Ť Operan con impunidad en la zona: López y Rivas
Debe la PGR investigar a grupos armados en Chiapas
Ť Provocan de nuevo desplazamientos de zapatistas, advierte
Ť La Cocopa no se cruzará de brazos; exigirá acciones concretas
Andrea Becerril Ť Ante el ascenso "innegable" del fenónemo del paramilitarismo en Chiapas, "la Cocopa no puede permanecer cruzada de brazos", por lo es imprescindible insistir en que la Procuraduría General de la República (PGR) lleve adelante las investigaciones sobre la existencia de esos grupos armados "que operan con toda impunidad en la zona de conflicto", advirtió el diputado del PRD, Gilberto López y Rivas.
Resaltó la "gran preocupación" que hay entre la mayoría de los legisladores integrantes de esa comisión de coadyuvancia, ante las nuevas incursiones de paramilitares que, de acuerdo con lo denunciado por el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, están provocando de nueva cuenta desplazamientos de simpatizantes zapatistas.
Las denuncias del Centro Fray Bartolomé de las Casas, agregó el legislador perredista, son muy rigurosas y veraces, por lo que no deben ignorarse. "No puede olvidarse que en países centroamericanos como El Salvador y Guatemala, en que los gobiernos permitieron la actuación de estos grupos de civiles armados, se convirtieron después en escuadrones de la muerte y se volvieron en contra de la propia oligarquía".
En México aún es posible detenerlos. Sin embargo, ni el gobierno federal ni la PGR han hecho nada. "Hace más de un año que presenté la denuncia sobre la actuación de los paramilitares y poco se ha hecho", insistió López y Rivas.
Dijo que la denuncia "que tanto malestar causó entre los priístas", ya que la formuló siendo presidente en turno de la Cocopa, está archivada y no hay nada claro de que se investigue, mientras los grupos siguen operando. "La famosa oficina que se instaló en Chiapas para recibir las denuncias en ese sentido, sólo es parte de la campaña propagandística del gobierno".
El régimen, dijo, debe tener muy presente que el fenómeno militar es peligroso porque puede quedar fuera de control, ya que la experiencia demuestra que su actuación va más allá de sus creadores y puede rebasar a las autoridades.
La Cocopa, entonces, necesitará insistir en que haya acciones concretas para desarmar a estas bandas armadas, pues tanto diputados como senadores del PRD, por su parte, van a replantear que el Congreso de la Unión actúe para evitar el estallido de la violencia en Chiapas, añadió.
Precisó que por ello, los integrantes de la Cocopa se mantendrán alertas este fin de año, y a principios del 2000 propondrán al pleno de esa comisión que se busque una nueva entrevista con el titular de la PGR, Jorge Madrazo, para que informe a los legisladores del avance de la investigación en la materia.
Este informe, presentado por el Centro Fray Bartolomé de las Casas, debe ser tomado en cuenta por las autoridades, toda vez que se incluye un seguimiento de todas las denuncias particulares, comunidad por comunidad y ranchería por ranchería, en que ha habido agresiones de grupos paramilitares contra los indígenas.
Se trata, insistió, de un fenómeno en ascenso y no puede ignorarse, pues los mismos que propiciaron la matanza de Acteal son los que presionan a los indígenas zapatistas de Chenalhó para desplazarlos.
López y Rivas advirtió asimismo que de alguna manera el gobierno federal está involucrado, ya que el acoso de las bandas paramilitares en la zona de conflicto entra dentro de sus manuales de guerra irregular y aun en el caso de que no tenga relación, es su responsabilidad desarmarlos.
Incluso, "se ha visto la actuación conjunta entre paramilitares, Ejército y policías, como lo hemos observado en varios acontecimientos, entre ellos los incidentes de Nuevo Momón".
Por ello, "cuando todo parece indicar que el fenómeno de los paramilitares llegó para quedarse, nos llena de preocupación y de ahí que estemos en alerta por el peligro de nuevos hechos violentos", insistió el legislador del PRD.
Factor de distensión
Por otra parte, en el informe de labores de la Cocopa 1999 se resalta que esa comisión "ha fungido como factor de distensión, hecho que se demuestra en la disposición de esta comisión legislativa para evitar el aislamiento del EZLN".
Se hace notar que en noviembre de 1998 la Cocopa intervino en busca de un acercamiento entre la sociedad civil y el grupo inconforme, con lo que se generaron expectativas favorables a la reanudación del diálogo sostenido por los combatientes y el gobierno federal en 1995 y 1996.
En ese encuentro con la comandancia del grupo rebelde, "la Cocopa llevó al EZLN una propuesta para elaborar conjuntamente una agenda de trabajo, orientada a la reanudación del diálogo con el gobierno federal y planteó la necesidad de una interlocución permanente".