Ť Panamá prepara una demanda contra Washington
Comprueba un estudio que EU no limpió las bases militares
Ť "Altamente peligrosa", la contaminación en los polígonos
Ť Suelo, subsuelo, ríos y aguas subterráneas, repletas de químicos
Fernando Martínez, corresponsal, Panamá, 27 de diciembre Ť Un reciente estudio realizado por encargo del gobierno de Panamá "demuestra fehacientemente" que Estados Unidos no ha cumplido con su responsabilidad de limpiar unas 3 mil hectáreas de los polígonos de tiro de sus bases militares, afirmó hoy el canciller panameño, José Miguel Alemán.
Por ello, cuando faltan tres días y medio para la entrega del Canal y la salida del último soldado estadunidense, el gobierno panameño se prepara para demandar a Estados Unidos por no devolver las tierras y aguas que ocupó por más de 85 años totalmente libres de bombas o granadas de morteros. Una veintena de panameños ha muerto y más de 500 han resultado heridos como resultado de la manipulación de explosivos sin detonar en las bases estadunidenses.
El presidente Bill Clinton ha insistido en que Estados Unidos ha cumplido con las obligaciones que le imponen los Tratados Torrijos-Carter, aunque en vista de la inconformidad panameña, su gobierno estaría dispuesto a explorar una solución por la vía diplomática.
Según el embajador estadunidense, Simon Ferro, su país no tiene ninguna obligación de continuar la limpieza de las bases militares porque la cláusula respectiva de los Tratados señala que ésta se "hará hasta donde sea viable".
El reclamo, único diferendo sobre el cumplimiento de los Tratados, data del gobierno de Ernesto Pérez Balladares, quien concluyó su mandato en septiembre pasado. El entonces canciller Jorge Eduardo Ritter había explicado a La Jornada que los polígonos de tiro fueron devueltos a Panamá mediante un acta o "finiquito" en el que se incluyó una reserva en la que Panamá expresa que la responsabilidad de la limpieza corresponde a Estados Unidos.
Al mediodía del 31 de diciembre ųsegún Ritterų los representantes de los dos gobiernos deberán suscribir un acta final total en la que debe quedar constancia de la inconformidad panameña por el incumplimiento de la cláusula relativa a la limpieza de las bases militares.
El ex jefe de la Dirección Ejecutiva para Asuntos de los Tratados y ex representante panameño ante el Comité Conjunto, Daniel Delgado Diamante, explicó a su vez que la contraparte estadunidense intentó suscribir un arreglo posterior a una transferencia sin reservas, y se exploraron varias alternativas, como la creación de un fondo manejado internacionalmente para hacer una limpieza a largo plazo a cargo de empresas especializadas, a fin de preservar áreas boscosas. Pero, recordó Delgado, los estadunidenses habían presentado un programa de descontaminación superficial que ni siquiera cumplieron, dejando incluso explosivos a la vista.
La cancillería, por su parte, informó que la firma estadunidense Arnold & Porter realizó en noviembre pasado el estudio en el que se considera la contaminación en los polígonos como "altamente peligrosa".
Pero también existe contaminación de suelo, subsuelo, ríos y aguas subterráneas con químicos, y en las pocas investigaciones realizadas se utilizaron parámetros estadunidenses no aplicables aquí, señala por su parte Ligia Castro, quien representó al Ministerio de Salud en la Comisión Interinstitucional encargada de manejar el tema de la contaminación de las bases militares.
Los niveles de arsénico y plomo se estimaron como por debajo del peligro a la salud, pero de ciudadanos bien alimentados, lo que no corresponde al estado de los panameños que habitan en zonas aledañas, habitualmente desnutridos, y que sobreviven con una agricultura de subsistencia.
Castro cita otro informe, elaborado por una firma canadiense, que demuestra que en el campo de tiro de Nuevo Emperador fueron utilizadas armas químicas. Este estudio sería apenas uno de los muchos que hay en sedes de organizaciones ambientalistas estadunidenses y panameñas, y que demostrarían el uso de territorio del país istmeño para experimentos con el gas mostaza utilizado en Vietnam o con los misiles antitanques de uranio reducido, entre otros.