Ť Amenazan con hacer estallar el avión indio; cuatro rehenes, asesinados
Exigen aeropiratas la liberación de Maulana Masud
Dpa, Ap, Reuters y Afp, Islamabad, 25 de diciembre Ť Después de 30 horas, los secuestradores de un avión de la Indian Airlines con 161 pasajeros a bordo exigieron este sábado la liberación del líder religioso paquistaní Maulana Masud Azar y otros rebeldes separatistas de Cachemira detenidos en cárceles indias, y amenazaron con hacer estallar el aparato si no se cumplen sus demandas, informaron fuentes oficiales.
El Frente Islámico de Salvación de Cachemira se atribuyó el secuestro del aparato indio, sin embargo un vocero de ese grupo negó cualquier participación y condenó el incidente.
Hasta el momento se desconoce el número exacto de secuestradores. Algunas versiones señalan que son cinco, pero otras afirman que son siete, y que están armados con cuchillos y granadas; hasta el momento se habla de cuatro pasajeros muertos.
Uno de los cadáveres, un hombre de 25 años, fue entregado el viernes en Dubai, y otros tres este sábado en el aeropuerto de la ciudad de Kandahar, al sur de Afganistán, informó la televisión local.
El secuestro comenzó el viernes 40 minutos después de que el avión despegó del aeropuerto de Katmandú, Nepal, en dirección a Nueva Delhi.
En el aparato, un Airbus A-300, se encontraban 179 pasajeros y 11 tripulantes. Poco después los secuestradores exigieron aterrizar en la ciudad paquistaní de Lahore, pero se les negó el permiso, por lo que se dirigieron a Amritsar, en el norte de India.
Regresaron a Lahore, donde efectuaron un aterrizaje de emergencia y las autoridades paquistaníes les facilitaron alimentos y combustible. Posteriormente el avión se dirigió a Kabul, pero no pudo aterrizar y también se le negó el permiso en Mascate, capital de Omán, tras lo cual el aparato aterrizó en una base de la fuerza aérea en Emiratos Arabes Unidos.
Allí los secuestradores liberaron a 27 rehenes, en su mayoría mujeres y niños, y entregaron el cadáver de un pasajero que regresaba de su luna de miel y que fue asesinado a puñaladas. Después, el avión se dirigió a Kandahar.
El canciller talibán, Wakil Ahmed Mutawakil, anunció haberse reunido con dos correligionarios de los secuestradores, uno de los cuales es hermano del líder musulmán que exigen sea liberado, y agregó que su gobierno ya transmitió las demandas de los plagiadores a la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Los talibanes, en el poder en Afganistán, pidieron la mediación de la ONU para lograr la liberación de las 160 personas que se encuentran a bordo, y el organismo ya anunció que está dispuesta a ayudar a buscar una salida negociada al secuestro.
Mutawakil anunció que los talibanes no mediarán en el conflicto pese a la solicitud de Nueva Delhi, y subrayó que "queremos que el aparato se marche de Afganistán lo más pronto posible".
El primer ministro indio, Atal Behari Vajpayee, advirtió que su gobierno no cederá a las presiones de los secuestradores, mientras el presidente de India, K. R. Narayan, declaró que el plagio demuestra la necesidad de acciones mundiales contra el terrorismo internacional.
Por lo pronto, Nepal reconoció que hubo fallas en la seguridad que permitieron el ingreso de los sujetos armados al avión, por lo que serán destituidos los principales responsables de la seguridad y se abrirá una investigación sobre el crimen.