Ť Afectaron a zonas residenciales y populares


Inundaciones en Tabasco, las peores en cuatro décadas

Ť La apertura de Peñitas por la CFE fue el momento más crítico

René Alberto López, corresponsal, Villahermosa, Tab., 30 de diciembre Ť En Tabasco, las inundaciones del "siglo y las más democráticas" que iniciaron el pasado 16 de septiembre y su etapa crítica terminó el 8 de noviembre, cuando cedieron los niveles de los ríos (Carrizal, Grijalva y Samaria y Usumacinta, Oxolotán, La Sierra y Teapa,), dejó un saldo de mil 173 poblaciones de los 17 municipios del estado afectadas.

La que sucedió en Tabasco es considerada la "inundación del siglo" y "la más democrática", pues al desbordarse el río Carrizal en esta capital afectó por igual a colonias pobres y residenciales. Por ejemplo en Villahermosa se anegaron las colonias Campestre, Carrizales, Galaxia y Valle Marino, la mayoría de ellas ubicadas en la exclusiva zona de Tabasco 2000, donde viven destacados empresarios y políticos. Y las mismas corrientes inundaron colonias populares como Casa Blanca, Las Gaviotas, La Manga, Espejo I y II, Tierra Colorada y Asunción Castellanos.

Villahermosa fue la ciudad más golpeada, donde el agua en las colonias afectadas alcanzó hasta dos metros de altura.

El domingo 24 de octubre, luego de que la madrugada del viernes personal de la CFE abrió las compuertas de la presa Peñitas, fue el momento más crítico ya que las aguas del río Grijalva --que pasa frente a la ciudad de Villahermosa-- llegaron al malecón, amenazando al primer cuadro de la ciudad, pero la corriente fue contenida con el reforzamiento de costaleras.

Igualmente comunidades de los municipios de Nacajuca y Cunduacán, en la región de la Chontalpa, las aguas del río Samaria arrasaron con cultivos y ello obligó que poblados enteros fueran desalojados. Los municipios de Centla y Jonuta, en la región de los ríos, también resintieron con severidad el desbordamiento del afluente Usumacinta.

Las autoridades precisaron que fue la contingencia más severa en 40 años. El 5 de octubre Tabasco fue considerado zona de desastre, mediante declaratoria publicada ese día en el Diario Oficial de la Federación.

La ciudad de Villahermosa se amuralló con un millón y medio de costales rellenos de arenas que fueron colocados a lo largo de 30 kilómetros en las orillas de los ríos Carrizal y Grijalva a fin de evitar el paso del agua.

Además se movilizaron a Tabasco 8 mil soldados y 2 mil marinos para auxiliar en labores de rescate, rellenar los costales de arena y atender a damnificados en los albergues.

Problemas en la presa Peñitas

Aunque los habitantes de esta región del sureste dicen estar acostumbrados a la "cultura del agua" que enfrentan entre los meses de septiembre y octubre, este año se sorprendieron por las crecientes de los ríos tabasqueños.

Anita García, ama de casa que vive en la colonia Las Gaviotas, en los primeros días de octubre comentaba, angustiada, lo que comenzó como un rumor. "Hay problemas en la presa de Peñitas. Dicen que soltarán mucha agua que inundará todo Villahermosa. Hay que estar muy atentos con las noticias; yo por eso casi no duermo rezando y pegada a mi radio", recomendaba a sus vecinos.

Para esas fechas, mientras unos se desesperaban por la situación, otros como el funcionario del gobierno estatal José Eduardo Rovirosa, se daba tiempo para hacer reflexiones con dosis de humor negro, "Tabasco vive las inundaciones más democráticas de su historia", pues refirió que "lo mismo afectó localidades residenciales que colonias populares. Hay agua para todos".

Fue en la segunda semana de octubre cuando la situación empeoraba y crecía la versión de que las presas hidroeléctricas que desfogan sus aguas a la cuenca del Grijalva tenían problemas, que también aumentó la tensión en los habitantes de la capital tabasqueña.

Tanto que un grupo de católicos se reunió a orar en la catedral de Tabasco para "pedir por los miles de damnificados que lo han perdido todo y que la situación mejore en nuestras comunidades que resienten el temporal".

A la par el problema también tomaba matices políticos. Diputados y unos 200 ciudadanos encabezados por el presidente del Congreso local, Manuel Andrade Díaz, realizaron el sábado 9 de octubre una marcha por las calles de Villahermosa para culpar de las anegaciones a la Comisión Nacional del Agua (CNA) y a la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Finalmente, la compuerta de la presa Peñitas fue abierta la madrugada del viernes 22 de octubre.

Desde días antes el gobernador interino Víctor Manuel Barceló usó las estaciones de radio para pedir a los ribereños a que se "organicen para hacer frente a la emergencia que se avecina". Desde los micrófonos casi suplicó a los habitantes de poblados en riesgo para que "salgan hacia los albergues instalados en zonas altas de los municipios".

"Señores hay que garantizar la vida, las cosas materiales luego se recuperan. Váyanse a los albergues; ahí hay ropa y comida caliente", se sumaron a los llamados conductores de noticieros radiofónicos.

En los días siguientes el panorama en colonias de la capital de Tabasco era desolador, sobre todo por las noches. Después de más de un mes de lluvias y el desfogue de la hidroeléctrica, en las colonias afectadas se observaba a lugareños en las azoteas de sus casas en medio del agua alumbrándose con velas, pues la energía fue suspendida en las zonas anegadas.

Muchas viviendas lucían abandonadas y entre aguas negras que salían a borbotones de las cañerías que se sumaron a las corrientes que desbordaron del río Carrizal. Familias enteras pernoctaban en los techos cuidando las pertenencias que pudieron salvar, pues para colmo también surgieron pandillas que se dedicaron a saquear casas deshabitadas.

Otro problema fue la escasez de ayuda, principalmente en los albergues, así como en comunidades de los distintos municipios. De varios puntos se comunicaban los pobladores a las estaciones de radio para solicitar despensas, costales de arena, cayucos para trasladar a personas a lugar seco, y hasta pañales para niños recién nacidos.

Hoy, a más de tres meses de que inició la contingencia en territorio tabasqueño, y cuando la mayoría de los costales rellenos de arena han sido retirados y sólo quedan seis familias por retornan a sus viviendas, el problema por las inundaciones persiste. Cerca de 400 familias de las colonias de Villahermosa se han organizado en un frente para reclamar el pago de indemnizaciones por las pérdidas que sufrieron en sus casas.

Apenas esta semana reiteraron su demanda en la Procuraduría General de la República (PGR) donde piden la intervención del procurador Jorge Madrazo para que la Comisión Nacional del Agua y Comisión Federal de Electricidad, dependencias que señalan como responsable de las inundaciones, para que "respondan por los daños ocasionados".

Daños

Según datos oficiales, el número de damnificados fue de 312 mil 931 personas de 74 mil 237 familias. Se instalaron 704 albergues donde se refugiaron 58 mil 842 personas de 12 mil 922 familias.

Resultaron dañadas 40 mil viviendas, 299 mil 192 hectáreas de cultivos y pastizales, y afectados 41 mil 759 productores. De este total, 264 mil 203 hectáreas fueron de pastizales para la ganadería. Maíz, 19 mil 745 hectáreas; plátano, 4 mil 274; papaya, 640; sorgo, mil 157; cacao, 7 mil 764; hortaliza, 36; caña de azúcar mil 373.

Los daños a la infraestructura forestal fueron por 907 mil 905 plantas de viveros, así como en el área acuícola con 4 mil 500 tilapias (mojarras) de reposición.