Ť Peregrinación de 3 mil indígenas de Las Abejas
Algunos campamentos militares en Chiapas, templos para orar
Ť A lo largo de 20 km, piden paz y el retiro de soldados
Juan Balboa, corresponsal, Chenalhó, Chis., 28 de diciembre Ť Los campamentos del Ejército Mexicano se convirtieron, por algunos minutos, en templos en los que oraron unos 3 mil indígenas de la organización civil Las Abejas, quienes realizaron una peregrinación de 20 kilómetros, desde la comunidad de Acteal ųdonde ocurrió la matanza de hace dos añosų hasta el poblado de Chenalhó.
Enarbolando una bandera blanca con la palabra PAZ y el lábaro patrio con la imagen de la Virgen de Guadalupe al centro, los peregrinos penetraron en los campamentos que encontraron a su paso para orar "por la construcción de los caminos de la verdad, por la paz y por el no hostigamiento del Ejército Mexicano y los grupos paramilitares".
Entregaron en cada instalación castrense 12 velas encendidas, que simbolizan a los apóstoles; sembraron algunos granos de maíz, para que el fruto sea la reconciliación, y entregaron a los soldados mexicanos miles de volantes, en los cuales se les pide que abandonen los campamentos instalados en las comunidades indígenas.
El texto leído en cada campamento, a través de un altoparlante ųacompañado siempre por un concierto de vocesų, exhorta a la retirada pacífica de los militares, a la desmilitarización, a evitar más derramamiento de sangre:
"Te pedimos que aprendamos a caminar en un camino para la vida, para la justicia, para el derecho y para la paz. Construyamos un camino para llegar a la casa de nuestro señor Dios. Hermanos nuestros, nosotros hemos pedido la desmilitarización de la región, pero el gobierno no escucha. No hay que aprender como piensan ellos (los del gobierno). Por eso te pedimos que te salgas del campamento militar.
"No sólo de ese trabajo podemos vivir, sino que hay muchos trabajos para lograr una vía más justa y agradable. El espíritu malo, el espíritu de la guerra, de la injusticia, de la violencia, estará contento con nosotros si no hacemos lo necesario para que la paz llegue a nuestra tierra", sentenciaron.
Y con canciones religiosas entonadas por El Coro de Acteal, les recordaron: "Tú has caminado por nuestra región, conoces nuestros lugares, sabes que no hay tranquilidad mientras caminas provocando con tus armas, que les has dado a conocer a los paramilitares".
El primer campamento al que sorprendieron con su presencia fue Majomut, el principal cuartel contrainsurgente de la región de los Altos de Chiapas. Los indígenas llegaron hasta las trincheras, penetraron al cuartel y dejaron atónitos a los militares, al ser sorprendidos dentro del propio cuartel en donde se encuentran resguardadas las armas, los vehículos blindados y automóviles último modelo de los generales al mando.
La peregrinación realizó un largo recorrido por la principal carretera que comunica a Acteal con San Cristóbal de las Casas. Atravesó las montañas más altas de la región y bajó como una larga culebra humana a lo largo de 2 kilómetros del macizo montañoso.
Durante su peregrinar, sembraron maíz en los asentamientos castrenses de Majomut, Yabteclún, Las Limas y Chenalhó. Recordaron en cada uno de ellos el Día de los Santos Inocentes, cuando "Jesús fue perseguido" por el rey Herodes. En cada campamento militar regalaron velas encendidas, mismas que fueron aceptadas por los soldados (hombres y mujeres), previa autorización radial de sus superiores, con base en la 31 Zona Militar de Rancho Nuevo.
En el camino, José Pérez Vázquez y Antonio Gutiérrez Pérez, dos de los dirigentes de la sociedad civil Las Abejas, recordaban en voz alta que la peregrinación se realizaba para renovar los corazones, para que "no haya más muertes de inocentes". En tzotzil y en español gritaban una y otra vez la necesidad de los indígenas por encontrar la paz, porque no haya más muertos como los de Acteal, que paren la violencia para que no existan más desplazados que sufren hambre.
Los cantos religiosos se escucharon a lo largo de los 20 kilómetros entre Acteal y Chenalhó. Las referencias bíblicas eran también una constante. José Pérez Vázquez y Antonio Gutiérrez exhortaban a construir el camino de la verdad y rechazar la violencia.
"Creemos que la paz sólo es posible mediante el diálogo. No podemos hablar de paz y querer la guerra, no podemos buscar la reconciliación y provocar violencia con la presencia de las armas, no podemos vivir en territorio de justicia mientras aumenta la militarización", se escuchó muy temprano cuando inició la peregrinación y se repitió al finalizar en el poblado Chenalhó, en donde se encuentran asentados decenas de militares.
Antonio remató: "Queremos sembrar y cosechar nuestra madre tierra en paz, libre de campamentos militares". Fue una peregrinación de siete horas por la principal carretera de la región de los Altos de Chiapas.
Fue pacífica, ordenada y respetuosa. Los que participaron no se intimidaron ni se acongojaron, ni siquiera en los momentos que se arrodillaron en los campamentos para suplicarle a los "ejércitos" que abandonen las tierras de sus ancestros, sus tierras sagradas.