UNAM: LAS LECCIONES DE LA HUELGA
Ayer se levantó el paro en la UNAM, dando inicio así a la huelga en nuestra máxima casa de estudios. Esto constituye un gran avance en la solución del conflicto que está próximo a estallar, y nos permite adelantar una reflexión en futuro condicionado por el paro, y presente de lo indicativo para cuando termine la huelga.
Mucho se ha discutido sobre la prolongada huelga de la UNAM, que comenzó hace veinte años, en marzo de 1999, y hoy prosigue con la cuarta generación de participantes en lo que fue el Palacio de Minería, hoy Palacio de los Aplazamientos.
Ayer, cuando estaba a punto de concluir el esquema del proyecto de la minuta de la sesión que fije de nuevo los seis puntos del pliego petitorio del CGH (ya olvidados por todos los participantes), la irrupción de la Brigada de los Sobrevivientes del 99 volvió a encender los ánimos.
Los brigadistas denunciaron el reformismo de los megaultras y el rector Alejandro Echevarría, que apenas tomó posesión el martes pasado, se deslindó de los procedimientos burocráticos de la institución a su digno cargo. "No seré yo el que exija que las conversaciones telefónicas sean por triplicado, con copia a Gobernación y al Consejo Universitario.
La Universidad Nacional debe ser flexible si quiere responder a los reclamos de la sociedad, que tanto espera de la educación de sus nietos (la de los hijos ya se fregó)".
Las palabras del rector y la rudeza de los reacios a aceptar el avance en el diálogo incrementan las esperanzas en el pronto retorno a la normalidad.