Ť La equidad, una de las preocupaciones centrales en el nuevo siglo, advierte
Critica el Celam el neoliberalismo impuesto en AL
Ť Mientras Chile y Perú despuntan, México se atrasa Ť Crisis en los gobiernos de la región
El libre comercio "impuesto por el modelo neoliberal" no es la política óptima para los países de América Latina que compiten con estructuras económicas débiles y la estabilidad de los regímenes del continente se vuelve "vulnerable" ante la dependencia que tienen a los sistemas financieros y bancarios supranacionales, advierte el Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) en un documento titulado Los grandes desafíos frente al año 2000.
El organismo considera que "la presencia de los elevados niveles de pobreza e injusticia social en América Latina y el Caribe hace del tema de la equidad una de las preocupaciones centrales para el siglo XXI" y plantea que el derrumbe del estado de bienestar de los años 80 y la llegada de los gobiernos neoliberales "ponen sobre el tapete la necesidad de repensar las políticas sociales".
En el estudio ųen el cual el organismo religioso enlista algunas megatendencias a las que define como un marco de referencia donde se realiza la acción humana y "que hace comprensible el rumbo (camino) aunque no necesariamente el arribo (la meta final)"ų se asevera que el neoliberalismo aparece cada vez más como "modelo indiscutido", aunque el crecimiento se presente de manera desigual entre las distintas naciones del continente.
"Mientras Chile y Perú despuntan, México, y en menor medida Argentina y Brasil, se atrasan. La región centroamericana presenta un escenario optimista gracias a la pacificación, dependiendo en buena parte de la inversión extranjera que logre captar. El crecimiento económico ya no necesita tanto generar empleos, por lo que el desempleo se agrava. El subempleo y la economía informal se convierten en formas de subsistencia para la mayoría".
Al mismo tiempo, el Celam hace notar las diferencias que prevalecen entre los procesos de integración comercial por regiones: mientras el Tratado de Libre Comercio (TLC) resulta desigual en ventajas entre los firmantes, los países del Cono Sur encuentran un camino de crecimiento económico mediante su integración en el Mercosur".
Establece que en contraste con "la amplio gama de estrategias alternativas para desarrollarse" con las que durante décadas contó América Latina, ahora se reconoce como un escenario "francamente irreversible en el contexto económico internacional, el que los países en prosperidad orienten sus metas hacia una capacidad suficiente de progreso técnico, por la vía de cambios estructurales para enfrentar con éxito la apertura económica y la integración al comercio internacional".
En tal sentido, advierte que aquellas economías que se desvían del camino de dichas reformas "son de inmediato estigmatizadas como no confiables, y los inversionistas las esquivan dirigiéndose a aquellas economías que se mantienen dentro del esquema".
Si bien el Celam reconoce que algunos países latinoamericanos han reportado resultados positivos, destaca también que "no es menos cierto que las estructuras de mercado no competitivas enfrentadas al libre comercio internacional han conducido a un debilitamiento de la producción, del volumen y la calidad del empleo y los términos del intercambio".
Ante esto, el Consejo Episcopal Latinoamericano se pregunta cuál es la política óptima para este tipo de naciones y establece que los analistas de la nueva teoría del comercio internacional plantean la posibilidad de una política de protección selectiva a industrias y actividades productivas con posibilidades de éxito en los mercados internacionales, con una intervención del Estado pero, acota, que supere "las anomalías que le fueron inherentes en el pasado con el modelo de sustitución de importaciones".
En cuanto al aspecto político, el Celam califica también como "irreversible" la transición pacífica del poder a través de elecciones competitivas por considerar que el régimen democrático se consolida en tanto los movimientos guerrilleros se incorporan a las instituciones cívicas y partidistas legales, al tiempo que la sociedad se organiza en grupos intermedios.
También advierte sobre el riesgo de que los partidos políticos estén condicionados a la economía al volverse "cada vez más dependientes del apoyo empresarial para obtener recursos y de los medios de comunicación social para lograr difusión y apoyo electoral". Sobre los gobiernos del continente alerta que muchos se encuentran en una crisis de legitimidad por incurrir en prácticas como la corrupción y la privatización. (Susana González G.)