Ť Llamó al PAN y a ANN a "negociar un pacto de gobernabilidad"


Promete Portillo aclarar la muerte del obispo Juan Gerardi

Dpa, Reuters, Ap y Afp, Guatemala, 27 de diciembre Ť Alfonso Portillo, triunfador en la segunda ronda de las elecciones presidenciales celebradas ayer en Guatemala, aseguró hoy que el asesinato del obispo Juan Gerardi, en abril de 1998, es una vergüenza nacional. Se comprometió a aclararlo lo más pronto posible, tras señalar que entre sus metas está la de consolidar la paz, mejorar la educación y la seguridad pública, lograr estabilidad macroeconómica y proyectar al país en el campo internacional.

Portillo, que se postuló por el opositor Frente Republicano Guatemalteco (FRG), fue electo el domingo como nuevo presidente de Guatemala con un amplio margen de 68.32 por ciento de los votos frente a 31.68 por ciento del oficialista Oscar Berger, del Partido de Avanzada Nacional (PAN), indicó el reporte final del Tribunal Supremo Electoral.

La jornada electoral transcurrió con absoluta normalidad, a decir de la misión de observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA), pero el abstencionismo fue de 59.14 por ciento, muy superior al de la primera vuelta electoral del 7 de noviembre, cuando alcanzó 46.25 por ciento.

Analistas locales coincidieron en que el elevado abstencionismo se debe a "una realidad que es innegable", como el elevado índice de pobreza, un extendido analfabetismo y el desencanto por la democracia que se ha presentado desde 1985, cuando Vinicio Cerezo asumió el primer gobierno electo libremente.

"Este es el momento para olvidar lo que nos hemos dicho y reiniciar la reconciliación que Guatemala necesita. El país no quiere confrontación, quiere una clase política responsable con visión", dijo Portillo en su primera rueda de prensa.

Hizo un llamado al derrotado PAN y a la Alianza Nueva Nación (ANN), tercera fuerza política, a negociar un pacto de gobernabilidad.

La primera meta de este pacto, aseguró, "será algo en que los tres partidos políticos estamos de acuerdo, el cumplimiento de los acuerdos de paz", suscritos en diciembre de 1996 entre el gobierno del presidente saliente Alvaro Arzú, y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), que puso fin a 36 años de guerra interna.

Portillo, respaldado por el ex gobernante de facto Efraían Ríos Montt, se refirió también al asesinato del conocido defensor de los derechos humanos, el obispo Gerardi, crimen que calificó como una vergüenza nacional, y se comprometió a realizar todos su esfuerzos posibles por esclarecerlo. Aseguró que si hay militares involucrados, tendrán que someterse a un proceso y como comandante general del ejército que será, los pondrá a disposición de la justicia. La Iglesia católica saludó este anuncio.

Portillo, que asumirá su cargo el 14 de enero, aseguró que está dispuesto a jugársela por Guatemala, tras anunciar medidas que permitan disminuir la evasión fiscal sin aumentar los impuestos, y someter su gestión al escrutinio de la prensa.

A su vez, la Premio Nobel de la Paz 1992, Rigoberta Menchú, exhortó a Portillo a incluir en su gabinete a indígenas, quienes constituyen 60 por ciento de los 11 millones de habitantes que tiene el país.