La Jornada domingo 9 de enero de 2000

Néstor de Buen
Hablemos de dinero

Linda semana en la que las cosas económicas, como de costumbre, protagonizan nuestras inquietudes. Que las Bolsas suben, que las Bolsas bajan, que los intereses en Estados Unidos suben un cuarto de punto y como consecuencia Europa y México colapsan; que a los trabajadores les aprueban un aumento de 10 por ciento a los salarios mínimos y que Jorge Rodríguez y Rodríguez, el muy eficaz presidente del Tribunal Superior de Justicia del DF renuncia a una gratificación cuantiosa, pero nadie, por lo menos yo, duda que muy merecida.

Lo de las Bolsas ni me va a ni me viene. En todo caso, me recuerda aquel incremento desmedido de finales de 1987 que acabó en uno de los mayores fraudes financieros de la historia de México. Le tengo alergia. Y un poquito de asco a que la gente se haga rica por mera especulación.

Lo del salario mínimo me conmueve. Porque después de una buena temporada en la que los representantes obreros manifestaron su repudio al 11 por ciento de incremento propuesto por los empresarios, discretamente se abstuvieron de votar, toleraron el 10 por ciento, no hicieron el acto más digno de votar en contra y de nuevo el desplante: con los contractuales nos vamos a desquitar. Nada menos de 30 por ciento ƑUstedes creen?

Pero hay un punto que me revienta. En la resolución de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos se dice que la estrategia económica ha estado dirigida a reducir la inflación y crear empleo "mediante la preservación del equilibrio en las finanzas públicas, la vigencia de un régimen cambiario de libre flotación, ...el logro de un déficit sostenible en la cuenta corriente de la balanza de pagos y el aumento del ahorro interno, todo ello apoyado por la estabilidad del mercado financiero". Esa ha sido la propuesta del director técnico de la comisión, acatada por el Consejo de Representantes. Pero se les olvidó un pequeño detalle: en el artículo 562 de la Ley Federal del Trabajo se dice que corresponde a esa dirección técnica realizar periódicamente investigaciones y estudios para determinar "el presupuesto indispensable para la satisfacción de las siguientes necesidades de cada familia, entre otras las de orden material, tales como la habitación, menaje de casa, alimentación, vestido y transporte; las de carácter social y cultural, tales como concurrencia a espectáculos, práctica de deportes, asistencia a escuelas de capacitación, bibliotecas y otros centros de cultura; y las relacionadas con la educación de los hijos". Y de eso, nada. Bueno: $37.90, $35.10 y $32.70 šA vivir!

No da la impresión de que el director técnico y los señores representantes se hayan preocupado por hacer esos estudios. Y habría que preguntarse: Ƒno es nula por violatoria de la ley una resolución que contempla la macroeconomía y no las necesidades indispensables de los trabajadores?

La reacción contra Jorge Rodríguez y Rodríguez porque el tribunal acordó otorgarle una importante gratificación con motivo de la terminación de sus funciones como presidente del Tribunal Superior del Distrito Federal no podía ser más injusta. Su desempeño fue impecable. La responsabilidad enorme y si no me equivoco, había renunciado a tener aumentos de sueldo. Pero el impacto de las famosas jubilaciones le cayó encima y con una dignidad absolutamente elogiable, pero que no es suficiente para aceptarlo, don Jorge renunció a lo que tenía pleno derecho. Es más, y me lo decía hoy Carlos de Buen: esa renuncia es nula de acuerdo con el artículo 123 constitucional, apartado A, fracción 27, inciso h), y a la fracción 13 del artículo quinto de la Ley Federal del Trabajo.

ƑQué la cifra resulta un impacto frente a los salarios mínimos, y otros no tan mínimos en lo formal, pero tan mínimos en lo real? Sin duda, pero no cualquiera asume con eficacia y honradez a toda prueba un puesto con tanta responsabilidad como el de presidente del Tribunal Superior de Justicia del DF.

En estos tiempos en que hablar mal de los jueces no es calumnia sino historia, claro está que no de todos, encontrar un hombre de la rectitud, la eficiencia y la modestia de Jorge Rodríguez y Rodríguez es para celebrarlo. Debe revocarse su decisión, sin perjuicio de aplaudirla y el tribunal reiterar que tiene pleno derecho a la gratificación.

Lo importante es que su sucesor, Juan Luis González Alcántara, muy distinguido catedrático de la UNAM, servidor público intachable, sencillo, casi tímido, pero muy definido en sus decisiones, ocupará con honor y eficacia ese puesto de tanta responsabilidad nada envidiable, por otra parte.

Pero para todo hay. Al fin y al cabo la judicatura es, en mi concepto, la función más alta que puede desempeñar un hombre de Derecho. Y si alguien quiere ser juez, pues šallá él!