Ť Incluye trabajos de escritores de varios estados
Cuatro nuevos títulos de poesía en la colección El ala del tigre
Mónica Mateos Ť La colección editorial El ala del tigre, de la Coordinación de Humanidades de la UNAM, ha lanzado cuatro nuevos títulos de poesía, los cuales contienen los trabajos de creadores del interior del país. La selección está a cargo de Víctor Sandoval.
En el libro La densidad del aire leemos poemas de César Porras (San Luis Potosí, 1959): ''Para qué traer aquí a Dios/ donde estamos nada más nosotros/ enlazados''; Héctor Esquer (Sonora, 1958): ''Reposa tu dolor en mis labios/ que por obra de los tiempos/ amada serás en el pétalo de la flor anónima/ en la inmóvil escultura/ en la zarza''; Julio Rangel (San Luis Potosí, 1964): ''Alacranes de humedad se expanden/ en las paredes donde la soledad fermenta''; Mario Alonso (Nuevo León, 1959): ''El amor posee/ todas las esquinas/ todas las del alma/ todas las del cuerpo/ todas/ todas las ventanas'', y Hugo Lázaro Aguilar (Nuevo León, 1960): ''Arte, sálvame de los cretinos. Poesía, cúrame los pulmones. Sáname de la tristeza innecesaria, de la policía y las drogas. Sáname del insomnio, de soñar palabras que veré despierto".
En el volumen Armar las palabras encontramos la poesía de Pilar González Basteris (DF, 1953): ''Voz de mi insomnio y no de la garganta,/ que ahoga mi otra voz, esa que no habla./ Voz de mi infierno que no sube al cielo''; Fidel Luján (Oaxaca, 1964): ''De qué nos sirve el amor y su locura en la profundidad/ de la piel si/ los deseos sucumben/ si no sabes dónde ir bajo este cielo obstinadamente azul''; Araceli Mancilla (estado de México, 1964): ''Seré parte del aire/ cuando me encuentres/ respiro inconfinable/ Lo que amabas de mí/ es sustancia que ahora/ pertenece a Todo/ no ese cuerpo vigía/ no esa angustia por alcanzar el límite/ y salir'', y Julio Ramírez (Oaxaca, 1953): ''Tal vez alguien te diga/ que me enamoré de ti, alguna vez,/ después de morderle/ este pedazo de pan a la ciudad./ Tal vez otra ciudad te diga/ que pude enamorarme de ti./ Que esta minúscula brevedad alcohólica/ me quema las rodillas para no dejarme ir".
En Oscuro zodiaco están los versos de Cynthia Rodríguez (Tamaulipas, 1974): "Me marchito entre cada intervalo de lejanías./ Tus distancias picotean como aves de rapiña mi nostalgia./ Me río del tiempo,/ me pierdo entre manos, calles, poemas,/ un tiempo de Alicia en un país inventado./ Y en el recuerdo todos tienen voz,/ no sé para qué,/ no me sirve de nada"; Citlali H. Xochitiotzin (Tlaxcala, 1957): "Hay mujeres risa; trueno del Ada;/ lluvia del corazón mojando desiertos sin ventanas./ Mujeres viento; caricia de sueños/ viaje de aves nebulosas por las planicies./ Mujeres roble; cobijo de tormentas/ habitación de estrellas iluminan en su noche"; Raquel González (Jalisco, 1962): "Ven/ tu cuerpo acabará comiéndose mi alma/ entre el amor moreno/ y la extraña ciudad donde no me encuentro'', y Martha Martínez (Tamaulipas, 1959): ''No busco un cuarto propio/ sólo un clóset/ donde albergar cómodamente un esqueleto/ sólo un clóset pequeño/ donde nadie/ revuelva los trebejos/ y perturbe su sueño''.
El libro Cíbola. Cinco poetas del norte contiene los poemarios de Jorge Humberto Chávez (Chihuahua, 1959): "Besar su boca, abatir su boca bajo el calor del beso,/ tomar su boca, abrirla en un beso insondable y magnífico:/ ser en su boca el beso definitivo,/ el beso preciso"; Alfredo Espinosa (Chihauhua, 1954): ''Tienes magia, muchacha./ Algo de ti, siniestro, me fascina./ Encarnas el misterio que perturba y vulnera./ Ofreces albedrío/ fruto pernicioso al que soy adicto"; Gabriela Borunda (Chihuahua, 1973): "Te voy a amar con la mitad terrible/ con la mitad de mis vísceras/ con un solo pulmón/ con la mitad de un clítoris casi mineral"; José Joaquín Cosío (Nayarit, 1962): "Te llamarás Beatriz o Magdalena/ y del sándalo profundo con que lavas los pies y los cuerpos/ portarás la aureola de la sal y el olivo/ resplandeciente"; y Rogelio Treviño (Chihuahua, 1953): "Que tus ojos me alumbran con sus constelaciones/ volviendo el afuera lo de adentro/ eso lo sé paraquemás/ no sería el justo medio con tu desnudez/ Por eso estoy contigo".