La riqueza más grande del mundo convive con una desigualdad creciente
EU, entre la gloria y la miseria
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Nueva York, 27 de diciembre Ť Cada año, uno de cinco estadunidenses sufre un "desorden mental" y la mitad de la población padecerá este tipo de malestar en algún momento de sus vidas, reportó el cirujano general de Estados Unidos en la Casa Blanca. ƑPor qué será? Tal vez eso tenga que ver con la vida nacional llena de conflictos y contradicciones, los cuales se manifiestan plenamente a fin de año.
Durante estos últimos días, el presidente Bill Clinton leyó su tradicional cuento ante un grupo de niños invitados a la Casa Blanca. Un enorme árbol de Navidad ilumina el Rockefeller Center, Wall Street celebra otro gran año con bonos multimillonarios para los ágiles corredores de bolsa y los centros de caridad están llenando sus arcas con los donativos que llueven para ayudar a "los más necesitados", mientras se espera que el mundo celebre el cumpleaños número 2 mil de Jesucristo.
El año empezó con una crisis constitucional provocada por las aventuras sexuales del primer mandatario con una joven becaria y concluye con el derrumbe de uno de los mandatarios de Wall Street, también por sus relaciones sexuales con una estrella del cine porno. El poder, el dinero y el sexo continúan como pilares de la vida de los aristócratas de esta democracia.
Esos aristócratas, los que se han beneficiado de la "democracia de libre mercado" por excelencia, tienen mucho que festejar. Ha sido un año fabuloso para los fabulosamente ricos y para los talentosos en manejar el poder. Clinton sigue en la cúspide, la próxima campaña presidencial promete ser la más cara de la historia y los ejecutivos ųen particular los de Wall Streetų celebran otro año récord en ganancias.
Detrás de todo este festejo, 1999 cierra con otras realidades que no son motivo de celebración: unos 2 millones sin techo, 45 millones sin seguro de salud, uno de cada cinco niños en la pobreza, millones que pasan hambre, uno de cada cinco estadunidenses es analfabeto, más granjeros que nunca en bancarrota, medio millón perdieron empleos de alta remuneración en el sector industrial y hoy se da una de las concentraciones de la riqueza más agudas del siglo.
Este año se caracteriza en varios rubros más allá del poder, el dinero y el sexo, que parecen definir la vida en las cúpulas política y económica del país.
Estas son las otras realidades a finales de 1999:
ųDerechos humanos: Se calcula que en febrero próximo la población carcelaria estadunidense ascenderá a 2 millones, según el Instituto de Políticas de Justicia de Washington, una cuarta parte del total de los encarcelados en todo el mundo.
Esta tasa se logró gracias a un crecimiento de 70 por ciento en el número de prisioneros en tan sólo diez años. Desde 1995, los estados de la Unión han gastado más en prisiones que en sus universidades, señala el columnista de The New York Times Anthony Lewis.
Todo esto en el país que se promueve como el campeón de la "libertad" en el mundo. Human Rights Watch criticó que continúan realizándose "serias violaciones de los derechos humanos cometidas por oficiales federales, estatales, y locales"; denunció los casos de brutalidad policiaca y la "impunidad" en estos abusos de las autoridades.
ų Desigualdad económica: Según el centro de investigaciones United for a Fair Economy, en 1989 Estados Unidos contaba con 66 personas con fortunas superiores a los mil millones de dólares y 31.5 millones de personas en la pobreza. A fines de siglo, hay 268 de estos multimillonarios (con fortunas mayores a los mil millones) y 34.5 millones en la pobreza. "Al alba del siglo 21, la distribución del ingreso ha regresado a la desigualdad peligrosa de los años veinte. Sólo 1 por ciento de los hogares más altos tiene más riqueza que todo el porcentaje (95) de abajo combinado.
Desde 1977, sólo 1 por ciento más alto ha duplicado su medida de la riqueza nacional a 40 por ciento, reporta la organización en su último informe publicado este mes. Agrega que la lista de los 400 individuos más ricos de Forbes tienen más o menos una riqueza equivalente a la de 50 millones de hogares de la mitad más pobre de la población. Los ejecutivos directores de empresas ganan 419 veces el ingreso que se le paga a un trabajador promedio de un fábrica. En esta capital del mundo financiero que ha gozado tanto del auge económico estadunidense, el número de familias pobres con empleo se ha incrementado 60 por ciento a lo largo de esta década; en Los Angeles, 40 por ciento de la población vive en hogares con un ingreso menor de los 20 mil dólares anuales. Los ingresos reales de 4 de cada 5 estadunidenses se han estancado o reducido en los últimos 20 años, mientras los ingresos de 1 por ciento más rico se ha incrementado 155 por ciento en el mismo periodo, según estadísticas oficiales.
ų Problemas sociales: El gobierno federal recientemente calculó que en cualquier noche, unos 2 millones de estadunidenses se encuentran sin techo (mientras los políticos repiten el cuento navideño de la búsqueda de posada de José y María). Aproximadamente uno de cada cinco, y posiblemente uno de cada cuatro estadunidenses a fines de 1999 no pueden leer una tarjeta navideña, y mucho menos esta nota periodística (mientras los candidatos prometen más educación). Aproximadamente 14 millones de niños viven en la pobreza, más de uno por cada cinco, y aunque el nivel de pobreza general se ha reducido a 1 por ciento, aún es mayor de lo que fue en 1970.
Unos 36 millones de estadunidenses no tienen acceso adecuado a la alimentación. Casi 45 millones no cuentan con seguro médico.
Lo que se ha declarado como uno de los auges económicos más sostenidos de la historia estadunidense si ha elevado el número de personas que ganan más que el salario mínimo, ha generado casi 20 millones de nuevos empleos, y el consumo se ha incrementado. Pero detrás de lo que brilla, no necesariamente hay oro. Este ha sido un año como tantos de los últimos 15 donde, para la mayoría, los buenos deseos anunciados por las grandes empresas y las tarjetas navideñas se han quedado en sólo eso otra vez.
Tal vez por estas contradicciones, entre tantas, se explica en parte lo que parecería ser una epidemia de desequilibrios mentales entre esta población.
El informe del cirujano general de Estados Unidos, el doctor David Satcher, señala que "22 por ciento de la población tiene un desorden mental diagnosticable". ƑSerá por eso que la canción de Ricky Martin, Living la vida loca fue un hit aquí en 1999?