Ť Han provocado baja en las ventas de los mexicanos de hasta 40%
La competencia desleal de coreanos amenaza a vendedores de Chiconcuac
Ť Cronista del municipio advierte que para el 2005 el mercado sería ciento por ciento asiático
René Ramón Alvarado, corresponsal, Chiconcuac, Méx., 27 de diciembre Ť Por tradición, hace más de 80 años la familia García Chávez se dedica al comercio en la famosa plaza textil de Chiconcuac. Sin embargo, desde hace aproximadamente cinco años ha enfrentado una caída paulatina de sus ventas, de entre 30 y 40 por ciento, debido a la competencia desleal por vendedores de origen coreano que hacen aquí todas sus transacciones en dólares, lo que les permite vender, en su mayoría, ropa de importación a bajo precio.
La afectación es casi generalizada a la mayoría de los comerciantes, aunque los más perjudicados son los productores y expendedores de chamarras y ropa deportiva, para quienes el desplazamiento es en todos los aspectos, porque cada día son más los asiáticos que llegan para instalarse en los mejores locales y espacios. Estimaciones del gobierno local refieren que para el 2005 el mercado sería ciento por ciento coreano.
Ni el ayuntamiento ni los comerciantes cuentan con un censo oficial de este comercio extranjero, debido a que todos o casi todos los orientales instalados aquí utilizan como prestanombres a los nativos de este municipio. De los más de 6 mil vendedores entre establecidos y semifijos, según el padrón oficial, sólo tienen registrados a unos 100 de ese origen, "aunque son mucho más, pero sólo se ven los días de plaza", estima el alcalde perredista Germán Venado Gutiérrez.
El riesgo, señala, es que los coreanos ofrecen un pago ciento por ciento mayor al de la renta de un local comercial de Chiconcuac, contrato que hacen por un año y en dólares, por eso cada vez son más los que aceptan rentar sus accesorias y el derecho de piso; de mil 500 pesos que recibían de un comerciante mexicano ahora reciben cuatro mil 500 a la conversión, y además pagan sus impuestos en pesos mexicanos.
Los asiáticos después buscan adherirse a las organizaciones de comerciantes, del PRI principalmente, para invadir nuevos espacios, como ocurre actualmente en la comunidad de San Pablito, lo que ha generado un nuevo problema para la localidad, acepta el presidente municipal.
José García Chávez, de 60 años, tiene un local y otros espacios en la vía pública en la calle de Libertad, en el primer cuadro. En esta misma calle hay cuando menos seis locales de coreanos; además de ser los más grandes y los mejores, "los de los ricos", dice doña Lupe, vendedora de calcetines y calzones para hombre, una parte de los jersey, pants, chamarras, sudaderas, shorts y demás ropa deportiva son de importación.
Esta competencia ha ocasionado a don José y a la mayoría de los comerciantes de estos productos una baja en las ventas, principalmente porque una chamarra de la Liga Nacional de Futbol Americano (NFL por sus siglas en inglés), los coreanos la ofrecen en 350 pesos, mientras los mexicanos, para obtener una ganancia, las ofrecen en 700 pesos. Situación similar se presenta en los artículos nacionales.
Durante un recorrido por locales de comerciantes asiáticos, éstos se mostraron renuentes a hablar. Aceptan hacerlo con la condición de no dar nombres y que la conversación no sea grabada. Aseguran que no hay competencia desleal porque ellos también compran a los textileros mexicanos. "Si los mechicanos nos estlechan la mano nosotlos también".
No aportan beneficios, dice el alcalde
Aceptan que para ellos no ha sido difícil instalarse en Chiconcuac, y si bien no están organizados como la comunidad coreana en la capital del país, los vendedores del local 5 de la calle Libertad reconocen que ellos se encargan de apoyar a sus "paisanos" que no hablan español. "Nosotros llegamos de Sudamérica y lo hablamos bien, pero en cuanto a organización no hay nada concreto".
Joel Sacarías Delgado, "el baratero de Chiconcuac", como se hace llamar, señala que de ninguna manera la queja de todos sus compañeros es xenofóbica, pero él, al igual que don José García, se niega a rentar sus locales: "casi todos los días llega un coreano ofreciendo un pago nada despreciable; sin embargo, de aceptarlo estaríamos contribuyendo a perder la tradición que viene de generación en generación".
Tomás Olivares Pérez, comisionado de Comercio y Vía Pública del ayuntamiento, confirmó que el gobierno local no recibe un ingreso extra por la llegada del comercio extranjero, porque los coreanos no compran los locales y los espacios en la calle, sólo los rentan; es el mexicano quien se encarga de pagar los impuestos.
Sin embargo, el presidente municipal considera que para Chiconcuac no hay ningún beneficio y acusó a los coreanos de negarse al arraigo y cometer "una especie de usura" con los trabajadores mexicanos, "si no cuidamos nuestro comercio al rato todos vamos a ser trabajadores de los coreanos, cuando nosotros por tradición somos los textileros".
El gobierno priísta del vecino municipio de Tezoyuca, en especial el alcalde José Luis López Ríos, ve las cosas de otra manera. Dice que los coreanos sí traerán beneficios para su ayuntamiento, porque a un costado de la carretera federal Texcoco-Lechería, los asiáticos edifican una gigantesca nave donde instalarán su fábrica de manufactura de ropa, la cual ya concluida podría ser una buena fuente generadora de empleos, estima el alcalde de Tezoyuca.
Sin embargo, la cronista municipal de Chiconcuac, María Elena Rosario Venado Durán, advierte que en cinco años los productores y vendedores al menudeo y mayoreo mexicanos podrían pasar a ser los empleados de los textileros coreanos.