Ť En su homilía de fin de año no se refirió a la remoción de su coadjutor
Llama Ruiz a cerrar la brecha entre ricos y pobres
Juan Balboa, corresponsal, Oventic, Chis., 1o. de enero Ť El obispo de San Cristóbal de las Casas, Samuel Ruiz García, exhortó a sus fieles para que en este milenio haya más "estabilidad y toma de conciencia" de la realidad en que vivimos, y se pronunció por una mejor distribución de la riqueza, cerrando la brecha entre ricos y pobres. En su homilía de fin de año, el prelado dijo que los años por venir son una oportunidad a la convivencia y la reflexión, para crear caminos a la reconciliación y la paz verdadera.
Ruiz García pronunció anoche su última homilía de fin de año como obispo de San Cristóbal, pues renunció a ella el pasado 3 de noviembre al haber cumplido la edad de 75 años que marca la Ley Canónica para dejar el cargo y, según fuentes de la propia Iglesia católica, el papa Juan Pablo II aceptará su renuncia en los próximos días. El sorpresivo traslado de Raúl Vera López a Saltillo, Coahuila, mantiene en zozobra a la diócesis de San Cristóbal y trastornó la actividad religiosa del fin de año en las comunidades indígenas.
Religiosos de varias parroquias han expresado su "sorpresa y confusión" ante la salida repentina del obispo Vera López, a quien la mayoría de los religiosos indígenas consideraba el nuevo Tatic (padre).
Ante una catedral abarrotada, el obispo habló de las oportunidades que tiene la humanidad con la llegada del nuevo milenio, del trabajo del hombre, pero en ningún momento se refirió al tema más polémico e importante que se discute entre los católicos: el nombramiento papal de Raúl Vera López como obispo de Saltillo.
El jueves pasado, los dos obispos dejaron entrever que la decisión del papa Juan Pablo II fue contaminada con falsa información en contra de la labor pastoral de la diócesis con el mayor número de feligreses indígenas, y que se ha destacado por su pastoral preferencial por los pobres.
La reacción fue inmediata y contundente. En un comunicado firmado por ocho representantes de los Agentes de Pastoral, entre ellos Gonzalo Ituarte y Felipe Toussaint, expresaron que la noticia los desconcertó y sintieron "bruscamente" interrumpido el proceso de integración del pueblo de Dios.
"Esto nos hace experimentar nuestra fragilidad y nos une más íntimamente a la Cruz de Jesús. Incluso, nos asalta la tentación de sentirnos abandonados. Pero el edificante testimonio de confianza que recibimos hoy ųcomo siempreų de nuestros dos obispos, nos lleva a reafirmar nuestra inquebrantable comunión con el sucesor de Pedro y aceptar en la fe su decisión, por dolorosa que sea", señalan.
Indican que bendecidos por el espíritu que convocó el Concilio Vaticano II, "que nos sigue hablando a través del magisterio pontificio, y de manera particular a través de las conferencias episcopales latinoamericanas", seguirán promoviendo una pastoral que responda a la realidad mayoritariamente indígena de la diócesis de San Cristóbal, y que esté abierta a encarnarse en las culturas y valores de los diversos grupos humanos.
Reafirmaron que mantendrán el trabajo, "en nuestra vida y nuestras estructuras", la opción preferencial por aquellos que el Evangelio proclama bienaventurados los pobres.
"Sabemos que estas opciones no son compartidas por aquellos que desprecian o simplemente olvidan al indígena y al pobre, provocando con ello las condiciones que amenazan seriamente la paz. Sólo podremos promover la paz a través de la justicia y el respeto total a todos, en especial a los marginados de nuestra sociedad".
"Pedimos fervientemente a Dios que ilumine con la luz de su Espíritu al Santo Padre, para que la elección del digno sucesor de don Samuel responda a las necesidades de nuestro pueblo, de nuestra iglesia, de los pobres que tanto esperan de ella como signo de la redención integral y anunciada en Cristo Jesús", agregaron.
Los otros dos obispos de Chiapas, Felipe Aguirre Franco y Felipe Arizmendi, de Tuxtla Gutiérrez y Tapachula, respectivamente, rechazaron que la decisión papal de que Raúl Veral López no fuera nombrado titular de la diócesis de San Critóbal de las Casas haya sido tomada por presiones del gobierno de Ernesto Zedillo.
Los dos prelados aseguraron que la decisión final de Juan Pablo II "no fue una determinación arbitraria y tomada a la ligera", sino fruto de un minucioso examen de la situación, de mucha oración, de diálogos continuos y plurales, "como se hace en la iglesia del tiempo de los apóstoles.
Asimismo, reconocieron que la iglesia católica "no es una democracia en la que todo se decide por mayoría o por presiones", sino una "comunidad de fe, esperanza y amor".