Ť En Navidad, otra inundación afectó a Tabasco


Se necesitarán más de 555 mil dólares para la reconstrucción

Ť Daños en 49 comunidades, señala un reporte de jesuitas

Jorge Cisneros Morales Ť Después de las inundaciones que mantuvieron a los tabasqueños bajo el agua más de 40 días, la historia se repite y siguen vigentes los cálculos del Centro de Derechos Humanos de Tabasco y de la parroquia de San José, que señalaron que se necesitarían aproximadamente 500 mil dólares para la reconstrucción en los municipios afectados, al igual que la angustia de los pobladores que de nuevo se preguntan cuándo acabará la creciente de agua.

Un estudio elaborado por la ONG y la parroquia de la ranchería Plátano y Cacao, del municipio Centro (Villahermosa), estima que para remediar los estragos causados por las inundaciones en 49 comunidades de los municipios Centro y Cunduacán se requieren 555 mil 442 dólares, que se aplicarían en programas de suministro de despensas, salud, reforestación, producción de aves de traspatio y dotación de enseres domésticos.

De acuerdo con un informe de los misioneros jesuitas de las parroquias de San José y Los Remedios, con la creciente de agua de Navidad el problema "sigue siendo el mismo porque el lodo inundó las casas y afectó los campos".

Asimismo, indica que "el último trimestre de 1999 ha venido a transformar radicalmente la vida cotidiana de todo el pueblo tabasqueño", ya que si bien cada año hay inundaciones y los pobladores habían aprendido a solucionar los problemas recurriendo a la solidaridad y la paciencia, en 1999 la situación fue radicalmente distinta.

Señala que la ciudad de Villahermosa viene creciendo muy rápido, y las autoridades, al parecer, no tienen un plan adecuado y controlado para regular este crecimiento. Por todos lados aparecen colonias nuevas, empresas enormes. Los pantanos que antes recibían el agua de las crecientes han sido rellenados para dar paso a esas construcciones y también han hecho muchas obras sobre los nacimientos de agua que año con año ayudaban a sacar las aguas de los ríos.

Las inundaciones de octubre afectaron a más de 300 mil tabasqueños y generaron problemas como desempleo, hambre, enfermedades, aumento de la pobreza, incremento de la inseguridad y hacinamiento, que se mantienen latentes después del desbordamiento de los ríos Carrizal, Samaria, Grijalva y Usumacinta.

Los principales afectados son los campesinos, señala el estudio, porque sus cultivos se perdieron, lo mismo que los sembradíos de autoconsumo. Las inundaciones también provocaron la pérdida de trabajos en el agro y la propagación de infecciones a causa del estancamiento de las aguas.

Y agrega que la principal consecuencia de todos los daños es el crecimiento de la pobreza porque "mucha gente perdió prácticamente todas sus pertenencias: camas, mesas, sillas, ventiladores, ropa, radios, etcétera. Les tomó muchos hacerse de ellas, con sacrificios y pagando altos intereses a los aboneros. De la noche a la mañana se han quedado en la ruina".

Para enfrentar la emergencia, el Centro de Derechos Humanos de Tabasco y la parroquia de San José propusieron un plan de acción que en su primera fase se ocuparía de combatir el hambre dotando a las comunidades más necesitadas con una despensa semanal durante cinco meses.

Asimismo, preveía el suministro de botiquines con medicamentos alópatas y naturales adecuados para sanar la aparición de hongos, infecciones en la piel, diarreas, calentura y tos. Los cálculos indican que el primer programa costaría 269 mil 500 dólares y el segundo 42 mil 500.

En la actualidad se trabaja en la primera etapa de reconstrucción, que incluye la entrega de despensas durante un mes y medio. También comenzó el proyecto de salud, que consiste en repartir botiquines, instrumental médico y preparar promotores de salud. El plan estipula que en tres meses (principios de febrero) comenzará la reforestación en las comunidades más dañadas, de manera que éstas cuenten con suplementos alimenticios y madera para atender sus necesidades de habitación o mobiliario para sus casas.

En tanto, para dotar a los damnificados de enseres domésticos se necesitarían 50 mil dólares, y 67 mil más para impulsar la producción de aves de traspatio y cerdos para autoconsumo.

Hoy la tragedia se repite y la población resiente una nueva inundación y no se explica el motivo del nuevo desbordamiento del río Carrizal ya que no es tiempo de lluvias, dice el jesuita Roberto López.