Ť Sufren persecución de grupos priístas locales


Han sido desplazados al menos 70 mil indígenas en Chiapas

Ť El hostigamiento, por razones religiosas o políticas

Hermann Bellinghausen, enviado, San Cristóbal de las Casas, Chis., 27 de diciembre Ť Uno de los mayores dramas que viven los indígenas chiapanecos es el exilio, la pérdida de tierras y posesiones. Por lo menos 70 mil indígenas viven desplazados, siempre por violencia ejercida contra ellos por los grupos de poder locales, pertenecientes al PRI.

La motivación puede ser religiosa o política. La pasada década fue la del éxodo chamula; los caciques de San Juan Chamula llevaron a cabo una "limpieza" de evangélicos, católicos liberación (identificados con el obispo Samuel Ruiz) o simplemente opositores.

Hoy viven fuera de su municipio entre 40 mil y 50 mil tzotziles de los Altos, procedentes de Chamula, Zinacantán y, en menor medida, Tenejapa y Chenalhó.

La persecución a los municipios autónomos y las bases de apoyo del EZLN ha producido, en los últimos cuatro años, el "desplazamiento interno" (como lo llaman los investigadores Onécimo Hidalgo y Gustavo Castro) de más de 20 mil campesinos tzotziles, tzeltales, choles y tojolabales.

Miles de campesinos zapatistas o abejas de Chenalhó viven en campamentos desde 1997, cuando se desató la ofensiva paramilitar. Y sí, una vez más la mano que movió las aguas fue la del PRI.

Lo mismo ocurrió en Tila, Sabanilla y Salto de Agua desde que comenzó sus operaciones el grupo priísta Paz y Justicia. En tanto, la población entera de Guadalupe Tepeyac tuvo que abandonar su ejido, al ser éste ocupado por el Ejército Mexicano. Donde vivieron los tojolabales rebeldes hoy existen dos cuarteles, un hospital, un burdel y un pueblo fantasma, y todo huele a PRI.

De cal y de arena

El día 26, un diputado panista local reabrió el asunto de los expulsados en Chamula, por "la intolerancia político religiosa de católicos tradicionalistas del PRI". Juan Carlos Cal y Mayor dio una de cal, y otra de arena. Con una mano fustigó al gobierno priísta por solapar la persecución contra evangélicos y católicos no tradicionalistas. Con la otra, pidió que el Ejército Mexicano se establezca en Chamula "a fin de que se destierre los férreos cacicazgos, que significan votos seguros al tricolor".

No queda claro si lo que pide es proteger los derechos de los chamulas o que le cuiden los votos al PAN, en caso de tenerlos, pero aún así el señalamiento del panista destaca la actuación violenta e impune ("dictatorial", dice) de los caciques del Revolucionario Institucional.

En términos más precisos se ha pronunciado, en fechas recientes, Pablo Salazar Mendiguchía, candidato opositor a la gubernatura. Pero no se le ha ocurrido llamar al Ejército.

No es sólo un asunto de campaña. El desplazamiento forzoso de comunidades enteras, con la cauda de muertes y sufrimiento que deja, es la herida más visible de la violencia institucional, caciquil y parainstitucional, en contra de las comunidades en resistencia.

ƑCuántos y de a cuánto?

En tanto, las partidas presupuestales, extraordinarias ellas gracias a la inversión social que atrae la economía de guerra, son ejercidas por el gobierno priísta.

Juan Francisco Torres Vera, delegado gubernamental en la región frontera de Chiapas, hizo ayer revelaciones por demás ilustrativas. Según Notimex, el funcionario declaró que el gobierno ejerció durante 1999 un presupuesto de 7 millones de pesos en esa zona para "proyectos productivos".

Torres Vera destacó: "Esas acciones contribuyeron a que más de 10 mil indígenas hayan abandonado las filas del EZLN para incorporarse a la vida institucional".

No sólo deja claro para lo que usa el dinero el gobierno. También permite saber que los "unos cuantos cientos de indígenas" que pertenecen al municipio autónomo Tierra y Libertad, proscrito violentamente por el gobierno de Roberto Albores, puedan "perder" 10 mil simpatizantes, en caso de que esta cifra sea cierta. Entonces, Ƒcuántos indígenas y de a cuánto quedan en el municipio autónomo que recorre la frontera de Chiapas con Guatemala?

Y esta es sólo una pequeña muestra de la derrama de recursos que pasan por las manos de funcionarios priístas en su ineluctable camino a la "zona de conflicto"; concretamente a los priístas que, como en Chamula, Chenalhó, Ocosingo, Las Margaritas y Tila, promueven los enfrentamientos, la división y los desplazamientos forzosos. Son impunes y tienen el dinero y la ley de su parte. Sin excepción.