo, dado el modesto crecimiento económico esperado en el 2000, el gobierno tendrá que librar una dura batalla ante la expansión de la pobreza y la evasión fiscal.
La crisis alimentó a la economía informal
Muchos mexicanos vieron evaporarse buena parte de sus ahorros en medio de la crisis de 1995, que desató una espiral alcista en las tasas de interés de inumerables incumplimientos de pagos y pérdida de empleo.
"La crisis de 1995 fue terreno ideal para que creciera la economía subterránea", dijo Sidney Weintraub, del Centro Internacional de Estudios Estratégicos de la Universidad Johns Hopkins. "Fue un tiempo de crisis continua, donde la gente perdía sus empleos, los salarios caían y tenían que ver por sí mismos".
Desde entonces, la economía de México ha crecido 5 por ciento anual en promedio, pero ha sido insuficiente para generar los empleos que requiere una población que crece a un ritmo de 2 por ciento cada año.
"La población aumenta mucho más rápido que el número de empleos. Esto implica que algunas personas no encontrarán trabajo en la economía formal y tendrán que buscarlos en la informalidad", afirmó Gonzálo Hernández Licona, profesor de Economía del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
La tasa de desempleo abierto en México fue de 2.61 por ciento en los primeros nueve meses de 1999, la más baja de ese periodo desde que el gobierno comenzó a medirla en 1985.
El desempleo abierto se define como las personas mayores de 12 años que han buscado trabajo en la economía formal, pero no han trabajado más de una hora a la semana en un mes.
La pobreza asegura la salud de la economía subterránea
En los semáforos de las principales avenidas de la capital mexicana, danzantes adornados con plumas y penachos, payasos y malabaristas caminan entre los coches con la esperanza de convencer a los automovilistas de regalarles algunas monedas.
Arnocos, de 27 años, vende en la calle dulces, goma de mascar y cigarros, mientras los autos esperan la señal de avance. En un buen día gana 8.50 dólares (80.325 pesos mexicanos) en nueve horas de trabajo.
"Nunca he trabajado en una oficina y no me gustaría", dijo. "No tengo seguro social y no pago impuestos", agregó.
Aunque México ha sufrido una dramática transformación económica en la última década debido a la ola de desregulación y privatización, y la entrada en vigor del TLC de América del Norte en 1994, más de la mitad de la población permanece por debajo de la línea de pobreza.
"Los salarios reales están cerca del nivel que tenían en 1987 o 1989, así que quienes tienen pequeños negocios en el sector informal pueden sentir que sus habilidades valen más de lo que valdrían en el sector formal", afirmó la economista del Banco Mundial en México, Gaby López.
Como resultado de ello, los ingresos fiscales en México son magros. Las entradas del gobierno por impuestos, excluyendo los que paga el monopolio estatal Pemex, representarían 11.3 por ciento del PIB en este año y caerían a 10.8 por ciento en el 2000, según estima la Secretaría de Hacienda.
En comparación, en Chile la recaudación es mayor a 17 por ciento del PIB, y en Estados Unidos es casi de 21.
Como parte de su nuevo plan, el gobierno mexicano planea presionar a los negocios que evaden impuestos distribuyendo sus productos a través de los vendedores callejeros. Asimismo, espera incorporar a los pequeños vendedores al registro fiscal, pero hasta ahora sólo 20 mil han acudido al llamado.
El bajo nivel de recaudación no sólo es producto de la evasión de impuestos, pues sólo alrededor de 30 por ciento de los 18 millones de trabajadores afiliados al sistema de seguridad social gana lo suficiente para ser sujetos del pago del impuesto sobre la renta (ISR).
El salario mínimo en México es de 3.70 dólares al día. Los trabajadores informales que pueden demostrar que ganan menos de tres salarios mínimos (alrededor de 10 dólares diarios) no tienen que pagar impuestos, pero deben comprobar que los productos o bienes que venden están registrados y no son robados. El objetivo del programa del gobierno es simplificar su sistema tributario y enseñar a la ciudadanía cómo se beneficia la sociedad con el pago de impuestos, pero el alcance es limitado.
En el escenario macroeconómico amplio, México necesita diversificar más su crecimiento, que ahora depende en gran medida de la industria exportadora, dijo López, del Banco Mundial. "Es difícil tener una dinámica de largo plazo en la economía cuando hay pocas grandes empresa y maquiladoras (ensambladoras) lidereando el crecimiento", afirmó.
"No creo que vayan a resolver totalmente el problema de la economía informal hasta que se dé un crecimiento sostenido, año tras año, y exista un sistema judicial, un marco regulatorio para el transporte, la vivienda y que la gente crea que es honesto", dijo. Weinttraub en la Universidad de Johns Hopkins.