Ť Zonas rurales, las más afectadas por el flagelo


Constantes desde hace 22 años, las tasas de desnutrición: ONG

Ť El Progresa sólo ataca las circunstancias del problema, aseguran

Los programas asistenciales creados por el gobierno federal a lo largo de dos décadas para atender a la población que sufre la pobreza extrema no han sido suficientes para mejorar las condiciones de alimentación de los mexicanos, y nuestro país carece de una estrategia definida para combatir la desnutrición, asienta un informe del Frente por el Derecho a Alimentarse y la representación en nuestro país de la Red Internacional de Información y Acción por el Derecho Humano a Alimentarse (FIAN-México).

"En las zonas rurales y de más alta marginación prevalecen las mismas tasas de desnutrición desde hace 22 años", a pesar de que anualmente se destinan cerca de mil 500 millones de dólares para erradicar este problema entre la población infantil. Dicha cantidad, se agrega en el documento, rebasa los 700 millones de dólares que la Organización Mundial de la Salud recomienda como suficientes para tal propósito, pero aún así "México se encuentra clasificado en el lugar decimoséptimo en cuanto a niveles de desnutrición en menores de cinco años en toda América Latina".

Los recursos que las autoridades asignan a los programas de asistencia alimentaria serían "más que suficientes para garantizar que todo niño en riesgo reciba un paquete básico de salud y nutrición que lo previniera o lo recuperara de la desnutrición". Sin embargo, "se observan altos niveles de mortalidad en edades tempranas", por lo que urge a dar un giro radical en la materia, "sobre todo al Programa de Educación, Salud y Alimentación (Progresa).

Al respecto, el documento establece que "desde su concepción misma una cosa parece estar clara: el Progresa no busca atacar las circunstancias que han llevado a condiciones de vida extremas a una gran cantidad de mexicanos, ni deja clara la premisa fundamental de que son los niños quienes requiere con urgencia de todas las acciones posibles".

El análisis del frente y FIAN-México ų incluido en el informe alternativo que presentaron diversos organismos no gubernamentales ante el Comité de Naciones Unidas sobre los Derechos Económicos, Sociales y Culturalesų señala además que prevalece un subregistro de 33 por ciento a nivel nacional en torno a la nutrición y alimentación de la población del país.

Las organizaciones citan como ejemplo el caso del estado de Guerrero, donde se reporta una mortalidad "semejante a la de Japón y menor a la de Finlandia y Suecia, países con las menores tasas de desnutrición del mundo".

Insisten en que a pesar de que los esfuerzos gubernamentales se han enfocado a la población del campo, la muerte de 26 niños por mil que nacen vivos en el medio rural representa el doble de la calculada para el medio urbano.

Abundan en otros efectos de la desnutrición como es el déficit de talla entre los menores: este fenómeno, aseguran, afecta a 10 por ciento de la población infantil de menos de cinco años en el Distrito Federal y de los estados del norte, pero en contraste este índice se eleva 3.5 por ciento en la región sur del país mientras que en el centro es del orden de 2.5 por ciento.

En cuanto a la desnutrición grave, la décima parte de los niños del norte la padecen, lo mismo que 20.5 por ciento de los pequeños de las entidades sureñas. El informe asevera que la capacidad adquisitiva del salario en nuestro país contribuye a la existencia de este problema al tiempo que advierte que si los niños de las zonas urbanas cuentan con mejores servicios "no son ajenos al hambre". (Susana González G.)