Ť Entrevista concedida por el obispo al semanario francés L'Humanité Hebdo


El PRI es un obstáculo para la mediación en Chiapas: Raúl Vera

Ť Poco antes de su traslado a la diócesis de Saltillo, se declaraba dispuestísimo a colaborar para la paz

Françoise Escarpit, especial para La Jornada Ť Pocos días antes de que una decisión del Vaticano desviara su trayectoria hacia la diócesis de Saltillo, malogrando la largamente preparada sucesión del obispo Samuel Ruiz García en San Cristóbal de las Casas, el dominico Raúl Vera López se declaraba ''dispuestísimo'' a hacer todo lo que fuera posible, ''todo lo que se me pida'', para contribuir a la paz en Chiapas.

Pero admitía con candor, en una entrevista realizada en la catedral sede de la diócesis que ya no presidirá más, que ''mientras el PRI siga en el poder, una mediación nacional no tiene perspectivas''. Más aún, decía: ''El Partido Revolucionario Institucional lo sabe muy bien, la solución de este conflicto implica su caída. La solución implica la salida del PRI del gobierno''.

Mediación internacional, vía posible

Y aun sabiendo que al decirlo pisaría algunos callos en el medio gubernamental, mencionaba que la mediación internacional podría ser la única vía posible, por el momento, para la reanudación del diálogo de paz en el conflicto de Chiapas. Ese fue el tema de la conversación de Vera con el semanario francés L'Humanité Hebdo.

Se le había preguntado si acaso vería cercana la reanudación de las pláticas.

ųƑCercana? No. Tengo la impresión de que unos y otros están aprovechando la coyuntura. Al gobierno le interesa mantener la tensión para decir: si nos vamos nosotros quién sabe qué va a pasar. Sigue utilizando lo que ya aplicó en 1994: la sicología del miedo.

En este punto interviene el vicario de la diócesis, Felipe Toussaint, también presente durante la entrevista:

chis-vera-ruiz-misa-1-jpg ųUno de los asesores del ahora candidato presidencial Francisco Labastida durante sus días en la Secretaría de Gobernación era Adolfo Orive, ex maoísta. El solía decir que en sus tiempos de izquierdista el objetivo no era la negociación sino el control. Eso es significativo. El hombre sigue al lado de Labastida.

Retoma la palabra Vera:

ųComo Iglesia, estamos dispuestísimos a seguir siendo un factor de reconciliación, aunque cada día se nos hace más difícil ese trabajo porque aquí, de hecho, sigue habiendo una acción de guerra. Los grupos paramilitares se siguen multiplicando, vemos crecer el aparato de fuerza. Se ve, al menos en este momento, que no ha cambiado para nada la decisión de controlar, no de resolver. Esperamos que después de las elecciones se vea una coyuntura diferente. Desde el punto de vista teológico tenemos la esperanza de que así ocurra. Creemos que Dios no va a dejar sin respuesta tantos ruegos.

ųSi se le pidiera Ƒusted aceptaría actuar como mediador?

ųPor la forma como han ido las cosas, creemos que se necesita un modelo de mediación distinto. Yo ni siquiera quiero darle una respuesta. Inevitablemente debe haber un modelo donde se superen cosas que habían desgastado mucho a la Conai, a la que se trató con mucha virulencia, con una actitud, diría yo, hasta irracional.

ųƑCuál podría ser ese otro modelo de mediación?

ųPara el gobierno es muy molesto que hablemos de esto, demasiado molesto; es más, ellos van a protestar enseguida si yo lo digo así, pero mientras este sistema siga en el poder, mientras el PRI siga en el poder, una mediación nacional no tiene perspectivas. Ha habido una gran polarización. Tiene que haber un nuevo modelo de Estado mexicano para que se relaje el ambiente político nacional y pueda haber una mediación. Realmente, y el PRI lo sabe muy bien, la solución de este conflicto implica su caída. Hubieran podido resolverlo antes si no hubieran asumido la estrategia de destruir a todas las fuerzas de oposición en Chiapas. Ernesto Zedillo hubiera podido ser el presidente que hubiera elaborado un proyecto moderno de autonomía indígena, el que logró una nueva alianza de los pueblos indígenas, pero prefirió sostener los viejos cacicazgos y optar por una solución violenta.

ųEn Guerrero, donde usted también fue obispo anteriormente (en la diócesis Altamirano, Tierra Caliente) hay una situación de pobreza similar a la de Chiapas, y existe asimismo una expresión guerrillera. ƑQué similitudes, y diferencias, claro, percibe usted entre los dos estados?

ųDurante los ocho años que estuve en Guerrero siempre tuve el temor, dada la pobreza, que alguien llegara un día a organizar a la gente para que resolviera sus problemas por la vía violenta. Con frecuencia recorrí la sierra y en mi mente estaba la idea de crear proyectos alternativos para esas zonas, para que la gente pudiera recuperar algunas cosas que el narcotráfico les hizo perder. Ellos tenían su manera de autosustentarse aun en medio de la pobreza, pero vino la tensión económica, en ese caso la caída del precio del café, y con esto, mayor pobreza. Eso los hizo recurrir al narcotráfico. Pero a pesar de la buena voluntad de la Iglesia, ahí no había la fuerza comunitaria suficiente para hacer posible este esfuerzo. Nos propusimos primero desarrollar procesos pastorales para generar esa base comunitaria.

''Yo le puedo decir con toda certeza que el haber estado en Guerrero me permitió entender la pobreza como un problema estructural del país, no de una zona. Y no hubiera entendido mi trabajo en Chiapas sin la experiencia de Guerrero. O al menos no hubiera entendido tan rápido el proceso que don Samuel construyó en esta diócesis durante tantos años.

''Creo otra cosa: el mundo indígena le ha dado características muy propias a este levantamiento. No sé si en la sierra de Guerrero la gente hubiera encontrado estos mismos valores: el sentido comunitario, el sentido de decisiones por consenso y también esa decisión de buscar soluciones pacíficas, que tiene la gente indígena aquí en Chiapas. En Guerrero, el narcotráfico ha creado una violencia muy inhumana. Y ahí tampoco hay la estructura eclesial tan fuerte que aquí en Chiapas fue capaz de impulsar la mediación. Allá hay más desventajas y por lo tanto creo que pueden desarrollarse condiciones para guerrillas de corte clásico, más radicales. Y sí creo que ahí hay mucho más gente de afuera que participa en las acciones armadas''.


Ť Ya se anunciaba, dice


Descarta Vera "irracionalidad" en su remoción

Gustavo Castillo Ť Si mi trabajo pastoral hubiera estado alejado de las culturas indígenas, la pobreza y la injusticia que se viven en Chiapas ahorita tendría la cara llena de vergüenza, afirmó el obispo Raúl Vera López.

Entrevistado en el aeropuerto capitalino, el prelado aseguró que en aquella entidad "hay gente que quisiera que las cosas fueran como en el tiempo de la esclavitud. Existe quien quisiera ver a los indígenas sometidos como en la Colonia, pero esto no puede ser", dijo.

Señaló que quien suceda a Samuel Ruiz en la diócesis de San Cristóbal de las Casas tendrá que realizar un trabajo "marcado por la realidad", ya que la Iglesia continuará laborando en Chiapas en conjunción con el concilio, con el Papa y con los demás clérigos.

El recientemente nombrado obispo de Saltillo señaló que en el estado chiapaneco "hay una realidad que se impone. Esa realidad me marcó qué debía hacer y si en un momento dado mi labor hubiera sido distinta a esa realidad tendría la cara llena de vergüenza, pero le doy gracias a Dios que conozca la teología, la doctrina del concilio, la del Vaticano Segundo, las líneas pastorales de los obispos latinoamericanos y que tuve la dicha de participar en la reunión de Santo Domingo".

Señaló que cuando llegó a la diócesis de San Cristóbal de las Casas trabajó en un esfuerzo para unir la fe a la vida, ya que así lo exige un contexto de grande pobreza.

Vera López dijo que en Chiapas el contexto que se vive es el "de las culturas indígenas, la pobreza, la injusticia y una guerra que se ha provocado por las injusticias y las represiones que han sufrido los indígenas".

Interrogado acerca del trabajo pastoral de esa diócesis, indicó que existen líneas e indicaciones teológico-pastorales a las que los obispos se ciñen y que deben aplicar en un contexto muy concreto.

Refirió que "la diócesis de San Cristóbal de las Casas es en su mayoría indígena, ya que 80 por ciento de la población lo es y que con Samuel Ruiz a lo largo de 40 años se ha realizado toda una labor de incorporación del evangelio dentro de las líneas pastorales del Vaticano Segundo".

Respecto a su cambio de diócesis indicó que de ninguna manera fue sorpresivo, ya que "hace un rato que lo venían anunciando y es que los miembros de la Iglesia siempre han recibido cambios".

Aseguró que la determinación del Papa no es irracional, pues los cambios dentro de la Iglesia son algo que está previsto en sus leyes y añadió que en el aspecto de la fe está "siempre al pendiente de lo que es la voluntad de Dios sobre mí, igual que me llevaron hace cuatro años de una diócesis a otra, hoy me llaman de nuevo a otro sitio", afirmó.

Resultados negativos en el Jubileo

Por otro lado, las peregrinaciones con motivo del Jubileo del año 2000, promovidas por el Vaticano y por la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) han tenido malos resultados, según se desprendió de las quejas que agentes de viajes dieron a enviados del Vaticano, en el sentido de que se esperaban 90 mil viajeros mexicanos y apenas se han inscrito unos 350.

El problema se agravó con la información difundida del fraude de Bruno Saiu, presidente de la asociación civil Jubileo Roma 2000, organizadora de las peregrinaciones. Los enviados de Italia negaron que los peregrinos hayan sido víctimas de fraude.


Ť Insta el obispo a que se continúe el trabajo de reconciliación y paz


El relevo no debe ser motivo de violencia: Arizmendi

Rodolfo Villalba Sánchez, corresponsal, Tuxtla Chico, Chis., 5 de enero Ť La cercana salida del obispo Samuel Ruiz y la partida del obispo Raúl Vera, de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, no debe ser motivo de un recrudecimiento de la violencia en la zona norte del estado, y el obispo que llegue a ocupar este espacio deberá continuar con el trabajo de reconciliación y de paz.

Felipe Arizmendi Esquivel, obispo de Tapachula, señaló lo anterior al encabezar la peregrinación de la imagen de la virgen de Guadalupe en esta localidad, como parte del recorrido nacional que está realizando, y manifestó que no deben existir temores por la llegada de un nuevo obispo en San Cristóbal, pues la Iglesia ha hecho ya una opción por los pobres y por los indígenas y eso no es privilegio de una persona, sino que todos estamos obligados a hacerlo. "El obispo que vaya tiene la obligación de continuar la línea de atención prioritaria a los más pobres, porque eso no es exclusivo de uno, es obligatorio para todos los obispos y todos los cristianos".

Rechazó tajantemente que el cambio del obispo Raúl Vera fuera una decisión del Papa atendiendo peticiones del gobierno o de algún grupo en especial, sino que ésta fue tomada después de haber escuchado a sus asesores y de atender opiniones de toda índole; "el Papa nos ha insistido en que son razones puramente eclesiales, aunque no faltan algunos críticos de la Iglesia que hablan de presiones del gobierno.

"Si el Papa actuara por presiones, habría habido otros cambios en Chiapas en cuestiones eclesiásticas, lo cierto es que el Papa escucha a todos: al gobierno y, fundamentalmente, a las comunidades, y tuvo la oportunidad de escuchar a los obispos de San Cristóbal; a muchas personas, a todos los obispos que aportaron sus puntos de vista y, con la luz del Espíritu Santo, decide lo que cree más conveniente, en cuanto a manejo de nombres para ir allá; todos los obispos estamos a disposición de lo que Dios quiera, y si el Papa me pide que vaya, estoy dispuesto a ir a donde nos necesiten, pero ni lo buscamos ni lo pretendemos ni lo queremos".

El también secretario general de la Comisión Episcopal de Latinoamérica (Celam), manifestó que los rumores de la llegada a San Cristóbal de un obispo que esté para atender sólo al gobierno y olvide la atención a los pobres e indígenas, "estaría traicionando el Evangelio y traicionando su misión", porque la diócesis de San Cristóbal ha hecho un trabajo importante de reconciliación y de paz; en el sínodo que llevaron a cabo una de las tareas que se pusieron fue la de reconciliar a la comunidad, y el que llegue debe continuar esta tarea de reconciliación. Por eso esperamos que la paz se siga fortaleciendo, porque no depende sólo de los obispos, sino de toda la comunidad, del gobierno, del EZLN, de los grupos, de los partidos, de las religiones y de la sociedad, y esperamos que se sigan buscando caminos de pacificación

El prelado, por otro lado, señaló que la peregrinación de la virgen de Guadalupe significa esperanza, aliento, y animó porque hay muchas cosas que nos han dividido, y la Virgen nos une; además, sirvió para demostrar que no somos una parte alejada del país, sino parte integrante de México. Dijo que la peregrinación en la entidad ya recorrió toda la zona norte, el centro (Tuxtla Gutiérrez); en la costa ya pasó por la sierra y la frontera.