Ť Kaddafi los contrató


Maradona y Ben Johnson: del dopaje al trabajo en Libia

Dpa, Trípoli, 1o. de enero Ť Similitudes entre el ídolo del balompié argentino Diego Maradona y el velocista canadiense Ben Johnson hay más que suficientes: escándalos de dopaje, sueños de regresar a las competencias, y, ahora, el mismo empleador.

Al-Saidi Kaddafi, hijo del presidente de Libia, contrató a ambos, como entrenador y consejero, respectivamente. Completa el trío el técnico Carlos Salvador Bilardo, quien llevó a la selección argentina a la conquista del Mundial de 1986 en México. "A ese grupito sólo le falta Jesús Gil y Gil, del Atlético de Madrid", se mofó el diario deportivo francés L'équipe, recordando la destitución de Gil por parte de la justicia española, como presidente del equipo colchonero, por cargos de corrupción.

Pero el joven Kaddafi, de 26 años, tiene propósitos más que ambiciosos. Y va en serio. Además de jugador internacional, es presidente de la federación de futbol de su país. El Ingeniero, como se hace llamar, busca la gloria futbolística: quiere para sí el título de mejor jugador de Africa y la clasificación del equipo nacional para el Mundial del 2002.

"Misión imposible", opinan los expertos. No es de extrañar, pues además de sus limitaciones propias en el balompié, Libia quedó excluida de las competencias durante nueve años a raíz de las sanciones de Naciones Unidas por el caso Lockerbie.

Futbol sin aficionados

Más allá del boicot internacional, ya finalizado tras la entrega por parte de Libia de los sospechosos de haber hecho estallar en el aire un avión de PanAm, las cosas se complican futbolísticamente por el hecho de que el campeonato nacional se disputa en estadios vacíos, ya que Kaddafi padre teme disturbios y prohibió la presencia de espectadores.

El hijo de Kaddafi es alabado, en cambio, como jugador técnico y goleador. No es de maravillar, pues no debe preocuparse por entradas bruscas de los adversarios. Por "motivos de seguridad" los rivales lo tratan con guante blanco.

Diego Maradona tendrá como misión pulir la técnica del joven, mientras que Ben Johnson, efímero dueño del récord mundial en los 100 metros, será responsable de la fuerza y rapidez. El jugador argentino Gabriel Batistuta, del Fiorentina de Italia, quien visita a menudo Trípoli, sería quien concretó esa "cita de estrellas". También fue de utilidad el hecho de que el ex presidente de Argentina Carlos Menem sea de origen árabe ųsirio, para precisarų, y que Libia apoyase al país sudamericano en la guerra de Las Malvinas.

Johnson, en cambio, fue contratado por medio de Internet, por recomendación de Diego Armando Maradona. "Amo a los libios porque no doblaron jamás las rodillas ante el mundo. Al igual que yo, son víctimas de maquinaciones internacionales", dijo el propio Maradona hace unos meses.